Stella Calloni
Buenos Aires, 11 de junio. Los centros que agrupan a ex combatientes de la guerra de las Malvinas de 1982 lograron que la justicia llegara para muchos de sus compañeros que ya no están y más de 70 oficiales y suboficiales de las fuerzas armadas serán juzgados después de una resolución judicial en Río Grande, Tierra del Fuego al extremo sur del país, que declaró a los malos tratos y torturas contra los soldados como crímenes de lesa humanidad.
Muchos soldados murieron en los enfrentamientos tan dispares contra la flota británica y otros por los malos tratos y las torturas sufridos a manos de quienes prolongaron la larga mano de la dictadura hasta ese lugar. Muchos sobrevivientes se suicidaron, algunos por haber sido víctimas de estas situaciones y otros por la falta de contención de una sociedad que fue indiferente a sus sufrimientos y no los amparó.
La justicia de Tierra del Fuego, la provincia más austral del país, a la que también han llamado la isla del fin del mundo, declaró como delitos de lesa humanidad a los malos tratos y torturas, que llevaron a la muerte a algunos soldados, incluyendo por hambre y frío, y dispuso que se juzgue a los responsables.
El periodista Edgardo Esteban, entonces un joven soldado del servicio militar obligatorio y que junto a una cantidad de jóvenes fue llevado a una operación militar para recuperar las islas Malvinas, escribió el libro que luego se transformó en película: Iluminados por el fuego, en la que se abordan casos mantenidos en secreto sobre tratos inhumanos de algunos oficiales que conformaban el staff de la dictadura militar que gobernaba entonces el país.
Como se conoció después, muchos de los alimentos, cartas y dinero que los familiares enviaban a los soldados fueron confiscados por oficiales.
Sin preparación militar, soportando un frío intenso, y nieves, los soldados -algunos de los cuáles procedían de zonas muy templadas- debieron soportar además los rigores de algunos jefes acostumbrados al poder criminal que les otorgaba la dictadura.
Los sobrevivientes incluso reconocen a los jefes que tuvieron un comportamiento honorable, que murieron en combate o a los pilotos que actuaron incluso como kamikazes, sabiendo que no podían sobrevivir al tipo de ataque que hicieron.
Pero luego varios de ellos se decidieron a hablar. En 2007 se denunciaron los primeros casos de las víctimas de maltratos y se presentaron testimonios sobre las crueldades vividas por algunos soldados, lo que les costó la vida.
La Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Corrientes hizo la primera presentación y poco después se uniría la Defensoría de la Ciudad Autónoma y también la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. Esta resolución del juzgado encabezado por la magistrada Lilian Herraez, de considerar estos como delitos de lesa humanidad determina que son imprescriptibles, dando la posibilidad que se sigan sumando más denuncias.
Hubo y aún hay miedos porque antes de dejarlos regresar a sus casas, al final de una guerra, se les advirtió que no debían hablar nada de los sucedido. Los más de 70 militares que serán citados están acusados entre otros delitos de homicidios, como es el caso de Rito Portillo, (presuntamente fusilado por un cabo) o Remigio que fue castigado y murió de hambre. Entre los casos de tortura hay varios; también el soldado Ricardo Sinchicay, que fue estaqueado bajo el intenso frío y que denunció al capitán de fragata Carlos Bianchi por lesiones graves y reducción a la servidumbre.
Durante 27 años los militares han intentado encubrir esta oscura faceta de esa guerra, lo que comenzó a conocerse al regreso de los soldados, que se contaban las terribles historias vividas Se les había ordenado guardar silencio, No hablar de los hechos ocurridos. Esta orden en el marco de la dictadura era como decirles el silencio o lo que les pueda esperar.
Los sobrevivientes de un centro en La Plata, provincia de Buenos Aires, dijeron que el ex oficial del ejército, Jorge Eduardo Taranto, que asociado con Mariano Perel condujo un programa radial durante ocho años sobre la Verdadera Historia de Malvinas, que se emitía en una radio de la ultraderecha y actualmente es jefe de cámaras de C5N,TV recibió un revés en su intento porque se declarara la incompetencia del juzgado de Tierra del Fuego.
El dictamen de la jueza sostiene que los hechos investigados en las presentes actuaciones constituyen graves violaciones a los derechos humanos y revisten el carácter de delitos de lesa humanidad y por ende resultan imprescriptibles.
Los testimonios de los soldados revelaron que en todas las unidades militares, fuerza aérea, marina y ejército que estuvieron en Malvinas se cometieron este tipo de vejamenes.
Ernesto Alonso, presidente de La Plata, dijo en estas horas que lamentablemente a Malvinas no fueron las fuerzas armadas del ejército del general San Martín, sino asesinos entrenados en reprimir y desaparecer. En Malvinas se puso en crisis la razón de ser de las mismas.
Los ex combatientes en general estiman que la causa era justa, pero estuvo en manos indebidas y tienen especiales reconocimiento a los oficiales y suboficiales que tuvieron otra conducta frente a lo sucedido.
Las Malvinas son un enclave colonial de Gran Bretaña desde el siglo XIX, en el sur de Argentina.
Se ha determinado que las islas son argentinas -en aguas jurisdiccionales de ese país- e incluso es un tema que tiene resolución internacional en el marco de la descolonización. Pero Gran Bretaña se ha negado sistemáticamente a reconocer la soberanía argentina sobre las islas.
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