“Todos somos palestinos”, la actual consigna entre los asistentes al encuentro en Brasil
El impacto de la agresión israelí en la franja, similar al de la invasión de EU en Afganistán
Luis Hernández Navarro (Enviado)
Belem, Brasil, 31 de enero. En la era de las guerras preventivas sin fin y de los nuevos muros que separan las metrópolis imperiales de las periferias, Palestina ocupa un lugar especial. A juzgar por las opiniones expresadas en el Foro Social Mundial (FSM), Gaza es la nueva Guernika y la resistencia palestina está en su corazón.
A pesar de las casi 2 mil 500 actividades, la cuestión palestina ha ocupado un lugar central en los trabajos del foro. No es fácil que suceda algo así. Las denuncias de pueblos sin Estado, devastación ambiental, crímenes políticos, criminalización de la violencia y precarización laboral son interminables y abrumadoras. Diariamente hay ceremonias de los pueblos indígenas, espectáculos político-culturales de los afrodescendientes y todo tipo de marchas. Son innumerables las consignas para la acción, algunas tan ingeniosas como “Ante la globalización de los silicones, globalicemos el feminismo.” Hacer de la agenda propia una actividad central del FSM no es asunto fácil.
Palestina, es, hoy, un estado de ánimo. De la consigna de “somos indígenas” se ha pasado a la de “somos palestinos”. Multitud de asistentes de los más distintos países visten una camiseta que dice en inglés: “Yo soy palestino.” No faltan, a pesar del calor, hombres y mujeres ataviados con hattas o kuffiyeh, no por seguir la moda sino como expresión de solidaridad.
Se han efectuado decenas de conferencias sobre este asunto. En la ceremonia que inauguró el acto que el Movimiento Sin Tierra organizó con cuatro mandatarios latinoamericanos, la bandera palestina ondeaba en el centro flanqueada por decenas de insignias rojas y verdes. En la marcha inaugural del foro, decenas de mantas denunciaron el genocidio israelí. Entre las centenares de tiendas de campaña que se levantan como pequeños hongos en el Campamento de la juventud, varias enseñas palestinas se yerguen orgullosas. Activistas en favor de la causa palestina organizaron una manifestación en la Universidad Federal de Pará, una de las sedes del acto.
Condena a los ataques
La agresión israelí contra Gaza ha impactado en el foro casi tanto como años atrás lo hizo la intervención militar estadunidense en Afganistán, y, sobre todo, en Irak. Es la evidencia de que la guerra no es una excepción en el mundo de hoy sino la regla para establecer un nuevo poder constituyente.
El economista filipino Walden Belo, una de las más relevantes figuras del altermundismo, declaró a IPS: “desde el primer momento he sostenido que hay ciertas luchas clave sobre las que el FSM debe adoptar una posición muy fuerte. Definitivamente, la cuestión palestina es una de ellas. El FSM debería condenar a Israel y apoyar el derecho de los palestinos a su propio Estado, apoyando el derecho de regreso de los palestinos a lo que ahora es Israel.”
En la reunión de los cuatro presidentes latinoamericanos con los movimientos populares, el jefe del Ejecutivo de Paraguay lamentó como “niños palestinos son impunemente atacados con balas”. Los gobiernos de Venezuela y Bolivia habían tomado previamente represalias diplomáticas hacia Israel.
No es un asunto religioso, ni, mucho menos, antisemita. El sociólogo y filósofo franco-brasileño Michael Löwy reconoce: “soy descendiente de judíos, por eso me identifico con los palestinos. Lo que Israel está haciendo es una guerra típicamente colonial.” Algo similar dicen varios de los creyentes judíos y ciudadanos israelíes asistentes al foro.
Jamal Jumá, delegado del Movimiento Palestino de Base con el Muro del Aparthied, explicó la gravedad de la situación que su pueblo vive. “Lo que está sucediendo en Gaza –narró en entrevista– es una de las peores masacres que Israel ha perpetrado contra el pueblo palestino. Usó aviones de caza, cañones, helicópteros para atacar los barrios más densamente poblados. Miles de gentes murieron y resultaron heridas, más de 44 mil casas fueron destruidas. Aún ahora, la gente sigue buscando entre los restos de los edificios a sus desaparecidos y sus pertenencias. Gaza es un territorio muy pequeño. Nuestro pueblo sufrió una destrucción masiva.
“Lo que es terrible –comenta– es la posición de la comunidad internacional en este asunto. Para ella la sangre palestina es muy barata. Dejó hacer a Israel lo que quiso. Así las cosas, cuando Israel quiera, sea el día de mañana o de pasado mañana, podrá volver a atacarnos y masacrar a nuestro pueblo sin que nadie lo detenga. Esto nos hace preguntarnos qué quieren decir realmente Estados Unidos y Europa cuando hablan de democracia y derechos humanos. Millones de ciudadanos se han manifestado en todo el mundo contra las agresiones que sufrimos pero a sus gobiernos no les importa.
“Llamamos a los organismos humanitarios –puntualizó– y de derechos humanos a llevar a los criminales de guerra responsables de la masacre ante la Corte Internacional Penal. Vivimos en uno de los peores sistemas de Apartheid que han existido. Y no estamos hablando de los territorios ocupados.
Según él, “Israel no quiere un Estado palestino. Lo que quiere es establecer un sistema en el que los palestinos estemos siempre bajo su control. Quieren usar nuestros recursos, nuestra agua, nuestra tierra, nuestra fuerza de trabajo, mientras nos mantienen bajo su control. Israel quiere tener un Estado judío en nuestro territorio. Quiere que la vida de nuestra gente en su propia tierra sea insegura, que no haya futuro ni esperanza, para empujar a la gente a salir de su tierra.
“Eso –añade– no va traer al mundo ninguna tranquilidad. La comunidad internacional y las voces dentro de Israel deben presionar para que esto termine.
“Barack Obama –concluye– nos ha decepcionado. Ha frustrado nuestras primeras esperanzas. El habla del asunto de Gaza, no de la masacre. No menciona para nada los sufrimientos de la gente. No menciona la ocupación de los territorios. Y cuando habla de Estado palestino usa las mismas palabras de George W. Bush.”
El asunto Palestina envenenará las relaciones internacionales
Para el filósofo lusitano Boaventura Souza, este asunto es central. “Esta agresión –declaró a IPS– que es de ocupación israelí, más brutal que antes y que en este momento se desarrolla con crímenes de guerra y de lesa humanidad, que se perpetran porque existe la certeza de impunidad total. Pienso que el FSM tendría que tener una posición muy clara, internacionalmente visible sobre la solución del caso de Palestina. La cuestión de Palestina va a envenenar todas las relaciones internacionales.”
Mañana domingo se realizará una gran manifestación para preparar la clausura del foro. En ella ondearan, nuevamente, las banderas palestinas. El nuevo sentido común que se ha construido dentro de esta comunidad imaginaria es que Gaza es hoy un nuevo Irak.
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