Cd. Juárez, Chihuahua a 15 de junio del 2009
Entre las peores cosas que se pueden decir de una sociedad, es que esta se empeñe sistemáticamente no sólo en dejar fuera de su proyecto a la infancia, sino que, además, integre como cotidianas las peores formas de desprecio contra los menores, puntualicemos:
§ Los niños sólo se voltean a ver como sujetos del crimen, con la pornografía y la prostitución; o como centro de disputa de un voraz mercado de consumo totalmente libre de control, no tenemos noticia de que se regule con conciencia educativa y de desarrollo lo que nuestros niños ven, escuchan, comen, juegan o desean.
§ México es uno de los países con más algo índice de explotación infantil, a pesar de la legislación existente. El día 12 de este mes se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y a propósito nuestro secretario del Trabajo, Javier Lozano, ha dicho que su disminución depende de los adultos tengan empleo, qué manera más atinada de decirnos, en plena crisis económica con la alta taza de desempleo, que nuestro gobierno no tiene pensado hacer gran cosa al respecto.
§ Y qué decir del fatal desprecio que se refleja en la opacidad de las reglamentaciones de las guarderías; los niños son tratados como objetos para entretener, para quitarlos del paso de los adultos que tienen muchas cosas qué hacer. En la bodega de Hermosillo donde murieron todos esos menores no podemos ver ni un solo rastro de respeto y consideración. Y como esta, miles de “guarderías” en todo el país. No esperemos gran cosa de las investigaciones.
En suma: parece que en nuestro país no somos capaces de ver a la infancia como el momento de inversión para construir una sana adultez, parece que los primeros años de vida son sólo un estorbo, que hay que mantenerlos guardados todo ese tiempo en escuelas sin calidad, sin responsabilidad, ya no digamos de proyecto educativo; que hay que dejarlos mirando la televisión hasta que se convierten en hombres y mujeres que puedan “afrontar” la vida. Le hacemos la ley del hielo a nuestros niños y luego no entendemos a todos estos adultos que se quedan en silencio.
Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es ednafuerte@gmail.com para sus comentarios. Muchas Gracias.
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