"¿Trabajar yo para el gobierno? ¡No, qué hueva! ": Gómez Mont

Trascendidos en medios y cuartos

Que el duelo fue efímero; dos senadores del PAN dejaron los sacos y las corbatas negras y se fueron a celebrar a una cantina del centro de la ciudad de México, muy cerca de la Glorieta de Colón; en efecto, aunque nunca llego santiago Creel, sus colegas Guillermo Anaya (compadre del presidente Felipe Calderón) y Humberto Aguilar Coronado (hombre muy cercano a Santiago Creel), departieron buena parte de la tarde del miércoles en compañía de tres muchachitas casi adolscentes; ellos y ellos charlaban, sonreían tomaban sin parar; ninguno de los dos senadores parecía estar de luto por la trágica muerte de la muy amada pareja presidencial, Juanca Mouriño.

Que muchos se preguntan qué trae entre manos el coordinador priista en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, cuando en la comida que celebraron los 300 líderes nacionales exclamó un "ya basta de discursos" y "es momento de sentarnos a la mesa", para definir qué les corresponde aportar a trabajadores, empresarios, legisladores, gobierno federal y liderazgos sociales para construir un Acuerdo Nacional que le permita al país recuperar el resplandor que se tuvo durante el llamado "milagro mexicano", con 6 puntos de crecimiento y 2 de inflación.El sonorense planteó un plazo: no más allá de enero.

Que en el Cisén ahora bajo su mando directo encontró sobre sí mismo Fernando Gómez la nota sinalagmática siguiente:

* "¿Trabajar yo para el gobierno? ¡No, qué hueva! Me va mejor en mi despacho, gano más y soy mi propio jefe": la frase, que podría ser de muchos, es del nuevo secretario de Gobernación y más de un amigo suyo dice habérsela escuchado varias ocasiones.

* Claro, eso fue en otros tiempos, antes de que Fernando Gómez aceptara la invitación personal que le hizo su ex-condisciípulo Felipe Calderón, para ocupar el lugar que dejó vacante, tras su trágica muerte, Juan Camilo Mouriño.

* Fernando siempre rehuyó, por convicción y por conveniencia, trabajar en el servicio público —cosa que no desagradaba a sus hermanos—. En su carrera política prefirió la vía de la grilla panista por aquello de la sanfre azul de pai, you know? aunque sólo una vez fue diputado y sus ex compañeros de Legislatura lo recuerdan como un "político hábil, buen negociador y con buena mano derecha para la conciliación y la diversión a dos de trs bebidas sin límite de tiempo".

* En la 55 Legislatura de San Lázaro, la que corrió de 1991 al 94, fue protagonista en iniciativas, negociaciones y francahelas importantes, pues así como se le recuerda por sus habilidades políticas, también hay recuerdos de la personalidad bonachona y relajada, más bien bohemia, del nuevo inquilino de Bucareli. Alegre, animado, fiestero, así describen sus ex compañeros legisladores al secretario.

* Cuentan, por ejemplo, que en una ocasión, la Comisión de Justicia organizó unos foros para discutir una reforma penal; el grupo de legisladores de todos los partidos acudió aquella vez a Guanajuato, capital, donde se realizaría la reunión par oír propuestas de juristas, expertos y académicos locales. *

Todo estaba listo en el hotel sede para que comenzara la reunión. Habían llegado casi todos los diputados, los invitados, los ponentes y hasta el gobernador en turno. Pero faltaba el presidente de la Comisión de Justicia, Fernando Gómez Mont. ¿Dónde está? Se preguntaban muchos. Casi con una hora de retraso, despeinado y con notoria cara de desvelo apareció el diputado para que comenzara la reunión. Como ésas cuentan varias anécdotas.

* Cuando Ernesto Zedillo decidió incluir en su gabinete al primer integrante no priísta de la historia desde el gobierno revolucionario de Plutarco Elías Calles, buscó a Diego Fernández de Cevallos, ex contrincante suyo —que para fortuna de Zedillo se hizo el enfermo justo después de ganar abrumadoramente el debate en TV y de que su popularidad se fue a las nubes—, al que le hizo la primera oferta, pero el Jefe Diego declinó la invitación presidencial pero recomendó a Gómez Mont y éste se convirtió en asesor personal del lego jurídico e inexperto Zedillo.