26 noviembre 2009
"Existe un interés estratégico en interiorizarnos de lo que ocurre en los países al sur de nuestra frontera".
Barack Obama.
I
El vacío --cada día más abisal-- del poder político del Estado mexicano, obvio incluso para no pocos ciudadanos afines en gradación variopinta a los personeros panistas y priístas de éste y sus cosmovisiones y prácticas corruptas respectivas, se ha traducido en la consolidación de potestades fácticas en ínsulas no necesariamente baratarias, sino reales.
Ese vacío de poder político tiene síntomas inequívocos y, éstos, a su vez, conforman síndromes cuya definición --sin duda dramática-- no escapa a la percepción de algunos Estados situados al norte y al sur en el vecindario geográfico e histórico con quienes el Estado mexicano mantiene relaciones económicas, políticas y culturales.
Cierto. En círculos del poder político de esos Estados americanos --Estados Unidos y Canadá al norte; desde Guatemala a Argentina, al sur y el Caribe-- se fomentan relaciones simultáneamente con el Estado mexicano constituido y los poderes de facto: caso en punto es el reconocimiento de hecho de algunos Estados extranjeros al "gobierno legìtimo" que preside Andrés Manuel López Obrador.
Y aunque en el discurso, el señor López Obrador mantiene distancia de los gobiernos de todos los Estados extranjeros con los que se mantienen relaciones diplomáticas, en algunos cenáculos de su entorno se fomentan contactos con agentes subrogados, diplomáticos o no, de éstos. De consuno patrocinan y/o de plano realizan actividades públicas, a veces con el concurso de gobiernos municipales.
De ello emerge una percepción concluyente: el vacío de poder. No gobierna el ente constituido formalmente, pero tampoco gobierna del todo el alternativo, el que el señorLópez Obrador y sus millones de partidarios y simpatizantes consideran legítimo. Para esos ciudadanos, don Andrés Manuel es el Presidente Legítimo; el actual, Felipe Calderón, ilegítimo, v. gr., espurio, pelele de intereses.
¿Qué mueve a los gobiernos de los Estados americanos a reconocer de hecho, informalmente, a la figura simbólica y moral conformada por don Andrés Manuel? Varias razones, siendo la principal la de su interés estratégico y, sin duda, la de que en ejercicio huero de potestades políticas, el gobierno de México ya cesó; es sólo un cascarón, sin autoridad y sin alcance vero.
Según el caro leyente Federico Gálvez Perrine, "el gobierno de Calderón nació cesado, pues surgió de una leguleyada de los magistrados del Tribunal (Electoral del Poder Judicial de la Federación de los Estados Unidos Mexicanos) que acataban consignas de Vicente Fox e inspiradas en sus propias fobias ante la posibilidad de cambio que representaba la candidatura de El Peje".
II
Señálese que otro caro leyente, Fausto Herrera, afirma que el progenitor verdadero de nuestro triste statu quo "es Cuauhtémoc Cárdenas, quien negoció con (Carlos) Salinas validar el fraude del (19)88". La estimable leyente Nélida Bartolomé nos escribe: "El tema tratado por usted (acerca) de quién gobierna en México tiene una respuesta para mí: nadie en lo nacional, muchos localmente".
Ciertos embajadores acreditados protocolaria y convencionalmente ante el gobierno que representa al Estado mexicano, el del señor Calderón, pero también tienen acreditación informal, extraoficial, ante el gobierno paralelo que encabeza el señor López Obrador. Insoslayable en ello serían los acercamientos --documentados-- de estadunidenses y latinoamericanos al lópezobradorismo.
Algunos de diplomáticos de esos gobiernos estadunidense y latinoamericanos actúan de esa guisa movidos no solamente por una genuina preocupación ante el vacío de poder político prevaleciente en México, que crece y se ahonda, que los induce a prevenirse en función de sus intereses nacionales, sino también ante el caprichoso y errático e ideologizado quehacer de la diplomacia mexicana.
Para algunos diplomáticos aquí aludidos (pero no identificados por causas obvias), los caprichos calderonistas trasladados, por instrucción jerarquica, a la cancillería mexicana pudieren tensar las relaciones del Estado que representan con el Estado mexicano. Extravagancias antojadizas han presidido los tratos de México desde hace nueve años.
Esos riesgos son, para algunos mandatarios latinoamericanos, reales. Su improcedencia puede tensar unas relaciones entre repúblicas hermanas que debieren ser tersas y solidarias y no tirantes y conflictivas. Esos Estados parecen instruir a sus agentes diplomáticos en México promover contactos informales con grupos sociales y políticos mexicanos alternativos, y apoyos públicos.
Las premisas que inspiran esos contactos son claras: si la vertiente ejecutiva del Estado mexicano adopta, por su misma descomposición, actitudes caprichosas e improcedentes y actitudes de confrontación con Estados extranjeros, éstos tendrían apoyo popular en México que contrarrestare, si acaso, la rijosidad ideológica y política en agravio de gobernantes latinoamericanos.
Empero, esas premisas no son similares en lo que respecta a las instancias del poder real en Estados Unidos y, acrecentadamente, en España. En los estratos del "Establishment" estadunidense adviértese una fragmentación de sentires y pareceres acerca de la realidad mexicana y la actitud prospectiva y actual que al respecto debiere adoptar Washington.
¿Qué preocupa, aparentemente, a la multiplicidad de corrientes que existen en EU acerca del vacío de poder político que disciernen existe en México? Los amigos de éste escribidor, durante tres décadas residente en ese país, concurren y convergen en escenarios posibles que ya han accedido al confín de la probabilidad y más allá, al estadio de lo sucedáneo, lo ocurrente.
III
En esos círculos --no necesariamente vinculados a la inteligencia y contrainteligencia estadunidense, sino a los del análisis de realidades e identificación de tendencias y formulación de recomendaciones a niveles decisorios-- se (1) identifica un creciente vacío de poder político, (2) se identifican actores potenciales que llenen esa vacuidad, y (3) el curso a seguir ante tal lo vacuo.
Ese curso a seguir es, con arreglo a la naturaleza de la información privilegiada disponible y a la que acceden ciertos agentes de opinión y a la cual éste escribidor tiene asomo, ya se está tomando: establecer contactos informales con los poderes fácticos potenciales que, dado el caso, llenarían el vacío, si no es que lo están llenando ya, aunque parcialmente.
Uno de esos poderes fácticos es el "otro" gobierno de México, el del señor López Obrador, registrado, discernido e identificado como tal vis-a-vis las relaciones bilaterales con México en ciertos círculos del poder político en algunas capitales --Ottawa, Washington, Caracas, Brasilia, La Paz, Quito, Managua y La Habana y, sabríase fedatariamente, también Madrid--.
Admítase que esa organización de don Andrés Manuel carece de infraestructura burocrática e incluso de autoridad formal y mando de inductores coactivos y/o coercitivos, pero es percibido como la única fuerza viable que, por su alcance moral, podría llenar el vacío sin necesidad de un episodio equivalente a un "coup d´État". Ello no implica que ese gobierno alternativo sustituya al constituido.
¿Y el PRI? ¿No estaría mejor posicionado y organizado el Partido Revoloucionario Institucional para llenar la oquedad de poder político del Estado mexicano? Pensaríase que sí, pero tiene limitaciones ostensibles: una, que es el vector mayor del vacío; otra, que sus cuadros están situados en el mismo lado del espectro ideológico y político del panismo en el gobierno.
Y una tercera limitación es la de que el PRI es una entelequia cuyo alcance como poder fáctico se constriñe por otro poder superior --éste, verdadero--, el del maximato político de Carlos Salinas, quien se ha convertido hoy en eje facilitador, pivotal, de otros poderes fácticos: la Iglesia católica y la gran oligarquía mexicana aliada al imperialismo trasnacional de EU.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com
Glosario:
"Coup d´État: golpe de Estado.
Barack Obama.
I
El vacío --cada día más abisal-- del poder político del Estado mexicano, obvio incluso para no pocos ciudadanos afines en gradación variopinta a los personeros panistas y priístas de éste y sus cosmovisiones y prácticas corruptas respectivas, se ha traducido en la consolidación de potestades fácticas en ínsulas no necesariamente baratarias, sino reales.
Ese vacío de poder político tiene síntomas inequívocos y, éstos, a su vez, conforman síndromes cuya definición --sin duda dramática-- no escapa a la percepción de algunos Estados situados al norte y al sur en el vecindario geográfico e histórico con quienes el Estado mexicano mantiene relaciones económicas, políticas y culturales.
Cierto. En círculos del poder político de esos Estados americanos --Estados Unidos y Canadá al norte; desde Guatemala a Argentina, al sur y el Caribe-- se fomentan relaciones simultáneamente con el Estado mexicano constituido y los poderes de facto: caso en punto es el reconocimiento de hecho de algunos Estados extranjeros al "gobierno legìtimo" que preside Andrés Manuel López Obrador.
Y aunque en el discurso, el señor López Obrador mantiene distancia de los gobiernos de todos los Estados extranjeros con los que se mantienen relaciones diplomáticas, en algunos cenáculos de su entorno se fomentan contactos con agentes subrogados, diplomáticos o no, de éstos. De consuno patrocinan y/o de plano realizan actividades públicas, a veces con el concurso de gobiernos municipales.
De ello emerge una percepción concluyente: el vacío de poder. No gobierna el ente constituido formalmente, pero tampoco gobierna del todo el alternativo, el que el señorLópez Obrador y sus millones de partidarios y simpatizantes consideran legítimo. Para esos ciudadanos, don Andrés Manuel es el Presidente Legítimo; el actual, Felipe Calderón, ilegítimo, v. gr., espurio, pelele de intereses.
¿Qué mueve a los gobiernos de los Estados americanos a reconocer de hecho, informalmente, a la figura simbólica y moral conformada por don Andrés Manuel? Varias razones, siendo la principal la de su interés estratégico y, sin duda, la de que en ejercicio huero de potestades políticas, el gobierno de México ya cesó; es sólo un cascarón, sin autoridad y sin alcance vero.
Según el caro leyente Federico Gálvez Perrine, "el gobierno de Calderón nació cesado, pues surgió de una leguleyada de los magistrados del Tribunal (Electoral del Poder Judicial de la Federación de los Estados Unidos Mexicanos) que acataban consignas de Vicente Fox e inspiradas en sus propias fobias ante la posibilidad de cambio que representaba la candidatura de El Peje".
II
Señálese que otro caro leyente, Fausto Herrera, afirma que el progenitor verdadero de nuestro triste statu quo "es Cuauhtémoc Cárdenas, quien negoció con (Carlos) Salinas validar el fraude del (19)88". La estimable leyente Nélida Bartolomé nos escribe: "El tema tratado por usted (acerca) de quién gobierna en México tiene una respuesta para mí: nadie en lo nacional, muchos localmente".
Ciertos embajadores acreditados protocolaria y convencionalmente ante el gobierno que representa al Estado mexicano, el del señor Calderón, pero también tienen acreditación informal, extraoficial, ante el gobierno paralelo que encabeza el señor López Obrador. Insoslayable en ello serían los acercamientos --documentados-- de estadunidenses y latinoamericanos al lópezobradorismo.
Algunos de diplomáticos de esos gobiernos estadunidense y latinoamericanos actúan de esa guisa movidos no solamente por una genuina preocupación ante el vacío de poder político prevaleciente en México, que crece y se ahonda, que los induce a prevenirse en función de sus intereses nacionales, sino también ante el caprichoso y errático e ideologizado quehacer de la diplomacia mexicana.
Para algunos diplomáticos aquí aludidos (pero no identificados por causas obvias), los caprichos calderonistas trasladados, por instrucción jerarquica, a la cancillería mexicana pudieren tensar las relaciones del Estado que representan con el Estado mexicano. Extravagancias antojadizas han presidido los tratos de México desde hace nueve años.
Esos riesgos son, para algunos mandatarios latinoamericanos, reales. Su improcedencia puede tensar unas relaciones entre repúblicas hermanas que debieren ser tersas y solidarias y no tirantes y conflictivas. Esos Estados parecen instruir a sus agentes diplomáticos en México promover contactos informales con grupos sociales y políticos mexicanos alternativos, y apoyos públicos.
Las premisas que inspiran esos contactos son claras: si la vertiente ejecutiva del Estado mexicano adopta, por su misma descomposición, actitudes caprichosas e improcedentes y actitudes de confrontación con Estados extranjeros, éstos tendrían apoyo popular en México que contrarrestare, si acaso, la rijosidad ideológica y política en agravio de gobernantes latinoamericanos.
Empero, esas premisas no son similares en lo que respecta a las instancias del poder real en Estados Unidos y, acrecentadamente, en España. En los estratos del "Establishment" estadunidense adviértese una fragmentación de sentires y pareceres acerca de la realidad mexicana y la actitud prospectiva y actual que al respecto debiere adoptar Washington.
¿Qué preocupa, aparentemente, a la multiplicidad de corrientes que existen en EU acerca del vacío de poder político que disciernen existe en México? Los amigos de éste escribidor, durante tres décadas residente en ese país, concurren y convergen en escenarios posibles que ya han accedido al confín de la probabilidad y más allá, al estadio de lo sucedáneo, lo ocurrente.
III
En esos círculos --no necesariamente vinculados a la inteligencia y contrainteligencia estadunidense, sino a los del análisis de realidades e identificación de tendencias y formulación de recomendaciones a niveles decisorios-- se (1) identifica un creciente vacío de poder político, (2) se identifican actores potenciales que llenen esa vacuidad, y (3) el curso a seguir ante tal lo vacuo.
Ese curso a seguir es, con arreglo a la naturaleza de la información privilegiada disponible y a la que acceden ciertos agentes de opinión y a la cual éste escribidor tiene asomo, ya se está tomando: establecer contactos informales con los poderes fácticos potenciales que, dado el caso, llenarían el vacío, si no es que lo están llenando ya, aunque parcialmente.
Uno de esos poderes fácticos es el "otro" gobierno de México, el del señor López Obrador, registrado, discernido e identificado como tal vis-a-vis las relaciones bilaterales con México en ciertos círculos del poder político en algunas capitales --Ottawa, Washington, Caracas, Brasilia, La Paz, Quito, Managua y La Habana y, sabríase fedatariamente, también Madrid--.
Admítase que esa organización de don Andrés Manuel carece de infraestructura burocrática e incluso de autoridad formal y mando de inductores coactivos y/o coercitivos, pero es percibido como la única fuerza viable que, por su alcance moral, podría llenar el vacío sin necesidad de un episodio equivalente a un "coup d´État". Ello no implica que ese gobierno alternativo sustituya al constituido.
¿Y el PRI? ¿No estaría mejor posicionado y organizado el Partido Revoloucionario Institucional para llenar la oquedad de poder político del Estado mexicano? Pensaríase que sí, pero tiene limitaciones ostensibles: una, que es el vector mayor del vacío; otra, que sus cuadros están situados en el mismo lado del espectro ideológico y político del panismo en el gobierno.
Y una tercera limitación es la de que el PRI es una entelequia cuyo alcance como poder fáctico se constriñe por otro poder superior --éste, verdadero--, el del maximato político de Carlos Salinas, quien se ha convertido hoy en eje facilitador, pivotal, de otros poderes fácticos: la Iglesia católica y la gran oligarquía mexicana aliada al imperialismo trasnacional de EU.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com
Glosario:
"Coup d´État: golpe de Estado.
Imperialismo trasnacional: hegemonismo económico, político e incluso cultural que ejercen algunos Estados dominados por grandes consorcios trasnacionales, como es el caso, ya pedagógico y emblemático de EU. Otros Estados, como el español o el canadiense, diseñan y aplican políticas en sus relaciones exteriores que privilegian los intereses de sus consorcios trasnacionales.
Maximato: jefatura política y/o moral informal, fáctica, de potestades metaestatales y metaéticas, de un "hombre fuerte". El vocablo deviene de "jefe máximo", como se le identifica al líder de una corriente o grupo de poder político, v.gr., Plutarco Elías Calles.
Lecturas recomendadas:
Plutarco Elías Calles, de Carlos Tello Macías.
México fuera de México, de José Juan de Olloqui.
Lecturas recomendadas:
Plutarco Elías Calles, de Carlos Tello Macías.
México fuera de México, de José Juan de Olloqui.
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