Editorial. De las aguas turbulentas. .

Año 6, número 2519
Lunes 09, febrero del año 2009

El enorme problema de salud pública que significan 165 fallecimientos diarios a causa del tabaco, lo que es en sí absolutamente escandaloso; al que se le pueden agregar los que diariamente mueren a consecuencia del alcohol, de la diabetes y por supuesto del cáncer y del SIDA, da a entender que algo está fallando en materia de salud, y desde luego de educación.

Pero si a lo anterior le agregamos que según las propias estadísticas oficiales hay poco más de ocho millones de mexicanos que van a morir por problemas cardiovasculares (enfermedad de Chagas) cuyo agente transmisor son ¡las chinches! Hace evidente que a los serios problemas de salud y educación que ya tenemos, hay que agregar el de la miseria.

Miseria que contrasta grandemente con la riqueza que ostentan las opulentas clases altas de la burguesía y el clero. En una conjunción de hechos que históricamente han propiciado todo tipo de revoluciones, cismas y cataclismos.

Por lo que es inentendible que siendo hechos registrados en la Historia en incontables ocasiones, nuestras Autoridades no se den por enteradas del peligro que hoy corre nuestra Patria.

El no hacer nada y continuar “sin perder el rumbo”, lo que quiere decir que se debe continuar por el mismo camino (¿pero cuál?) También pude dar la lectura de que eso es precisamente lo que quieren, o sea, que la Patria pase del fallido al estallido.

Subterfugio suficiente como para que los extranjeros intervengan con el pretexto de proteger sus inversiones; pues finalmente el refrán dice que “A río revuelto, ganancia de pescadores”, y lo que no han logrado entregar con sus “reformas” lo pretendan tomar por la fuerza.

El caso es que parece ser que nuestros gobernantes navegan entre dos aguas; las de la ignorancia y la incapacidad; y las de la perversidad y la traición. Y ambas son aguas turbulentas.