miércoles, junio 25, 2008

Prensa Mexicana

Los medios difusores en EU son instrumentos de control social en torno a la base económica, y sus noticias sobre México tienen móviles mercantiles e ideológicos, que copia "la gran prensa" de México, convertida en vocera y promotora de un poder cada día más plutocrático.

por Fausto Fernández Ponte

A Angelita González Callado. Por su gran fortaleza espiritual.

I

Decíase aquí que los medios de difusión masiva en Estados Unidos registran, consignan --para el consumo público-- y difunden noticias acerca de México movidos por una filosofía crematística.

Secuencialmente, esos medios tienen móviles mercantiles y, a la vez, ideológicos y, no se diga, políticos de una vena sistémica (al menos para este escribidor) y exaltadora de un estilo de vida dado.

Y del poder. Un poder que los propios gringos describen como uno que "es" y que "está" y que se nutre, en su turno, en alfaguaras del interés privado bajo guisas de supuesto interés público.

Tal es la dialéctica de ese fenómeno, ocurrente a partir de los acervos de la experiencia histórica. Así, los medios difusores en EU son instrumentos para el control social en torno a la base económica.

En el contexto de la experiencia histórica de EU, las actuaciones de los medios difusores se explican por sí mismas. El imperialismo estadounidense no es sólo externo, sino también interno.

Pero la presencia de ese fenómeno adviértese también en los países periféricos del imperialismo estadounidense, que es la prevalecencia dominante, si no es que hegemónica, de intereses de geopolítica.

Ése es el caso en México. Un caso que cabría identificar como arquetípico. Los medios difusores en México responden sistémicamente --hay excepciones, sin duda-- al interés privado.

II

Y en ese empeño desprivilegian el interés social --el de sus escuchantes, veedores y mirantes y, obvio antojaríase, lectores-- y actuan como voceros y promotores de un poder cada día más plutocrático.

Más no son voceros y promotores gratuitos del poder plutocrático, sino mercantilistas en extremo. Televisa, Televisión Azteca, Radio Centro, etc., son parte inherente de la plutocracia; ésta les sirve.

Esos medios aquí identificados específicamente, son casos emblemáticos del todo general. Pero lo mismo pudiérese decir de los medios difusores impresos, es decir, los periódicos doquiera.

Así es. Diarios, hebdomarios y mensuarios de circulación nacional (un calificativo inexacto) como El Universal, Reforma, Excélsior, los Milenio y otros sin trascendencia, desdeñan el interés social.

Otros, en contraste, aspiran a trascender sirviendo al interés social. La Jornada, Proceso, Eme Equis (MX) son muestra, a nuestro ver precaria en lo numérico, de afanes ajenos a la plutocracia.

Incorpórase, sin duda, a ésta relación una miríada de publicaciones conocidas como prensa marginal o medios alternativos. Pero su existir es de mera subsistencia, por magra y azarosa.

III

Tal vez la causal de esos contrastes dramáticos (e.g., las empresas de difusión de la plutocracia mexicana y los marginales) reside en general en el régimen de propiedad de los medios de producción.

En ese sentido, ningún periódico --que se sepa-- en el Distrito Federal, vitrina y sincretismio del país, es de propiedad social. Tampoco lo son los medios difusores monopólicos hertzianos.

Los propietarios de esos medios son en gradación variopinta parte de la élite oligárquica que da forma a la plutocracia en el ejercicio del poder formal y fáctico, aunque hay excepciones notorias.

Hay publicaciones impresas y digitales privadas que destacan y ejercen influencia en lectorados que bien serían de culto; su conducta editorial tiene orientación social, como el mensuario Forum.

Por ello, sus contenidos --incluyendo los del duopolio de televisión y las 10 familias de los de radio-- tienden a descontextualizar la realidad social, económica y política. Así mediatizan.

Existen, para esa práctica, técnicas de elaboración desarrolladas bajo las premisas de la objetividad, la asepsia ideológica y política para neutralizar tendencias en el discurso periodístico.

Por esa falsa asepsia --la objetividad-- se descartan o matizan los componentes de los contextos dentro de los cuales se difunden hechos y sucedidos e interpretaciones de éstos. Así mediatizan.

Esa modalidad mella las conciencias de los destinatarios finales de la difusion; les impide ver la relación entre los componentes de los contextos y concatenarlos. Uniforma el pensamiento general.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Alfaguaras: fuentes.

Asepsia: ausencia de materia productora de contaminación o de gérmenes que pueden producir infección o enfermedades.

Dialéctica: sucesión encadenada de hechos o razonamientos que se derivan unos de otros. Filosofía que estudia el razonamiento, sus leyes, formas y modos de expresión. Método de razonamiento que consiste en ir enfrentando posiciones distintas, para extraer conclusiones que las supere y se acerque más a la verdad.

Mediatizan: del verbio mediatizar. Impedir o dificultar la libertad de acción de una persona o una institución o un movimiento social.

Plutocrático: de plutocracia. Gobierno de los ricos.

Sistémicamente: por sistema.

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