Por Lydia Cacho
28 mayo 2009
Ahora más que nunca los y las mexicanas estamos entrampadas entre el enojo, temor y la sensación de caos; eso complica entender las diferencias entre emociones y percepciones.
Un novedoso experimento llevado a cabo por científicos de la Universidad Carnegie Mellon, sobre cómo reaccionan las sociedades en situación de guerra, violencia social y terrorismo, revela el poder del enojo y del miedo para seguir adelante. Pero la reacción es diametralmente opuesta dependiendo del sentimiento que predomine: ya sea enojo, ya sea temor. La doctora Jennifer Lerner asegura que las personas que experimentan enojo ante la violencia y los abusos del poder son siempre más optimistas, pero más egoístas. Quienes se enojan suelen aprobar las políticas públicas más violentas e impositivas. Las dictaduras son producto de una sociedad iracunda, sin herramientas para manejar el conflicto.
En cambio, quienes se ven a sí mismos como menos vulnerables y no se enojan ante las injusticias tienden a apoyar a su prójimo consistentemente, aunque arriesgándose sin medir el peligro adecuadamente.
Los hombres en su mayoría experimentan más rabia que las mujeres (en proporción de siete a tres). Ellas sienten más miedo y buscan cohesión social para protegerse mutuamente. Las personas más informadas que experimentan mayor índice ya sea de rabia o de miedo son menos vulnerables al peligro que quienes ignoran las noticias.
Quienes experimentan desasosiego y lo expresan son en su mayoría mujeres. Mientras la mayoría de hombres son más optimistas. La promoción de mayor violencia militar es eminentemente masculina. Baruch Fischhoff, experto en decisiones sociales, asegura que en la medida en que las sociedades que enfrentan violencia generalizada (como México) no revisen su estado emocional y cómo éste influye en sus decisiones sobre política y economía, difícilmente pueden mejorar sus niveles de estrés y tomar las decisiones apropiadas para el futuro.
El estudio indica que quienes luego de ver noticias de violencia reaccionan con miedo tienden a tomar más precauciones personales y familiares; quienes experimentan miedo tienden a buscar negociaciones de conflictos más justas y buenas para las mayorías. Usted, ¿se enoja o se asusta?
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