Pedro Echeverría V.
Rebelión
1. En tanto Felipe Calderón impuso en el PAN a su incondicional vocero, y en el PRD aún no se ponen de acuerdo para dar resultados de la elección de su presidente, en el PRI, la pobre presidenta, Beatriz Paredes, parece haber sido secuestrada y silenciada (políticamente) por el dúo dinámico de coordinadores de las Cámaras: Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa. Nadie ha silenciado a nuestra dirigente, dicen algunos connotados priístas, lo que sucede es que esa valerosa mujer está haciendo un trabajo interno serio que está dando resultado evidentes. No puede olvidarse que Roberto Madrazo desgastó tanto la presidencia del PRI que ahora Beatriz debe restaurarla con la estrategia del silencio. Incluso no puede descartarse que esté pasando desapercibida para que ella sea nuestra candidata presidencial. Pero la presidente del PRI no aparece a pesar de que todo mundo indaga sobre su paradero. En PRI reconfirma su fuerza electoral pero, ¿en dónde está Beatriz?
2. Se sabe de varios cargos de gobierno que ha ocupado: subsecretaria de la Reforma Agraria, gobernadora de Tlaxcala (1987/92), líder de la CNC, líder de la bancada de diputados del PRI, secretaria general del PRI, embajadora en Cuba, candidata a la presidencia del PRI en dos ocasiones (derrotada por Madrazo en 2001 y triunfante frente a Jackson en 2007) y candidata al gobierno del DF. Sin embargo, en estos tiempos en que el presidente del PRI (por carecer del gran poder que ejercía el presidente de la República) posee el poder más importante en el partido, resulta muy extraño que éste desaparezca. La líder Paredes, aunque no es una política con dotes de polemista o de gran conocedora de los problemas del país, posee un buen perfil de simpatía en el interior de su partido. Y aunque ya se han iniciado las cargadas tras Beltrones y el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, Beatriz Paredes tiene más perfil que ellos dos.
3. Pero la batalla por la candidatura priísta no será sencilla. Tras cada precandidato del PRI se alinearán poderosísimas fuerzas económicas que buscarán evitar que López Obrador (ahora con más experiencia, organización y con cientos de miles de ciudadanos agrupados en comités en todos los municipios de la República) triunfe en la contienda. Peña Nieto (por lo que se ha visto desde su campaña para la gubernatura del Estado de México) será el candidato presidencial de Televisa y de los sectores económicos más poderosos. Este joven político, muy cercano al llamado Grupo Atlacomulco (gerenteado durante décadas por Hank González) y con el manejo de un enorme financiamiento, se ha dedicado a amarrar gobernadores ofreciéndoles relaciones con fuertes grupos de la gran burguesía. En Yucatán, por ejemplo, Peña Nieto intervino abiertamente en apoyo de la campaña de la hoy gobernadora priísta del estado y en que ésta firme acuerdos con Televisa para la construcción de un hospital.
4. Beltrones, el que hoy parece manejar todos los hilos del PRI, es un personaje mucho más oscuro por su trabajo muy adentro de la secretaría de Gobernación al lado de los secretarios de esa institución: Gutiérrez Barrios, Reyes Heroles y Olivares Santana, sucesivamente; además porque (como gobernador de Sonora en 1994) quedó implicado con Mario Aburto, asesino sentenciado del candidato presidencial priísta Donaldo Colosio. Desde entonces no ha dejado de figurar, primero como dirigente de la CNOP priísta nacional y luego como diputado, senador y coordinador de ambas bancadas legislativas. Con la velocidad política que lleva Beltrones para consolidar su dominio en el PRI, parece que se cansará y no llegará a la meta final, sin embargo por su enorme presencia actual en una especie de cogobierno con el panista Felipe Calderón, no puede dejarse de señalar que está apuntando a la Presidencia.
5. La ex gobernadora tlaxcalteca Paredes, al no ponerse al frente de la Presidencia del PRI ha dejado de cumplir un importante papel sobre problemas nacionales que están a discusión, además que con esa actitud ha defraudado a los priístas que votaron por ella y no por enrique Jackson. No se ha pronunciado, por ejemplo, acerca de la actitud que debería asumir el PRI acerca de la privatización de PEMEX, sobre la necesidad de continuar investigando los fraudes de la familia Fox o acerca de los contratos petroleros firmados por el secretario de Gobernación Mouriño. Es importante su opinión porque en otros tiempos la priísta Paredes se dio aires de nacionalista y enemiga de la privatización por eso en 1993, para estar a tono, Salinas de Gortari la nombró embajadora en Cuba y también, por eso mismo muchas mujeres feministas y progresistas le tienen cierta estimación.
6. La coherencia que López Obrador le ha dado a la lucha contra la privatización del petróleo al sumar a decenas de miles de mujeres, a intelectuales y a estudiantes, parece comenzar a aglutinar fuerzas, tal como sucedió cuando buscaban desaforarlo. Al estarse uniendo el PRI y el PAN, así como los grandes empresarios y los inversionistas extranjeros para apropiarse de una riqueza que pertenece a todo el pueblo mexicano ha comenzado a despertar a la población que quiere defender sus recursos. Si AMLO sigue por este camino y busca ampliarlo sumando fuerzas populares, su triunfo presidencial estará asegurado. Pero si por el contrario comete errores, el PRI puede ser el partido que recupere la Presidencia para hacer más efectivas las privatizaciones que el PAN por su derechismo abierto no pudo conseguir. Por eso desde ahora la batalla al interior del PRI entre Beltrones, Peña Nieto y otras fuerzas está en el orden del día.
7. ¿Está de acuerdo la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, con la política derechista negociadora del senador Beltrones y del diputado Gamboa en el poder legislativo? ¿Apoyaría de igual manera la continuidad de la militarización del país y a los gobernadores súper corruptos de Oaxaca y Puebla? ¿Por qué en vez de que ella se encargue de todas las negociaciones, incluso con los perredistas, deja que otros lo hagan? Paredes, según se pudo ver, estuvo al margen de los acuerdos sobre el IFE y los medios de información y, si continúa por ese camino muy pronto renunciará o se le pedirá que se separe de la Presidencia del PRI. ¿Acaso Beatriz Paredes será la candidata priísta idónea para dividir más a la izquierda y centro izquierda, para ganar el apoyo de Cuauhtémoc Cárdenas, de los salinistas y de los “chuchos” y evitar que López Obrador se convierta en un “nuevo peligro” para la derecha? ¿Qué hace la presidenta del PRI a más de un año de haber sido electa?
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