Por Ricardo Andrade Jardí
Y mientras la OMS deja cada vez más claro su particular sometimiento a los intereses farmacéuticos trasnacionales, poniendo en duda la “alerta” epidemiológica mundial, con la que se ha hecho de México, con ayuda por supuesto del desgobierno usurpador, el chivo expiatorio de la decadencia globalizada contaminación, sin importar que el brote se diera por supuesto en Estados Unidos y que aquel imperial país presente más casos de infección de la influenza A/H1N1, pero tan valiente el mundo cierran las puertas de los ciudadanos mexicanos, pero jamás las del imperio aunque eso signifique la propagación mundial del supuesto virus, que por otro lado por más virulento que se le dibuje, es aún menos mortal en el planeta que la pobreza, generada por el neoliberalismo o las respiratorias enfermedades de nuestra occidentalizada forma de vida, pero al parecer morir de pobreza es algo sin categoría, algo que a la OMS no le preocupa en lo más mínimo, morir de desnutrición es casi inmoral pese a que esa desnutrición en México cuando menos es producto del sistema que permite la promoción de productos sin valor nutricional, como si fueran nutritivos. Muchos son los discursos con los que se intenta dar respuesta al surgimiento del virus que promete volver millonarios (más) a los socios y amigos del asesino G.W. Bush, accionistas del laboratorio que curiosamente presenta el antiviral “adecuado” contra la influenza humana, y en unas semanas presentarán la mágica vacuna que “erradique” (lo que no sucederá) al virus, que en realidad será sólo propagado, como suelen ser las vacunas en general.
En tanto la pobreza seguirá asesinando ciudadanos y las causas reales de los supuestos decesos de la influenza porcina, cuando menos en México, serán sistemáticamente ocultados, los muertos tan sólo serán una estadística, un signo de la “responsabilidad” del desgobierno usurpador “con el mundo”, aunque para el mundo sea claro esa responsabilidad se traduzca en cuarentenas obligadas para los trotamundos mexicanos, nadie “oficialmente hablando” cuestionará la calidad del aire que se respira en las grandes metrópolis, o las innumerables muertes por problemas respiratorios curables en casi todo el mundo, y menos aún se hablará de la desnutrición que nos está matando, precisamente porque la norma mexicana permite que empresas como Bimbo nos vendan pan que no es pan, o productos modificados sin que seamos informados de esas modificaciones, donde no nos mata el plomo del aire, nos mata la desnutrición, o mejor dicho la mala nutrición debido a la gran cantidad de aditivos, colorantes y químicos, no aptos para el consumo humano, que se permite en la mayoría de los productos que se venden como nutricionales, sin tener valor nutritivo alguno, la mentira gubernamental será la norma frente a cualquier epidemias, existente o por venir, no nos olvidemos que las grandes promotoras de comida chatarra en México son las mismas empresas que financiaron, en el 2006, la campaña de odio y miedo con la que se impuso al lacayo usurpador que hoy nos desgobierna, la única acción que le veremos a Fecal, y su mediocre gabinete, será defender a las empresas chatarra para que nos sigan enfermando, mientras ocultan la verdad sobre la contaminada carne de cerdo y las insalubres condiciones con que se comercializa esa carne o cualquier otra.
La demagogia de la limpieza en las escuelas y centros de trabajo, con que nos bombardean las imágenes prefabricadas de la telecracia, nos obliga a preguntarnos, ¿Por qué hasta hora? sí es algo que debió hacerse siempre; a poco la SEP apenas descubrió que la higiene en las escuelas es una obligación del estado, y un fundamento elemental para el desarrollo físico e intelectual del aprendizaje, o todos los recursos los gasta en comprar el silencio y la complicidad de “la maestra”, que ensucia y enferma la dignidad educativa del país.
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