El grupo PRISA, y más concretamente el diario El País, su buque insignia, últimamente no paran de sumar enemigos a su ya de por sí extensa lista de desavenencias. Empezando por la blogosfera afín a Izquierda Unida, hasta llegar a José Miguel Contreras (consejero delegado de La Sexta), pasando por José Luis Garci, Javier Pérez de Albéniz (de Soitu.es), varios redactores de la conocida web progresista Rebelion.org, José María Izquierdo (director de los informativos de Cuatro) o Paolo Vasile (consejero delegado de Telecinco), son decenas las voces que se alzan contra las desinformaciones y manipulaciones que, en su opinión, se han producido recientemente en el diario generalista más leído de nuestro país.
Si a eso se suman el descenso del número de lectores, la pérdida de rentabilidad que el propio consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, ha admitido, las insinuaciones que apuntan a que la afinidad mantenida con el Gobierno de Zapatero en los buenos tiempos se está viendo socavada tras la irrupción de Público y La Sexta en el panorama mediático nacional y las divergencias de criterio respecto a la denominada "guerra del fútbol", configura un panorama poco halagüeño para el que desde la Transición ha sido el grupo mediático más poderoso de España.
La izquierda, unida contra El País
Muchos de los simpatizantes de Izquierda Unida que ahora echan pestes de El País han sido lectores desde su fundación, aunque bien es verdad que por aquellos años el periódico no era el mismo que encontramos en los kioscos hoy en día. Nacido con la democracia, se erigió defensor de los valores de libertad, igualdad y justicia que la fundamentaban, contribuyendo al duro proceso de asentar en nuestro país un modelo de prensa verdaderamente libre y plural al que en absoluto estaban acostumbrados los medios del régimen franquista.
Por esa razón, los jóvenes izquierdistas de los '80 tomaron El País como referencia informativa, aunque acudieran después a órganos de comunicación partidista como Mundo Obrero para fijar y respaldar sus posiciones políticas. Lo curioso es que ahora esos jóvenes, mucho más creciditos, reniegan de El País porque no ven en él el diario que les aligeraba hace más de 20 años el trayecto hasta la facultad o su lugar de trabajo.
¿Cuáles son las razones de que el romance entre El País y la izquierda se haya roto?
- Los orígenes más remotos del desencuentro los encontramos en la segunda mitad de los '90, cuando El País encabezó una campaña de acoso y derribo contra el Partido Comunista e Izquierda Unida y, en particular, contra su entonces presidente, Julio Anguita. Algunos van aún más lejos, remontándose a los presuntos orígenes franquistas de la publicación. Otros son mucho más concretos en la fecha en que perdieron su confianza en El País. Por ejemplo, al autor del blog Ceronegativo le hizo abrir los ojos un editorial del día 15 de noviembre de 1996 en el que el diario mostraba su apoyo a la entrada de España en la OTAN.
- El modo de abordar la información sobre los países socialistas latinoamericanos de El País, que los lectores de izquierdas consideran "colonialista" y típica de la derecha mediática. En este sentido apuntan, entre otras, las críticas publicadas por Daniel Torregrosa, Pascual Serrano y José Manuel de Pablos en la web de información alternativa Rebelion.
- La aparición del diario Público, con una filosofía capaz de atraer a esta masa de lectores de izquierda, ha hecho que en comparación El País parezca un periódico excesivamente centrista (algunos llegan a decir que "reaccionario") para los simpatizantes de IU.
- Otros aspectos concretos, como la inclusión de artículos de crónica taurina o de una considerable cantidad de anuncios de prostitución resultan especialmente desagradables para este perfil de lectores.
La crítica a PRISA no es solo cosa de IU
Son muchas y muy variadas las voces que se alzan contra los medios de comunicación de PRISA. De hecho, incluso podría parecer que los responsables del grupo empresarial de la Gran Vía están empeñados en fomentar y acrecentar las fobias contra El País, Cuatro y la SER por algún tipo de motivo estratégico o por simple falta de delicadeza. Al menos, parece evidente que su consejero delegado, el ya citado Juan Luis Cebrián, no tiene complejos a la hora de hacer declaraciones sobre la situación del mercado audiovisual español, a sabiendas de que la acidez de sus palabras es siempre fruto de polémicas y enfrentamientos con la competencia.
Así, Cebrián aprovechó el pasado día 25 su intervención en el Foro de la Comunicación para cargar contra el Gobierno por su "amiguismo" a la hora de conceder nuevas licencias, contra el "clientelismo" de algunos medios para con la política gubernamental, contra la financiación de la televisión pública española y contra la postura del secretario de comunicación de Zapatero y de los canales autonómicos en la llamada "guerra del fútbol". Lo que evidentemente no ha comentado el dirigente de PRISA es que, como apunta Javier Pérez de Albéniz en Soitu, su grupo no era tan reacio al "amiguismo" cuando "en 1988, con González, llegó Canal +, y en 2005, con Zapatero, Cuatro".
Las reacciones ante tamaña ráfaga de acusaciones no se han hecho esperar demasiado. José Miguel Contreras, consejero delegado de La Sexta, ha sido el primero en responder a las claras alusiones de Cebrián a su cadena. Y lo ha hecho apuntando donde más podía dolerle a El País, a la misma degradación de su relevancia histórica que denuncian los simpatizantes de Izquierda Unida. Contreras ha afirmado que Cebrián "está dilapidando algo muy importante" y que se está "distanciando de lo que PRISA y El País han representado históricamente toda su vida y, curiosamente, utilizando la prepotencia, el autoritarismo, la soberbia y la manipulación, está convirtiéndose precisamente en aquello en lo que El País nació para combatir". Durísimas acusaciones a las que se han sumado otros importantes directivos de cadenas de televisión, como José María Izquierdo, consejero delegado de Cuatro, o Paolo Vasile, su homólogo en Telecinco.
http://www.tintadigital.org/Lic. Rosa Cristina Báez Valdes
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