Denuncia durante encuentro de solidaridad con zapatistas en Europa
La reforma energética y el TLC son algunos de los instrumentos neoliberales para destruir la soberanía, señala en Atenas un delegado
Hermann Bellinghausen
Con las reformas constitucionales de 1992, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, se emprendió la destrucción de la soberanía nacional “entregando los recursos del país a las trasnacionales y creando normas que afectan a grandes extensiones de tierra, así como la vida de los pueblos originarios y de todo el pueblo mexicano”, expuso el representante purépecha y delegado del Congreso Nacional Indígena (CNI), Juan Chávez Alonso, al dar inicio el Encuentro Europeo de Solidaridad con los Zapatistas y la otra campaña, que se celebra este fin de semana en Atenas, Grecia.
Durante la primera jornada, este viernes en la Escuela Politécnica (emblema de la lucha durante la “dictadura de los coroneles” de ese país), la Asamblea abierta de solidaridad con los zapatistas y contra la represión en Chiapas, anfitriona del encuentro, reconoció los 14 años de resistencia zapatista y solidaridad internacional, señalando que el objetivo del encuentro “es trabajar en común para detener la guerra en Chiapas y poner en relieve que Europa resiste también a través de la solidaridad”.
En su intervención, Chávez Alonso describió los efectos privatizadores de las leyes de Áreas Naturales y de Protección, de Bioprospección (“para robar la sabiduría y patentar los conocimientos ancestrales de los pueblos”), Salud, Educación y Minería. Subrayó la relevancia negativa de la Secretaría de la Reforma Agraria, que a través de sus programas “busca la destrucción de la propiedad colectiva, sembrando ‘ejidos’ en territorios recuperados por los zapatistas con una regulación que permite su venta”.
El representante del CNI definió la reforma energética, el TLC, el ALCA y el Plan Puebla-Panamá como “instrumentos neoliberales para destruir la soberanía”. Quienes se oponen a estos planes, como las bases de apoyo zapatistas, son reprimidos y despojados, mientras se mantiene la militarización de sus tierras.
Para los indígenas, añadió, “todo lo que hay en la tierra es parte de la vida de la humanidad, se respeta y se cuida”. Los métodos de producción y comercialización neoliberales “destruyen y concentran la riqueza en manos de unos pocos, provocando pobreza y la dolorosa emigración”. Así, “el genocidio es cultural y físico”, pues busca “desaparecer materialmente a los pueblos indios”.
Recordó que en 2001, el Congreso mexicano negó el reconocimiento a estos pueblos y su autonomía, y definió a las comunidades “como entidades de interés público, no de derecho público; objetos y no sujetos”. Los zapatistas reafirman entonces el “derecho histórico” a su autonomía y en 2003 constituyen las juntas de buen gobierno. Desde 2006, la sexta declaración de la selva Lacandona significa la construcción de un nuevo proyecto de nación y una nueva Constitución.
Ernesto Ledesma, director de Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales y Económicas (Capise), quien ha recorrido 13 países de Europa para encontrarse con grupos solidarios con el EZLN, sostuvo que “se ha avanzado en el objetivo de romper el cerco informativo a la otra campaña y la lucha zapatista”.
Al concluir el primer día de coloquio en Atenas, Ledesma manifestó que la Sexta “tiene su origen en los pueblos indígenas, en la libre determinación y la aplicación de su autonomía, por naturaleza antisistémica y anticapitalista”. El objetivo, expresó, es aglutinar las luchas de todos los sectores y movimientos de abajo a la izquierda. “El avance de la Sexta origina represión, pero cuanto más nos reprimen más reaccionamos. Hay que seguir este camino y comprender que una parte fundamental de la conformación de los movimientos sociales es escuchar, y esto lo aprendemos de las compañeras y compañeros indígenas”.
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