Los trabajadores mantenían un bloqueo en demanda de una ley de jubilación a los 55 años
El presidente Evo Morales pide a la COB y otros gremios “no prestarse al juego de la derecha”
Rosa Rojas (Corresponsal)
La Paz, 5 de agosto. Dos mineros murieron y 34 resultaron heridos en choques con la policía en una comarca andina, mientras que una violenta protesta en Tarija impidió la visita de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Argentina, Cristina Fernández, que iban a reunirse con su par boliviano Evo Morales para refrendar un nuevo acuerdo energético.
El gobierno de Morales denunció que los disturbios son promovidos por sectores de la oposición de derecha, que buscan evitar que el mandatario sea ratificado en el referéndum revocatorio del próximo domingo, en cuya consulta también estará en juego la vicepresidencia y las autoridades de ocho de los nueve departamentos del país.
Un operativo policial para el desbloqueo de la carretera La Paz-Cochabamba, a la altura del poblado de Caihuasi, desató los enfrentamientos entre los uniformados y los trabajadores mineros, quienes desde el lunes mantenían la toma de la vía en reclamo de una ley de jubilación desde los 55 años de edad.
Las autoridades informaron que los trabajadores del centro estatal de Huanuni, la mina de estaño más grande de Bolivia, convocados por la Central Obrera Boliviana (COB), colocaron dinamita y otro tipo de explosivo conocido como anfo en varias puentes de la zona con la intención de derribarlo.
Tras la refriega se identificó a los mineros que murieron como Hernán Montero Claros, de 26 años, y Miguel Vicente Alegre, de 24, que fallecieron por disparos de arma de fuego. En cuanto a los heridos, fuentes hospitalarias dijeron que varios de ellos también recibieron disparos.
Los uniformados no iban armados: ministro de Gobierno
El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, aseveró que la policía “no portaba armas de fuego” sino material persuasivo (gas lacrimógeno). Agregó que se produjeron refriegas entre mineros y los efectivos policiales, y confirmó que “en medio de ellas, los dirigentes de Huanuni pretendieron destruir el puente que une el eje troncal del país con cargas de dinamita. En su objetivo sólo lograron dañar una parte de la infraestructura”.
El presidente Evo Morales demandó a la COB, a los discapacitados y a otros sectores como el gremio de maestros que amenazan con medidas de fuerza a “no prestarse al juego de la derecha, porque buscan confundir a los bolivianos en su afán de evitar perder sus privilegios políticos y económicos”.
El viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, aseveró por su parte que “existe una estrategia entre algunos prefectos, cívicos y personajes como Jaime Solares –ex secretario general de la COB– que quieren frenar este proceso y dañar al gobierno”. Afirmó que existe una coordinación entre líderes como Solares con cívicos de Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija, que iniciaron una huelga de hambre para exigir la devolución de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, en rechazo a la política del gobierno central en favor de los ciudadanos de la tercera edad.
Medios de prensa local citaron que Solares replicó más tarde a esa acusación, exigiendo que el ministro Rada “muestre las pruebas que me vinculan con la derecha y de que he sido un paramilitar”.
En tanto, el gobierno boliviano confirmó que la reunión del presidente Morales en Tarija con sus pares de Argentina, Fernández de Kirchner, y de Venezuela, Chávez Frías, quedó suspendida por razones de seguridad ante los disturbios de cientos de supuestos grupos universitarios de derecha que cercaron el aeropuerto local en repudio a la visita.
Tanto el mandatario venezolano como la argentina enviaron sendos mensajes de solidaridad con Evo Morales.
El encuentro tenía como objetivo la firma de un acuerdo para la construcción de una planta de extracción de licuables y la entrega oficial del proyecto de la segunda fase del gasoducto Villamontes-Tarija, que permitirá a la capital tarijeña contar con 13.8 millones de pies cúbicos de gas por día, informó el gobierno.
La gira presidencial fue rechazada por activistas tarijeños que, dijeron, buscaban “impedir que Evo Morales venga a hacer proselitismo a Tarija para el referéndum revocatorio” en el que se pondrá en juego la presidencia de la república, vicepresidencia y ocho de las nueve prefecturas del país.
Al anunciar la suspensión de la reunión, el vicepresidente de la república, Alvaro García Linera, tildó de “fascistas” a quienes la impidieron con violencia y afirmó que “no lograrán impedir el desarrollo” de la región.
Esta es la segunda vez consecutiva que el presidente Morales se ve obligado a cancelar visitas a ciudades controladas por la oposición de derecha, luego de que el lunes suspendió un viaje protocolar a Sucre, capital de Chuquisaca, donde iba a encabezar este miércoles la celebración de la independencia nacional.
Ante estos hechos, el mandatario celebrará los actos oficiales en La Paz desde el balcón del Palacio Quemado, sede del gobierno, ante la falta de garantías para su seguridad y la de los ministros, por parte de la prefectura y los cívicos de Chuquisaca.
Los sectores opositores en ese departamento, que reclaman para Sucre la capitalidad plena del país, exigen ahora para impedir la visita del presidente que “pida perdón” por los tres muertos que hubo en diciembre de 2007 en aquella ciudad, durante las protestas que entonces llevaban a cabo contra la Asamblea Constituyente que sesionaba allí.
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