Del Diario Libertad: Columna Asimetrías
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Fausto Fernández Ponte
I
La inquietud de los ciudadanos --por lo menos, un tercio de
éstos, segùn la Consulta Mitofsky-- acerca del quehacer del Presidente de Facto, Felipe Calderón, tiene un nutriente activo: las dudas sobre el destino final de la renta petrolera.
Entendemos por esa definición --la de renta petrolera-- el conjunto de ingresos de la empresa pública Petróleos Mexicanos por concepto de exportaciones de crudo y la venta, en el mercado nacional, de gasolinas y otros derivados.
Esa colosal renta suma cientos de miles de millones de pesos, pero los ciudadanos no sabemos su destino, pues lo único que el gobierno calderonista ha informado al respecto es que esos vastos recursos ya se han gastado. Sí. Ya se han gastado. Desaparecido.
¿En qué se han gastado? El ínclito señor Calderón y su secretario del despacho de Hacienda, Agustín Carstens --cuya rotundez física le exige erogar seis mil pesos diarios en alimentos, según confesión propia-- no nos lo han informado.
Mas asúmase que lo informado por esos individuos es verídico y, en efecto, esos dineros se han gastado aunque acerca de cómo y en qué se erogaron no nos hayan dicho. Por lo pronto, apartemos los seis mil pesos diarios que don Agustín se zampa en comidas.
¿En qué se ha gastado la calderonía esos cientos de miles de pesos de la renta petrolera? ¿En inversiones públicas en infraestructura? ¿En aumentar las reservas monetarias y financieras del Banco de México para enfrentar eventualidades?
II
¿O acaso se ha reinvertido en Pemex, digamos, en exploración, infraestructura productiva, adquisición de barcos, ductos y otros transportes? ¿En mejorías administrativas, clínicas y médico-quirùrgicas de los hospitales de Pemex?
¡Quiá! No, no, ¡nooo! Se han usado principalmente para el gasto corriente del Estado mexicano, la partida secreta --que supuestamente no existe pues fue abolida por el Congreso en el sexenio de Ernesto Zedillo-- y una que otra triscada a tarascas.
Éstas últimas --las tarascadas rabisaleras y de gomia-- son la primera sospecha de los ciudadanos acerca de la desaparición misteriosa de esos cientos de miles de millones de pesos de la renta petrolera. Empero, no son superiores al gasto corriente.
¿Y por qué se destina la renta petrolera al gasto corriente y no al acrecentamiento de activos fijos, tangibles o intangibles, del tesauro nacional? Por la sencillísima razón de que el Estado mexicano no tiene otros ingresos importantes.
"¿Y los impuestos? ¿Qué le hace el Estado y el gobierno a los impuestos que pagamos los mexicanos?" Esas interrogantes ya fueron planteadas aquí ayer por el caro leyente César Joaquín Hernández Lelo. "¿Cómo desaparece el gobierno tanto dinero?"
¿Magia? Por supuesto que no. En todo caso sería prestidigitación habilidosa aunque, a nuestro ver, no tanto, pues esas artes las practican don Felipe y sus cofrades --para beneficiar a sus mentores-- sin filigranas ni churriguerías.
III
Cierto. No adviértese finura o vena barroca alguna en simular que el destino de la renta petrolera es productivo. Se advierte una grotesca manifestación de complicidad rayana en crimen contra la nación con quienes se ostentan como dueños de México.
La complicidad se tipifica moral y éticamente en la recaudación fiscal, acerca de la cual se simula su fracaso apropiándose de la renta petrolera: ésta representa el 40 por ciento del gasto público total.
¿Por qué no hay suficiente recaudación fiscal no obstante la "reforma hacendaria" que el grupo en el poder promulgó hace algunos meses y que brutalmente exacciona aun más a los pobres --la mayoría-- y a la de por sí cautivas y oprimidas clases medias?
La respuesta a ésta pregunta es la siguiente: los grandes empresarios (Cemex, Bimbo, Telmex, etcétera) mexicanos y extranjeros y los bancos trasnacionales (españoles, estadunidenes, ingleses, canadienses) no pagan impuestos.
O pagan muy poco o difieren durante años ese pago. Tan sólo por "consolidación fiscal" se dejarán de recaudar en éste año 51,794 millones de pesos, según estimaciones oficiales. Y por "depreciación acelerada de activos, 42,096 millones de pesos.
Son casi cien mil millones de pesos, a los que por "otras facilidades administrativas" --tal es la figura tributaria legal usada por Hacienda-- sumaríanse otros 200,000 millones de pesos.Esa es la totalidad de dinero que no ingresa al erario.
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Glosario:
Churriguerías: perteneciente o relativo al churriquerismo. Estilo de ornamentación recargada utilizado por el arquitecto y escultor barroco del siglo XVII Churriguera.
Gomia: persona que come demasiado y engulle con presteza y voracidad.
Rabisalera: vulgar, grotesco, corriente; dicho de una mujer que tiene mucha viveza y desenvoltura excesiva.
Tarascas: del verbo tarascar. Dicho de un perro. Morder, herir, dentellar, atacar.
Triscada: del verbo triscar. Ramonear. Retozar. Travesear: Morder moviendo los dientes de un lado a otro con violencia.
Zampa: del verbo zampar. Comer o beber apresurada o excesivamente. Colocar algo en un lugar. Matar. Repeler con violencia.
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