Por Julio Pimentel Ramírez
No cabe duda que los gobiernos neoliberales de los últimos cinco sexenios han hecho bien su tarea, aplicando puntualmente la receta dictada por el Consenso de Washington, lo que se ha traducido en resultados satisfactorios para el capital financiero transnacional como lo muestran las altas ganancias obtenidas por la banca “nacional” en medio de una aguda crisis económica con más de cincuenta millones de mexicanos sumidos en la pobreza.
Durante el primer trimestre del año la banca que opera en México (90 por ciento extranjera) obtuvo una utilidad neta de 22 mil 180 millones de pesos, monto 54.22 por ciento mayor que el reportado en el mismo periodo del 2007, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Solamente en un país en el que el gobierno de la República se comporta como un grupo gerencial servil y no como el garante de los intereses sociales y soberanos de la Nación, puede existir un “negocio” privado que en medio del estancamiento productivo, el hambre y el desempleo, genere utilidades de esta magnitud: más de 243 millones de pesos por día o, si usted lo prefiere, un millón de dólares por hora “libres de polvo y paja”.
Mientras en Estados Unidos y en el llamado Viejo Continente, las instituciones financieras ven contenidas sus utilidades por la crisis hipotecaria y en algunos casos se encuentran en medio de serios problemas que los amenazan con la quiebra, México se ha convertido en un verdadero paraíso para un grupo selecto de especuladores venidos de la mal llamada “Madre Patria” y de otras latitudes, todos en busca de la ganancia fácil y a corto plazo.
¿Cómo explica estas elevadas ganancias en una economía estancada, en la que es preocupante el crecimiento del desempleo y en el que son frecuentes las voces –incluso la de funcionarios públicos- que demandan que los bancos canalicen recursos al financiamiento de actividades productivas?
La misma CNBV reconoce que el incremento en beneficios se explica por un mayor margen financiero -diferencial entre lo que pagan por el ahorro y lo que cobran por el crédito- que se ubicó en 54 mil 878 millones de pesos, un aumento de 12.01 por ciento. Es decir cobran mucho por lo que prestan y pagan poco a quienes guardan dinero en sus arcas.
A este rubro hay que añadirle los ingresos no financieros (cobros de comisiones), que ascendieron a 24 mil 661 millones de pesos, que representó un aumento de 46.23 por ciento. Ante estos márgenes sustanciosos para qué arriesgarlo en inversiones inciertas, dirán los señores banqueros.
Para la banca que opera en el país México es un paraíso. En tan sólo tres meses incrementó 55 por ciento sus utilidades netas, a pesar de que el saldo de la cartera crediticia apenas subió 2.25 por ciento y la captación total de recursos cayó 1.95 por ciento. En otros términos tenemos bancos que no cumplen con sus funciones esenciales, que son su razón de ser: captar y prestar dinero.
Es conocido el descomunal fraude cometido con la quiebra del sistema bancario privatizado y su posterior rescate mediante el multimillonario FOBAPROA, lo que finalmente devino en un nuevo proceso de venta de los bancos saneados con recursos públicos y que fueron puestos en manos de quienes sí saben cómo hacerlo, “olvidando” que el objetivo final del capital financiero es obtener ganancias al menor costo posible.
Así, en lo que va de este siglo XXI las instituciones que le dan cuerpo al sistema bancario acumularon más de 285 mil millones de pesos limpios de polvo y paja. Alrededor de la mitad de ellos terminaron en las arcas de las trasnacionales financieras BBVA y Citigroup.
Recordemos que en mayo de 2001 la trasnacional estadunidense Citigroup adquirió Banamex mediante el pago en efectivo de 6 mil 500 millones de dólares y otro tanto en acciones del grupo, que libres de impuestos recibieron Roberto Hernández y sus socios. A este grupo financiero, que se encuentra en severos problemas financieros en Estados Unidos que lo obligan a despedir a diez por ciento de sus empleados, le llevó poco más de seis años recuperar su inversión. En ese lapso el corporativo acumuló utilidades netas por casi 72 mil millones de pesos.
Otro botón de muestra. En marzo de 2004, la trasnacional española BBVA compró el porcentaje que le faltaba (40.6) para que Bancomer fuera íntegramente de su propiedad. Para ello, en una operación también libre de impuestos, entregó alrededor de 4 mil 100 millones de dólares al recientemente fallecido Eugenio Garza Lagüera. En solamente cuatro años, los banqueros españoles han acumulado casi 60 mil millones de pesos en utilidades netas.
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