sábado, mayo 24, 2008

Represión a marcha de campesinos en Veracruz

regina martínez

* Denuncian la detención de cuatro líderes y la desaparición de 10 de sus compañeros

Jalapa, Ver., 19 de mayo (apro).- Cerca de dos mil indígenas de Totonacapan y la Huasteca, que intentaban llegar a esta ciudad para exigir al gobernador Fidel Herrera Beltrán cumplir acuerdos pactados, fueron interceptados por agentes de Seguridad Pública y de la Policía Federal Preventiva (PFP), apoyados con perros y gases lacrimógenos.

Los campesinos, que salieron de Papantla esta madrugada en una caravana en autobuses y camionetas, pretendían instalar un plantón en el centro de esta ciudad, para exigir a Herrera Beltrán las 10 mil hectáreas de tierras que se comprometió a entregarles desde 2004.

Tras la intervención policíaca --desde un helicóptero se lanzaron petardos contra los manifestantes, según denuncias de los propios labriegos--, los indígenas, agrupados en la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp), denunciaron la detención de cuatro líderes y la desaparición de 10 de sus compañeros.

A la altura de la caseta de peaje ubicada en Rinconada, municipio de Emiliano Zapata, los vehículos --en los que viajaban hombres, mujeres y niños--, fueron interceptadas por granaderos de la SSP y agentes de la PFP, quienes les lanzaron gases lacrimógenos para obligarlos a abandonar los camiones.

Denunciaron que, ante la decisión de los campesinos de continuar su camino a pie por la carretera, los agentes policíacos les lanzaron a los perros amaestrados y, desde el aire, un helicóptero empezó a aventarles petardos con el fin de dispersar el contingente.

La delegada de la Cocyp, Miriam Márquez, quien logró llegar a esta ciudad junto con otros campesinos, dijo que los más de dos mil indígenas que participaron en la marcha, fueron forzados a recluirse en las instalaciones del Agrocentro, en Puente Nacional, donde fueron resguardados por policías fuertemente armados.

En el plantón instalado en la Plaza Lerdo, frente a Palacio de Gobierno, los campesinos denunciaron la desaparición de sus dirigentes José Jacobo Femat, Rafael Jacobo, Mariano Hernández y José Juárez Ambrosio, quienes habrían sido detenidos durante la refriega.

Ahí, con unas pancartas improvisadas, en las que exigían la aparición de sus dirigentes, el centenar de campesinos que logró llegar a Jalapa fue amenazado por el director de Gobernación, José Luis Salas Torres, en el sentido de que serían arrestados si intentaban bloquear las calles del centro de la ciudad, "pues no lo vamos a permitir".

Márquez afirmó que las autoridades pretenden justificar el uso de la fuerza pública contra los indígenas inconformes, "argumentando que bloqueamos la carretera y que la única manera de hacernos entender era enviándonos a la policía".



Añadió que participaron unos 300 granaderos de ambas corporaciones.

"Nosotros veníamos en plan pacífico en una caravana. No estábamos bloqueando la carretera. Fueron los propios policías al colocar retenes con sus patrullas para detenernos. La intención era llegar al Palacio de Gobierno, al programa de `Lunes de puertas abiertas`", subrayó.

Una de las indígenas afirmó: “Nosotros sólo venimos a pedir tierras y nos atacan con policías y perros".

Márquez explicó que la principal demanda son las 10 mil hectáreas de tierras que el gobierno del estado se comprometió a adquirir hace cuatro años en beneficio de dos mil campesinos de 20 municipios de la sierra del Totonacapan, la Alta Huasteca y Las Choapas, "pero no ha cumplido".

Añadió que este compromiso fue ratificado por Herrera Beltrán el 18 de marzo pasado en El Tajín, y señaló. "Es la fecha en que no hemos tenido ningún diálogo con él. No hemos podido entrevistarnos ni tener ningún tipo de acercamiento".

De estos compromisos, dijo, hay minutas de trabajo firmadas hace tiempo con diversos funcionarios, entre ellos el secretario de Gobierno Reynaldo Escobar Pérez, "donde se estableció el compromiso de que el gobierno estatal adquiriría las tierras en beneficio de los campesinos".

A lo largo de la caravana los policías instalaron varios retenes: el primero, en la caseta de peaje de Nautla, donde detuvieron a unos 500 campesinos; un segundo en La Antigua, sobre la autopista Veracruz-Jalapa, y un tercero en Rinconada, donde interceptaron a la mayoría del contingente.

En ese punto, los campesinos fueron trasladados al Agrocentro, municipio de Puente Nacional, vigilados por unas 200 patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública estatal y de la PFP, quienes acordonaron el lugar para evitar que alguien saliera.

De acuerdo con los testimonios de los propios campesinos, "los que se resistieron fueron bajados a culatazos y macanazos. Nos decían que sí queríamos venir a molestar al gobernador, se van a chingar…, y hasta las mujeres con niños fueron golpeadas y amenazadas con los perros".

Por su parte, el secretario general de la Cocyp en el estado, Octavio Antonio Reyes, aseguró que los agentes policíacos detuvieron al dirigente nacional de ésta organización, José Jacobo Femat y a los líderes regionales José Juárez Ambrosio, Rafael Jacobo García y Mariano Hernández.

A su vez, Miriam Márquez señaló que los campesinos cuyo paradero se desconoce, son: Martha Gómez León y su hijo de dos años, así como Marcelino Gómez Salazar, de 10 años, y su madre, de 50; Josefa Salazar, Teresa León Gómez, Patrona Gómez García y Juana Francisco.

El delegado de la Cocyp en la comunidad Lázaro Cárdenas, municipio de Papantla, afirmó que la demanda de tierras de los campesinos de esta organización "es un derecho y más cuando hay minutas de trabajo firmadas con el gobierno del estado, que se comprometió a comprarlas".

En tanto, un campesino mostraba un cartel con la leyenda "El Hitler veracruzano", El jornalero Olarte Ferral subrayó que sí los campesinos están demandando tierras “es porque no tenemos y, para poder trabajar, tenemos que rentar hasta por mil pesos una hectárea y de dónde los vamos a pagar".

"Yo pediría que se dejaran de tanto trámite burocrático y se cumpla lo que se prometió. Somos jornaleros y estamos en desigualdad por raza, religión y lo que quieran, pero somos mexicanos que tenemos derecho a que se nos apoye, sobre todo, cuando se ha dicho que hay disposición para ello", apuntó.

El jornalero refirió que, para sembrar maíz en una hectárea de tierra, se requiere invertir entre cinco y seis mil pesos, "pero cuando bien nos va, sólo sacamos cuatro o cinco mil pesos, sin contar sí viene una temporada de huracanes; entonces, perdemos todo; aquí no hay seguro para las milpas".

Hasta el cierre de esta edición, por lo menos mil campesinos permanecían retenidos en el Agrocentro.

Márquez señaló que uno de los indígenas que logró llegar al plantón que mantienen en la Plaza Lerdo, les comunico que los policías han seguido golpeando a sus compañeros.

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