Por Fausto Fernández Ponte
"Andrés Manuel López obrador
no está muerto todavía".
The New York Times (4/II/09)
I
Que un grueso denso de la sociedad mexicana y, por ende, el electorado actúan políticamente con arreglo a una cosmovisión conservadora del statu quo, opuesta a cambios de fondo, lo muestran los desenlaces comiciales recientes.
Subráyese antes de proseguir que por grueso denso entenderíase no sólo en lo demográfico y territorial, sino también espeso, craso, pesado, casi impermeable a proposiciones audaces, innovadoras y vanguardistas en lo social.
Empero, otro grueso también importante del pueblo y los electores preconiza cambios de fondo, de modo que exhibe una proclividad opuesta al conservadurismo; es decir, se inclina por una modalidad de liberalismo.
Señálese a título de salvedad que esa modalidad de liberalismo no es de manera alguna reivindicadora --en un sentido revolucionario--, sino sólo reformista, emblematizada en el pendón que ondea Andrés Manuel López Obrador.
Un tercer grueso, sin duda importante, de la sociedad y, ergo, del electorado, preconiza soluciones más allá del cambio de forma o cosmético o reformista, más no de fondo, del modelo económico y político prevaleciente.
Esas tres vertientes --tres polos-- tienen insoslayablemente raigones históricos antipodales, aunque las modalidades de una de ellas, la de actuación y vena conservadora, se traslapan y entreveran entre sí.
II
Tal es el caso de las modalidades que se representan y manifiestan en los partidos políticos Revolucionario Institucional y Acción Nacional y formaciones partidistas orbitales de menor alcance o reducido campo.
Concurre a esa identificación política (y a veces ideológica) entre PRI y PAN un tercer postor: el de ciertos grupos de poder del Partido de la Revolución Democrática insertos en éste bajo guisa pseudorreivindicadora.
Ello contribuye i nducir albedrío y volición electoral de ese polo filosófico, ideológico y político, cultural incluso, e indudablemente de vena consevadora del statu quo. Esa cosmovisión preside la vida nacional.
Si se utiliza la taxonomía política convencional, a ese polo de enorme densidad demográfica, societal incluso y territorial se le considera de "derechas", opuesto a uno centrista y otro de "izquierdas".
Cabría precisar que a la luz de las ciencias políticas y sociales en realidad en México son identificadas varias "derechas", las de "centro" y las "izquierdas", según paradigmas arbitrarios y no muy confiables .
Así, la gama variopinta de las derechas suele cohesionarse en torno a la base económica prevaleciente, la neoliberal, del salvaje subcapitalismo mexicano, y de su comprensión del papel del poder político del Estado.
Por ello, los candidatos del PAN y PRI a curules en la Cámara de Diputados federal son indistinguibles unos de los otros. Todos ofrecen más de lo mismo; es decir, le proponen al electorado continuidad del voraz modelo económico.
III
Para obtener el voto de la ciudadanía, esos candidatos del PRiAN se apoyan en andamiajes logísticos, los de los medios de control social, sobre todo el de los de la difusión de masas, y muchísimo dinero.
No en vano. Los dueños de los medios de difusión son adalides del conservadurismo del statu quo que les permite ser duopolio e influir en el diseño y aplicación de las políticas del Estado en materia difusora.
¿Y las izquierdas? Ese polo filosófico, ideológico y político no tiene candidatos representativos, sino identificados con el centrismo reformista, no revolucionario, que abandera don Andrés Manuel o el PRD.
Más ese centrismo reformista (pero tampoco contrarrevolucionario) es percibido como expresión de las izquierdas ya que el poder político del Estado, bajo control plutocrático de las derechas, así lo ha pintado.
Y pintado de izquierda está, bajo sospecha de izquierdosidad delirante y revolucionaria, esa resistencia civil pacífica que suma a millones que no lo consideran peligro --ni lo es-- a la cosmovisión del polo conservador.
Las elecciones confirmarían, según sondeos fiables, el proyecto de nación --más de lo mismo-- del PRIAN, pero ello agudizaría la crisis existencial y funcional en las izquierdas mexicanas. ¿Y el centrismo? Pregunta pertinente.
Muchos ciudadanos votarán por los candidatos con aval amlista, persuadidos de que son de izquierdas y opuestos al consevadurismo del statu quo. Más no es ese polo centrista el peligro real, sino el del PRIAN.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Amlista: derivado de AMLO, iniciales del nombre Andrés Manuel López Obrador.
Cosmovisión: manera de ver e interpretar al mundo.
Medios de control social: mecanismos de los grupos en el poder político para mantener su dominación. Son más amplios que el Estado y se constituyen por las instituciones, organizaciones y partidos políticos; policía, ejército, Etc.; aparatos oficiales de tramitación, investigación y decisión; de difusión y propganda (televisión, radio, periódicos, Internet, cine, Etc.).
Plutocrático: de plutocracia, gobierno de los ricos.
Statu quo: estado de cosas, situación actual.
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