EDITORIAL. Propuesta contra la Ley Mordaza.

Año 8, número 3101

Martes 08, septiembre del año 2009

Partiendo de la base de que la Libertad de Expresión es uno de los principales Derechos Humanos. Y que, luego entonces, el derecho de expresar el pensamiento debe ser irrestricto.

Lo que en nuestro México (o lo que queda de Él) no sucede, ni siquiera en los núcleos familiares, o en las Universidades; haciendo que tal vez por eso los mexicanos no estamos acostumbrados a exigir se cumplan nuestros derechos.

Independientemente de que solo quien es libre puede ejercer su libertad, es igualmente cierto que la libertad irrestricta a la que se hace referencia, debe de ser de pensamiento y palabra, y siempre ajustada a las Leyes (sean estas cuales fueran)

Cabe mencionar que los actuales medios de comunicación no están en manos de periodistas, sino que son propiedad de comerciantes o industriales de las noticias; a quienes lo único que les importa es el dinero, no la difusión del pensamiento, el análisis de las noticias, o las ideas.

Pero lo cierto es que los citados medios han sido, en muchos casos, monopolizados por algunos individuos (o sus familias) que, posteriormente, amparados en sus respectivos auditorios, se sienten y se muestran ante la sociedad como intocables.

En nuestro México esto es algo bien sabido, pues hasta los deportistas anuncian cervezas; y los cableros (los que envían la señal de TV por cable) hacen lo que les viene en gana…

Anunciando productos supuestamente médicos, cuya eficacia no ha sido probada ante la instancia correspondiente, ni lógicamente autorizada (por poner solo un ejemplo)

Y cuando se les llama a cuentas para que cumplan con las Leyes y los compromisos sociales que se derivan de una concesión, se dicen atacados por los respectivos gobiernos y violados en su Libertad de Expresión.

Cuando la realidad es completamente distinta, y hasta opuesta. Pues son precisamente ellos los que trasgreden las Leyes al anunciar productos sin autorización, o magnificarlos en claro perjuicio de los ciudadanos.

Por no mencionar el indebido uso del idioma del que hacen gala (y al que deforman) y el poco respeto que hay para las clasificaciones de programación por audiencia y horarios.

En nuestro México, de aplicarse las Leyes en la materia de Radio y TV, serían muy pocos (tal vez ninguno) los que seguirían operando una concesión, pues en una sola palabra, no cumplen con las normas y los reglamentos.

Que es en lo que se han principalmente basado los Gobiernos de Venezuela y ahora de Argentina, para meter al orden a quienes sintiéndose un 4° Poder, van por la libre.

Y eso, sin mencionar que a la luz de los tiempos que vivimos, sería necesario que nuestro Gobierno volviese a tener sus propios medios de comunicación, como antaño los tuvo.

Y hasta los Partidos Políticos deberían tener sus propios medios de difusión y comunicación, para que de esa forma ellos mismos se hicieran su propaganda, en vez de seguir enriqueciendo brutalmente a quienes las cuestiones de interés social les tienen completamente sin cuidado.

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