La bancada presentó un punto de acuerdo para que comparezca Agustín Carstens
Enrique Méndez y Roberto Garduño
La bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados presentó ante el pleno de legisladores un punto de acuerdo con objeto de citar al secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, para que explique “la intervención, participación e involucramiento” de José Francisco Gil Díaz en la operación de compra venta del Grupo Banamex-Accival a favor del trasnacional Citibank. De aquella operación se otorgó al beneficiario, Roberto Hernández, la gracia de no pagar impuestos por un monto aproximado a 3 mil millones de dólares.
Juan Guerra Ochoa, representante perredista y promovente del punto de acuerdo que fue turnado a comisiones, expuso en la tribuna de San Lázaro, como parte de su propuesta, que la Cámara de Diputados acordará solicitar a la Procuraduría General de la República y a la Procuraduría Fiscal de la Federación, “respecto de las responsabilidades de los servidores públicos involucrados en los hechos y omisiones del caso, y para que informen a esta soberanía respecto de las pesquisas, investigaciones y actuaciones que realicen para evitar la prescripción de las responsabilidades relativas”.
Una vez aprobado el punto de acuerdo, la Cámara de Diputados se dispondría a solicitar un informe detallado a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para que, en el ámbito de su competencia, requiera a la Bolsa Mexicana de Valores para que explique los pormenores bajo los cuales se llevó a cabo el cruce de la operación entre Banamex y Citibank.
El señalamiento contra el ex secretario Gil Díaz obedece a que el 21 de mayo de 2001 la Secretaría de Hacienda emitió un boletín de prensa, aclarando que el titular de la dependencia –entonces Gil Díaz– se excusaba ante el entonces presidente Vicente Fox Quesada, de tomar alguna decisión que competiera a la secretaría a su cargo en torno a la operación financiera entre Banamex y Citigroup, propietaria de Citibank.
“En forma indebida y sin sustento real ni legal, Gil Díaz alegaba que no estaba obligado a cursar dicha excusa, tratando de encubrir los nexos y lazos que le unen a funcionarios y accionistas del grupo financiero en cuestión, al cual servía en forma encubierta a través de desempeñar puestos directivos en Avantel, empresa telefónica a la que accedió sin contar con experiencia en la conducción y administración de empresas del sector telecomunicaciones, ni contar con experiencia técnica en el ramo y sí, por otro lado, mantuvo permanente contacto con autoridades y operadores del sector financiero”.
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