Este lunes negro, calificativo desgastado pero que refleja la profundidad de la crisis económica que al inicio de esta semana dejó una estela de desplomes generalizados de las bolsas del mundo, incluida la de nuestro “vacunado” país, en el que también se presenta una depreciación importante del peso y un preocupante descenso del precio del petróleo.
Por Julio Pimentel Ramírez
Ante la crisis mundial se requiere tomar medidas serenas y audaces que rompan con el paradigma de la dependencia y coloquen en primer plano los intereses de la soberanía nacional y de la mayoría de la población. Algo que no está dispuesto a impulsar el espurio “doctor” Calderón, quien ante la pulmonía que aqueja a Estados Unidos diagnosticó negligentemente una simple “gripa”.
Las señales de agotamiento del actual sistema financiero internacional, sustentado en el predominio de la especulación irrefrenable del capital financiero y en los principios neoliberales de predominio irrestricto del mercado (cuando así le conviene a los grandes Estados capitalistas pues es conocida su intervención vía subsidios a sus agricultores), se presentaron ya hace varios meses.
Lo que inició como crisis hipotecaria en Estados Unidos, se extendió inexorablemente al resto del sistema crediticio estadounidense y por extensión, en una economía globalizada, al resto de países del orbe. Las más afectadas serán las economías con mayor grado de dependencia de la del coloso, con pies de barro, del Norte de nuestro continente, entre ellas la mexicana, aunque lo niegue el “miope” inquilino de Los Pinos.
A pesar de los esfuerzos del desesperado Bush y de los líderes de la Cámara de Representantes, que lograron la aprobación de un paquete de rescate bancario de 700,000 millones de dólares que dejan en manos de Hank Paulson, secretario del Tesoro y ex presidente de Goldman Sachs, el rescate de Goldman Sachs y Morgan Stanley así como de otro bancos en sus operaciones de derivados crediticios, esencialmente seguros contra hipotecas impagas, el mercado consideró que esto es insuficiente.
Este inicio de semana arrancó con una caída brusca de las bolsas asiáticas del 4.5%, las primeras en abrir en la semana, ya que lo hacen el domingo en hora del hemisferio occidental. Esto fue seguido por un derrumbe en las bolsas europeas que abrieron el lunes 6 de octubre a la baja y siguieron su derrumbe otro 4.5% en medio de noticias alarmantes sobre la caída de la demanda de automóviles.
La flamante comunidad europea, que presumía su estabilidad y largo periodo de crecimiento, ha sido duramente golpeada: se rescatan bancos quebrados en Irlanda, Dinamarca, Bélgica, Alemania (se requirió de una inyección de 70 mil millones de dólares para rescatar al Hypo Bank, la institución de créditos hipotecarios más importante de ese país), entre otras naciones.
Recuérdese que hace un año se presentaron problemas en la bolsa de Nueva York centrados en la falta de pago de créditos hipotecarios. A esto le siguió la quiebra del banco IndyMac en California en julio del 2008. Siete bancos colapsaron en el año 2007 y hasta la fecha, 12 en el 2008.
Desapareció la banca de inversión completa llevándose consigo a Merrill Lynch, cuyo edificio es emblemático en Wall Street, Lehman Brothers, el más antiguo de todos, y las divisiones de banca de inversión de Citibank y de UBS. Hay veinte bancos expuestos a los riegos de los derivados
crediticios relacionados a hipotecas. Diez de estos han desparecido.
Faltan los otros diez que incluyen a UBS de Suiza, Deutsche Bank de Alemania, Barclays de Inglaterra entre los más vistos. Citibank y Bank of America junto con JP Morgan están en esta lista y deben ser parte de la lista de espera en la lista de bancos a rescatar.
También en el descomunal “Fobaproa” estadounidense, se pretende salvar a los especuladores con recursos de los contribuyentes. El Estado se encargará de arreglar los desajustes del omnipresente y casi divino (para los neoliberales) mercado, mientras como en toda crisis el proceso se presentará en forma dolorosa para la mayoría y derivará en recomposición y centralización del capital.
Ahora bien, cabe anotar que la crisis no solamente se presenta en el ámbito del crédito hipotecario, sino que se extiende a la actividad económica productiva. En septiembre se informó que en Estados Unidos se perdieron, en lo que va del año, alrededor de 800 mil empleos, y que el descenso de la demanda automotriz es de dos dígitos; la tasa de crecimiento fue menor que
la esperada y la inflación crece.
Esta recesión económica afectará severamente a México. Es de temerse que los primeros que serán echados a la calle en Estados Unidos serán los latinoamericanos. La caída de las remesas, el descenso en el precio del petróleo son los primeros síntomas de una crisis que ya empezó y a la que el gobierno ilegítimo no sabe cómo enfrentar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario