miércoles, junio 25, 2008

Carroñeros

Indice Político
Francisco Rodríguez

Germán y Mariana, dirigentes del PAN en todo el territorio y en el DF, respectivamente, son marionetas cuyos hilos manejan los publicistas españoles que sirven al blanquiazul. Les han aconsejado montarse políticamente en la tragedia que, dijo Marcelo Ebrard, “enluta a la Ciudad de México”, y antes que solidarizarse con las familias y amigos de las víctimas, se apuran a denostar al contrincante político, a quien rabiosos ven como enemigo.
Gómez del Campo brinca de gusto porque, dice, Ebrard sólo tiene dos sopas: “… o le propone al Presidente nombrar un nuevo secretario de Seguridad Pública, o le dice a Ortega Cuevas que pida licencia o que renuncie”.
Sin averiguación de por medio. Sin que las autoridades hayan demostrado si tuvo o no responsabilidad. Así nada más. Un golpe autoritario. Y ya.
Martínez Cázares no brinca, pero se regodea. En su más reciente colaboración periodística, dedicada en su integridad a “golpear” al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, apunta:
“Ocupado como siempre en la grilla de su partido, Ebrard continúa acumulando tragedias en su servicio público. Como secretario de Seguridad todos fuimos testigos atónitos de cómo una turba quemaba vivos a dos policías en Tláhuac. Escurridizo, brincó ese percance. Ahora quiere ser protagonista de la reforma petrolera, mientras unos jóvenes y policías mueren aplastados en un operativo policiaco mal ejecutado.
“Ebrard está distraído. Quiere la capitanía del barco perredista. Pero debemos preguntarnos: ¿cuánto terminarán costando las distracciones de Ebrard?”
Superficial, como siempre enfuruñado, el dirigente nacional del PAN acusa responsabilidad del gobernante capitalino “en un operativo policiaco mal ejecutado” ¡por la autoridad federal panista en Tláhuac!
¿En qué se distrae el señor Calderón?, cabría preguntarle a Martínez Cázares. Porque distraído, entonces, debe estar también el señor Felipe Calderón quien, junto con Ebrard, es corresponsable de la actuación de las policías capitalinas, de acuerdo al peculiar y aún antidemocrático Estatuto de Gobierno que prevalece en la ciudad más grande y conflictiva de la República.
Pero tal es soslayado por los dos dirigentes panistas, Mariana y Germán, quienes una y otra vez han dicho –que no predicho— van a ¿recuperar? para el PAN el gobierno del Distrito Federal, por lo que incluso Martínez Cázares cambió su residencia de Michoacán a la capital nacional.
Sus opiniones ahora, por ello, están investidas de oportunismo electorero. Y desnudas de solidaridad para con las víctimas, sus familiares y amigos.
El proyecto panista, ya se ve, está en el aprovechamiento político de las tragedias.
Eso es insuficiente para gobernar, como desean hacerlo.
¿A quién le echarán las culpas de las tragedias que en el futuro sucedan?
¿Y si son en el nivel federal?
Que los panistas aprovechen las tragedias, coincidirá usted conmigo, es en sí mismo otra tragedia. ¿O no?
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