María Teresa Jardí
El escándalo de la semana, me digo, nada más abrir por la Internet el POR ESTO!, el martes temprano por la mañana, van a ser los ejecutados que aparecieron en Campeche. Que fueron a tirar sus ejecutores, es de suponer, entre Campeche y Quintana Roo, ahora sabemos. Que fueron a poner en ese lugar, los criados, probablemente “policías”, que tienen los mercenarios, cuando los policías no son también los sicarios, criados contratados para cumplir con ese desagradable, me imagino, menester. Pero minutos más tarde, nada más encender la radio, el escándalo cambia de contenido y de personas, cuando la conductora explica, como primera nota del día, que el anterior recibió otra carta que Miguel de la Madrid le dirigiera, la que ofrece leer más tarde, cuando tenga mayor audiencia, pienso.
No porque ese chisme político tenga mayor importancia. Nada puede ser más escandaloso para un país que el que se desaparezca a una persona y más aún cuando se sabe que va a aparecer, en el mejor de los casos, sólo asesinada. De manera cotidiana la nota señalará que además fue torturada, antes de ser ejecutada.
No porque eso no sea el escándalo más importante. O más bien no porque eso no debiera ser lo importante aunque sólo fuera porque es lo más espeluznante. Simple y llanamente porque, trastocados todos los valores, como parte también del sistema impuesto a rajatabla, a pesar de su debacle, también espeluznante, es lo que se establece como lo políticamente “correcto” incluso porque además sirve para cubrir el otro escándalo que además indica que la violencia del Norte se expande también a Campeche. Ya había hecho su aparición, cabezas cortadas de por medio, en Yucatán, muy cerca de Mérida. Y, ya se sabe, que desde que Cancún fue convertido por la clase política en paraíso de pederastas, para disfrute de la clase empresarial por los góber preciosos protegida, Quintana Roo, estaba condenado a ser el infierno destinado para el pueblo que en los paraísos no tiene cabida.
Pero sin causar ya ni sorpresa, al cabo de un rato la carta con la que el ex, arrepentido de habernos dejado a Salinas, sale del clóset para hacernos saber que está viejo, pero que entre sus dolencias no encuentra la del Alzheimer. Que lo que dijo: lo dijo. Y que al investigar a Salinas también se tendrían que contemplar otras cosillas que también tiene en su haber el ex, del ex Zedillo, el ex del ex foxismo, convertido hoy en fecalismo.
Lo de la modernización es obvio que lo dice con coña el ex, del ex, del ex, del ex…, incluso porque hasta para De la Madrid, tan tardadito a pesar de la mucha información en su haber, tiene que ser evidente que México ya va logrando la hazaña de rebasar hacia atrás, a la Edad Media. Y por lo que toca a lo de la firma del tratado de libre comercio en “beneficio de los mexicanos” debe ser otra broma macabra del ex que nos dejó a Salinas.
Porque vamos a ver. La firma del Tratado de Libre Comercio acabó con el campo mexicano y empobreció hasta el límite a los pueblos indígenas, convirtiendo en migrantes a muchos más millones de mexicanos pobres que, además del mal trato que reciben, regresan a contagiar a sus comunidades con SIDA. Dando al traste, asimismo, con la soberanía alimentaria indispensable para que la nación mexicana sea soberana. No voy a aburrirlos con lo por todos los mexicanos sabido y menos aún cuando ese escándalo para las 8 de mañana ya había sido rebasado por la aparición del cadáver del periodista Eliseo Barrón Hernández, “levantado”, es decir, secuestrado para ser asesinado, en Durango, luego de haber firmado la nota del despido de 300 “policías” involucrados con el narco. Clara evidencia de que el asesinato de periodistas ha pasado a ser, como la ejecución y los asesinatos, otra forma de muerte natural que a los mexicanos aqueja. Pero ese aberrante crimen es rebasado en pocas horas por el escándalo michoacano que incluso tiene que ver con la ausencia total de inteligencia que afecta a la usurpadora clase política. Porque, vamos a ver, no es que el PRD sea gran cosa. Pero mal le paga la usurpación panista, a su “Chucho” cardenista, el apoyo que ha dado al traste con esa opción que pudo ser la que sirviera para mantener la esperanza de cara a los votantes de izquierda. Habría bastado con tratar a Godoy como ha tratado al panista góber precioso de Morelos, en el caso en similar tema. Habría bastado, con sentar a Godoy, como escultura de palo, en la mesa informativa, para hacer parecer que la delincuencia gubernamental involucrada con los narcos, hasta Leonel y Lázaro, no llega.
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