Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri
En otros países, para mantener a raya la corrupción económica de los gobernantes, de tarde en tarde llevan a los tribunales a pillos que hacen un botín del poder público; negocian a su amparo, enriquecen a familiares y cómplices y ellos mismos se llevan la tajada del león. Salinismo y zedillismo fueron el colmo de esas raterías (y abusos como el FOBAPROA) suficientes para haberles fincado responsabilidades. Pero los dos cabecillas gozan de libertad e impunidad.
Con el foxismo supimos de presuntas corrupciones y hechos, desde que Fox financió con dinero extranjero su campaña, hasta los excesos por tráfico de influencias de Mart(h)a y sus hijos; los trueques con Cosme Mares; los millonarios arreglos al rancho de Fox con dinero público, etc., etc., en una cola tan larga que Fox debería estar respondiendo de sus actos ante un juicio penal, ya que el juicio político, mañosamente se dejó prescribir.
Los calderonistas se inmiscuyeron en varios abusos, en PEMEX y la Secretaría de Energía (cuando Calderón se asoció a Mouriño, César Nava y donde salieron a relucir los Bribiesca, Oceanografía y otras empresas). Hoy se investigan probables corrupciones en Lotería Nacional y Pronósticos Deportivos (cajas chicas de quienes se benefician por haber nombrado a sus respectivos directores).
Y en medio de esa crisis de impunidad (de tan tensa se romperá la cuerda del encubrimiento) irrumpe la acusación contra el consentido de Margarita Zavala y secretario de Comunicaciones y Transportes (antes director general del IMSS): Juan Molinar Horcasitas, perfilado ya como candidato presidencial del PAN.
Primero en la columna de Alberto Barranco Chavarría (El Universal: 30/IV/09) y en una carta abierta a la opinión pública, suscrita por los pacientes con insuficiencia renal crónica (El Universal: 7/V/09) apareció, con “los pelos en la mano”, cómo durante la permanencia de Molinar Horcasitas en el IMSS, su asesor Alejandro Torres Palmer, obtuvo amañada licitación.
Ella consiste en prestar servicio de hemodiálisis en varios estados del país por medio de una empresa de Torres Palmer (quien compartirá el negocio multimillonario, con los hospitales de Olegario Vázquez Raña; de éste y de su hermano Mario es sobrino el niño que murió de influenza en Texas, pero es una historia para otra columna).
Al privatizarse el servicio, se sacó de los hospitales del IMSS y ahora los más de 3 mil enfermos tienen que pagar costos exagerados en hospitales privados. Todo indica que el tráfico de influencias y la corrupción otorgó la subrogación. La denuncia de hechos contra Torres Palmer se hizo saber al actual director del IMSS, Daniel Karam y nada hizo. Por lo contrario, lo encubrió.
Otro amigo de Calderón inmiscuido en, al menos, omisiones respecto a ese tráfico de influencias y corrupción, denunciado administrativamente por el diputado federal José Luis Aguilera Ríos, en una carta de este 18 de marzo. Y otra del embajador de Alemania, porque la licitación estuvo arreglada para beneficiar al ex asesor de Molinar Horcasitas.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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