Koldo Campos Sagaseta
Rebelión
Fascinantes las crónicas que los medios de comunicación transcriben sobre los repetidos accidentes de los helicópteros estadounidenses en Iraq.
En estos días leía en El País que “dos helicópteros militares de los EEUU se han estrellado mientras aterrizaban en una base al norte de Bagdad y en el incidente pereció un soldado iraquí y han resultado heridas cuatro personas más”.
No es que uno dude de que se hayan estrellado los helicópteros pero, aunque parezca de perogrullo, se supone que la función para la que se han diseñado esos aparatos es volar, no estrellarse. Si ocurre que se estrellan, alguna razón habrá para que así sea. Tal vez que se quedaron dormidos los pilotos, una falla mecánica, que el de la torre de control había ido al servicio o que, digo yo, tratándose de un país en guerra y existiendo una resistencia armada, pudieran haber sido derribados.
Hasta el ejército estadounidense me da la razón párrafos más abajo cuando afirma que "de momento no se cree que (el incidente) se haya debido a fuego enemigo". Es decir que, pasado ese “momento”, sí podría creerse que los aparatos fueron derribados.
Lo que no acabo de entender es que resultaran heridas cuatro personas. Y tampoco es que dude de que haya sido así, pero no entiendo a qué cuatro personas se refería la crónica. Se nos habla de un soldado iraquí muerto, al que la crónica no clasifica como persona y que, supongo, iba en uno de los helicópteros. ¿Y las cuatro personas heridas? ¿Se trataba de un grupo de animadoras que habían salido con sus pompones a recibir los helicópteros cuando éstos les cayeron encima? ¿Eran turistas a bordo de los helicópteros de gira por Bagdad? ¿Eran familiares del soldado muerto? ¿Nadie tripulaba los helicópteros?
La respuesta, en cierto modo, también aparece unas cuantas líneas más abajo. Podría tratarse de “dos integrantes de la coalición militar que opera en Iraq, encabezada por Estados Unidos y de otros dos soldados iraquíes”.
Elocuente derroche el de El País para referirse a los heridos. Los iraquíes son soldados, y lo son a secas. Ellos no forman parte, al parecer, de coalición alguna. Los estadounidenses sí son “integrantes de la coalición militar que opera en Iraq…”.
Yo no esperaba que El País los fuera a definir como fuerzas de ocupación o invasores. Menos aún terroristas, por más terror que sigan sembrando en ese país, pero llamarlos militares estadounidenses no me parece fuera a ofender bolsillo alguno cuando, además, otras veces se les ha escapado la nomenclatura. Cualquier cosa antes de “integrantes de la coalición militar que opera en Iraq”, coalición, por cierto, que tampoco ocupa o invade, sino que opera.
El último párrafo, todo un alarde de memoria, despeja cualquier duda.
“El pasado 18 de septiembre (hace menos de un mes) siete soldados estadounidenses murieron a causa de un aterrizaje forzoso de un helicóptero Chinook CH- 7 a unos 100 kilómetros al oeste de la población sureña de Basora.”
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