Las vallas metálicas y los retenes instalados impidieron el paso de transeúntes
Despliega el gobierno federal más de 600 efectivos de las Fuerzas de Apoyo en la zona
Bertha Teresa Ramírez, Ángel Bolaños y Gustavo Castillo
Gran malestar provocó ayer entre transeúntes el cerco que desde las cero horas del martes instaló el Estado Mayor Presidencial en tres de los cuatro lados de la Plaza de la Constitución, así como en el circuito vial que rodea la plancha y en el límite de las banquetas con el arroyo vehicular.
Rodeada de rejas en la mayor parte de su perímetro, la Plaza de la Constitución tenía un aspecto muy diferente a su imagen cotidiana llena de dinamismo, toda vez que vallas tubulares impedían a la gente transitar por la plancha en dirección al Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana y los dos edificios sedes del Gobierno del Distrito Federal.
En sí, el Zócalo rodeado de rejas custodiadas por efectivos del cuerpo de seguridad presidencial proyectaba una imagen hostil que se acentuaba unos metros más allá del asta bandera, en la parte más cercana al frente del Palacio Nacional, pues ahí el Estado Mayor Presidencial ocupó con vallas metálicas de mayor altura la Plaza de la Constitución.
Así, cerrado el paso en dirección a esos tres puntos, las únicas personas que transitaban sobre la plaza eran las que se dirigían a la estación Zócalo del Metro, para lo cual incluso la guardia implementó un pasillo para que los transeúntes no se desviaran hacia otra parte de la plancha y su tránsito quedara restringido al acceso al Metro.
Ante la restricción del paso, no fueron pocas las personas que hicieron patente su malestar, inconformidad y reclamos contra los efectivos militares, ya que debían llamar constantemente a la gente a que caminara por las banquetas cercadas y se abstuvieran de intentar cruzar la vialidad, por ejemplo, afuera del edificio moderno del gobierno capitalino, así como del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Funcionarios federales informaron que al igual que el año pasado, el gobierno federal desplegó más de 600 elementos de las Fuerzas Federales de Apoyo (FFA), como medida de seguridad para la celebración del 15 de septiembre en el Zócalo.
La instalación de vallas metálicas y la presencia de agentes federales será similar a lo ocurrido en 2007, cuando los asistentes a las ceremonias del grito de Dolores fueron revisados al igual que sus pertenencias para evitar la introducción de bebidas embriagantes y cohetones o armas a la zona, indicaron.
Cabe recordar que el año pasado, tanto integrantes del Frente Amplio Democrático como el presidente Felipe Calderón encabezaron ceremonias en el Zócalo y no hubo hechos de violencia. Además, otros mil elementos se mantendrán alerta ante cualquier eventualidad, agregaron funcionarios de la SSP federal.
Acuerdos previos
Por su parte, el secretario de Gobierno del Distrito Federal José Ángel Ávila Pérez, dijo que con todo y los acuerdos a que se llegó con las autoridades federales, desde las primeras horas del martes se cercó un tercio del Zócalo.
Indicó que uno de los acuerdos consistía en interrumpir 40 minutos las actividades programadas en el Zócalo, previo a la ceremonia del grito de independencia este 15 de septiembre, de las 21:20 a las 22:00 horas, a fin de permitir que Andrés Manuel López Obrador dirija un mensaje a sus simpatizantes.
Mientras que el Frente Amplio Progresita (FAP) acordó a su vez, como lo estableció el propio López Obrador, que se retirarán del Zócalo al concluir el acto al que convocó para conmemorar el aniversario de la Independencia a las 22 horas.
En entrevista, explicó que el día 15 se instalarán dos templetes, uno entre Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana y otro frente a 5 de Febrero.
“Nos han pedido que puedan realizar un evento desde las 20 a las 22:00 horas, hay un acuerdo ya con las autoridades del gobierno federal, hemos pactado que entre las 9:20 y las 22:00 horas, ellos apagarán su equipo de sonido del lado del templete que estará a un lado de la Catedral para que se desarrolle el evento en el templete que está en 5 de Febrero”, señaló.
Precisó que no habrá dos gritos. Según las conversaciones con las organizaciones del FAP, “no habrá grito como tal, habrá un mensaje de Andrés Manuel López Obrador, pero nada más”.
El 31 de agosto pasado, en la asamblea que realizó al pie del Monumento a la Revolución, López Obrador dijo: “estaremos allí (en el Zócalo) de manera pacífica hasta las 10 de la noche. Lo aclaro para que no haya ninguna duda, tendremos nuestro acto, desde luego que vamos a ponernos de acuerdo para ver quién nos representa y da el grito esa noche y luego nos vamos a retirar para dejarles a los vendepatrias que hagan su numerito”.
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