Gilberto Balam Pereira
Desinformación y confusión
Pocas veces la población se ha sentido tan desorientada como ahora por información en sumo contradictoria, que no refleja más que la ignorancia de los técnicos especialistas. Ignorantes al menos en este problema, porque el mal es producido por una cepa (clase, tipo) de nueva estructura de virus “influyente”, identificado biológicamente como AH1H1 hasta ahora desconocido. Obviamente no existe todavía la vacuna correspondiente.
Caramba, es como hablar de la hepatitis A, B, C. Para qué tantos brincos por lo de los porcinos. Amigos, lectores, colegas de POR ESTO! no han perdido la oportunidad para opinar. Qué bien. Porque estamos navegando en un mar de incoherencias y confusiones sobre el tapaboca, la suspensión de clases, la automedicación (no, Chucho Peraza, automedicación no es ingerir medicamentos adentro del auto; el lenguaje médico no es tan complicado), etc. Amigos me han preguntado sobre este problema, cómo debemos golpetear al gobierno, cómo zoquetearlo, zarandearlo.
En lo que la mayor parte de la población se queja, es sobre el hecho de que las autoridades sanitarias callaron por negligencia o intereses políticos los primeros casos que se conocieron desde el mes de marzo. Los agarró el mal por sorpresa. Ni los funcionarios estaban en el escenario y menos la OMS que siempre está tras bambalinas, vamos, siempre a la cola o tras de los telones de la realidad. Al cabo qué son la OMS y la ONU, si no apéndices burocráticos de los EU a los cuales se hallan sometidas.
Se han querido comparar también las informaciones de estos organismos internacionales con las declaraciones de los funcionarios mexicanos. Ni unos, ni otros. Todos han contribuido con la apariencia y la mentira en la interpretación del problema, sin ningún respeto hacia las poblaciones.
Pero concretemos, aportando una opinión para una mejor aprehensión de lo que está sucediendo, según este tecleador.
Si fueron o no los cerdos los primeros infectados, es cuestión secundaria. Coman con confianza su cochinita pibil. Nos interesa la predicción de lo que seguirá después del día de hoy. Se sabe que al cabo de seis días de epidemia, a partir del pasado viernes, las defunciones “por influenza porcina” son en número de 20. ¿Esta situación justifica las medidas extremas de “prevención” que se han recomendado? Sí, digo. Taparse la boca al estornudar o toser, evitar las aglomeraciones y los resfriados, evitar la automedicación, son medidas preventivas obligatorias para toda infección respiratoria, no sólo para los casos de influenza.
La población no tiene la educación de respetar estas precauciones ante el prójimo. Los de “a camión”, los de a “cine o teatro” o los del gusto por los amontonamientos como el de X’matkuil, del malecón, Siglo XXI, de salas populares de bailes o de las discotecas donde la gente tiene que aguantar estornudos, eructos, toses, feos gases del organismo, etc. ¡Qué gustitos!
En el estado, las infecciones respiratorias como neumonías e “influenza” están entre las seis primeras causas de defunción, al igual que en el resto del país. Preguntémonos si los diagnósticos pre y post mortem de las defunciones por causas respiratorias son por influenza AH1H1. He aquí otro motivo de confusión.
Para terminar, y concretando, diré que sí están justificados en este momento el tapaboca, la negación de las aglomeraciones, sí a la consulta médica inmediata ante cualquier signo respiratorio: tos, flujo nasal y FIEBRE ALTA de aparición brusca.
Ahora, la cuestión de la prohibición de asistencia a los restaurantes es relativa. Sólo los quinceañeros (los que cobran en quincena) se amontonan, se preocupan en lucir su chan salario ante los demás parroquianos, aunque al día siguiente estén pidiendo prestado.
En cuanto a lo de la PANdemia, claro que la vamos sufriendo los yucatecos desde hace algunos lustros. Digan si no, los del Ayuntamiento actual.
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