Ricardo Andrade Jardí
Ahora que la institucionalidad usurpadora se apodera del PRD para dar paso a las "corrientes", sin más ideología que la de la venta de su pequeñita conciencia, sería conveniente, es una tarea urgente, que el movimiento de resistencia civil, aglutinado en la CND, es decir, alrededor del Gobierno legítimo en la defensa del petróleo, amén de entre otras tantas cosas, se deslinde de toda relación con ese partido, que no es sino el reflejo del desgobierno del fraude y la usurpación empresarial.
Mantener una presunta "relación" de parte del movimiento civil con el PRD, sería un grave error, cientos de miles de hombres y mujeres, que se suman cada día a la lucha de resistencia social, no merecen quedar en entredicho por las posiciones corruptas de una "izquierda" institucionalizada, que de izquierda sólo tiene el calificativo, pues el PRD, el que ahora hace fraudes y da madruguetes, no es más que el contenedor de basura de algo de lo más indigno de la clase política mexicana, ya de por sí muy indigna y bastante jodida.
Las luchas civiles y sociales que hoy se agrupan de distintas formas en micro políticas de resistencia merecen el respeto y apoyo que el PRD jamás podrá otorgarles entrampados que están en ponerle precio a sus votos legislativos y en intentar reconocer a los mismísimos patos usurpadores como gobernantes de todos (ellos).
Si el argumento de tener un apoyo legislativo para frenar la rapacidad tecnócrata que pretende vender México a los intereses perversos del neoliberalismo fue el interés de mantener alguna relación entre la CND y el gobierno legítimo con el PRD, con el madruguete de imponer a los chuchos a la cabeza del PRD, ese interés de apoyo legislativo está ya lejos de seguir siendo un realidad para el movimiento de resistencia civil; no hay que olvidar que los legisladores del PRD también votaron en su momento la ley televisa, como votarán, previo pago acordado con la usurpación por la reforma anticonstitucional que pretende despojar a México de sus recursos energéticos, esa es una crónica anunciada que sólo la ingenuidad puede dejar de ver: Pero, en estos momentos la ingenuidad es algo que la resistencia civil no debe permitirse, pues la diferencia entre el país que somos y el que podemos ser radica justamente en ese pequeño hilo y mientras más pronto entendamos que nuestra lucha no será defendida por los legisladores del PRD más pronto tendremos claridad en las estrategias a seguir para evitar el evidente atraco del neoliberalismo contra nuestra soberanía energética.
No hay tiempo que perder, el movimiento de resistencia civil debe prepararse para lo que viene dejando ya al PRD perderse en el fango de las prerrogativas de su mediocridad corrupta.
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