Ayudado por asesores se lanza contra opositores a la venta de Pemex
El jueves sólo logró convertir a Ebrard en el “centro de la discusión”
Andrea Becerril
La estrategia de los panistas durante los foros de análisis sobre la reforma energética, de descalificar a todos los que se oponen a la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), “les está resultando muy mal”, ya que exhibe que no tienen argumentos sólidos para defender la propuesta de Felipe Calderón, por lo que prefieren lanzarse contra los opositores, ayudados además por asesores de diversas dependencias, consideró el senador perredista Pablo Gómez Álvarez.
Lo que los legisladores del partido en el gobierno han hecho es tratar de desacreditar a los ponentes, pero lo único que consiguieron el jueves, durante el sexto foro de discusión en torno a las cinco iniciativas para la apertura de Pemex al capital privado, fue convertir al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, en “el centro del debate”, sostuvo.
Un comentario repetido ayer en el Senado fue en torno a la actuación del llamado “staff de asesores del PAN”, un grupo de 13 profesionistas que trabajan en Pemex y las secretarías de Energía y de Hacienda, quienes elaboran las críticas y cuestionamientos que los legisladores formulan a los ponentes que desde el gobierno federal se quiere rebatir.
Los panistas empezaron a usar esa estrategia la semana pasada, después de que en los primeros cuatro foros la opinión generalizada fue que se imponían los puntos de vista y los argumentos de expertos y políticos que consideran inconstitucional y privatizadora la reforma a Pemex propuesta por Calderón.
Los más atacados durante el quinto y sexto foros de discusión –realizados el martes y jueves pasados– fueron el presidente de la Fundación Colosio, Francisco Rojas Gutiérrez, y Marcelo Ebrard. Apoyados en textos elaborados ahí mismo por seis asesores de Pemex, tres de Energía y tres de Hacienda, los panistas criticaron y hasta pidieron cuentas de sus trayectorias políticas a ambos ponentes.
Al respecto, Gómez Álvarez consideró que en un debate pueden exponerse todos los argumentos, porque la condición esencial para discutir es la libertad, pero lo que los panistas han hecho es “lanzarse contra las personas, no rebatir sus ideas”.
En ese sentido –dijo–, los blanquiazules “trataron de descalificar a Rojas Gutiérrez por la refinería de Deer Park, aunque no se trata de una empresa extranjera que maquile a Pemex, sino una común y corriente, que le permite obtener ganancias de 500 millones de dólares, recursos que, por cierto, ni siquiera nos reportan”.
Por lo que toca a Ebrard, el senador perredista dijo que tanto los gobernadores como los legisladores del PAN esgrimieron “puras tonterías”, como el hecho de que haya militado antes en el PRI. “Yo no creo que se avergüence de ello”.
El presidente de la Comisión de Hacienda, el panista Gustavo Madero, leyó también el jueves un amplio texto en el que acusó a Ebrard de seguir los dictados de Andrés Manuel López Obrador, de proponer “referendos zocaleros”, y trató de refutar los señalamientos del jefe de Gobierno sobre la poca transparencia del gobierno federal en el manejo de los excedentes petroleros. Madero sugirió a Ebrard “revisar la chequera”, toda vez que en 2007 –dijo–, el Gobierno del Distrito Federal recibió 11 mil 317 millones de pesos por participaciones federales, y este año 28 por ciento más.
Sin derecho a réplica
Al respecto, el senador perredista lamentó que la decisión de PRI y PAN de concluir el debate el jueves antes de lo programado –ya que no se dio a los legisladores el derecho de réplica– impidió que se respondiera a los señalamientos de Madero.
De entrada –dijo–, es evidente que la ciudad de México es la que recibe mayores recursos de los fondos de coordinación fiscal, ya que es la entidad que más aporta. “Incluso, el porcentaje que le asignan es menor al que le corresponde, ya que aporta 20 por ciento al producto interno bruto (PIB), pero de los fondos sólo le toca 10 por ciento de la bolsa a repartir, lo cual es una injusticia”.
Explicó que está de acuerdo en que la ciudad de México aporte a las entidades más pobres, pero “se le pasó la mano” al Congreso federal, ya que la han “castigado demasiado, en cobarde represalia por la forma en que votamos aquí”.
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