lunes, diciembre 07, 2009

Conversemos de las Internacionales camino a la 5ta Internacional

Barómetro Internacional

Miguel Ángel del Pozo

El profesor Manuel Caballero publicó un comentario sobre las Internacionales en El Universal (29 noviembre, 2009, pág. 4-8) titulado: “El Chavintern”. En su tesis doctoral sobre el tema: “La Internacional Comunista y la Revolución Latinoamericana”, como bien lo concreta su propio título, trataría de la influencia de la Internacional en América Latina que nos obliga a precisar algunos puntos. Manuel ha debido precisar los tiempos históricos que se vivían en América Latina a los que se refiere en cuanto “influencia” de los paradigmas comunistas propuestos por la Internacional; además, precisar a cuál Internacional se estaría refiriendo concretamente y cuáles fueron las influencias de esa precisa Internacional, en cuáles partidos y movimientos sociales y en cuáles tiempos históricos se llevaron a la praxis esas directrices políticas; y, por último, cuáles eran esas directrices y si influyeron en el quehacer político continental y cuándo fueron superadas esas actuaciones políticas. El texto “caballeresco”, de carácter informativo más que formativo, exceptuando el subtítulo: “Dos torvos criminales” (“mas torvos”; así nos califica Jorge Volpi a los venezolanos en “El insomnio de Bolívar”, pág. 22), es muy interesante e ilustrativo. En ese orden, nos vemos obligados a recordar cuando durante una conversación telefónica con Manuel, el viviendo en el norte de Londres, en la urbanización de los intelectuales, y nosotros en estos lares caraqueños, nos preguntó sobre un muy importante personaje de la 3ra Internacional –Comintern-, revolucionario internacionalista, que impulsó las políticas de aquella Internacional en China; nos referimos al judío Mijail Borodin que quien escribe estas líneas había trabajado y lo sigue haciendo con ahínco, rigurosidad y curiosidad de historiador. En aquella ocasión le referimos las profundas diferencias ideológicas, en el marco del carácter de la Revolución nacional en los países coloniales y semicoloniales, que discutieron, airadamente, Lenin y el indio-bengalí M.N. Roy (Petrogrado y Moscú, 19 de julio-7 de agosto, 1920) que, quizás, influyeron, a posteriori, en las profundas diferencias conceptuales entre Joseph Stalin y León Trotsky en cuanto al carácter de la Revolución China; nos referimos al periodo de los años 20 cuando tanto el Partido Comunista Chino como el Guomindang daban sus primeros pinitos en la política china y en la revolución china.

Cuando nos acercamos al tema de las Internacionales, consideramos, debemos hacerlo con rigurosidad intelectual para evitar tropezar con “lugares comunes”, repetir “slogans” manidos, evitar alcanzar conclusiones subjetivas y aceptar la necesidad de ubicarnos en los tiempos históricos de cada una de las Internacionales estudiadas. Ello nos obliga a, primeramente, conocer cuando (tiempo histórico) se celebró cada una de las cuatro (4) Internacionales; conocer cuáles eran las realidades histórico-políticas previas a sus celebraciones y cuáles eran las realidades socio-políticas y socio-económicas en los entornos sociales que influyeron en los protagonistas para que decidieran avocarse a la realización de cada una de las Internacionales; debería haber un acercamiento a las realidades a lo interno de cada una de las Internacionales, conocer el mayor número de sus protagonistas, sus propuestas, las discusiones de cada propuesta de cada proponente, los acuerdos y conclusiones que se alcanzaron al término de cada una de las Internacionales y, por ende, las puestas en práctica (implementación) de las variables (líneas) políticas que se acordaron y los resultados de dichas praxis en las realidades socio-políticas concretas según el continente, el país, y los actores (partidos políticos y actores políticos) lo que nos llevaría a conocer las razones por las cuales, los mismos y/u otros protagonistas decidieron convocar y realizar una nueva Internacional.

¿Comenzó la organización del movimiento obrero europeo conjuntamente con intelectuales, particularmente, alemanes y franceses por capricho o a consecuencia de una realidad social producto de factores como la industrialización y su impacto en el cuerpo social, como consecuencia de situaciones objetivas políticas en el continente europeo, fue producto del desarrollo de la filosofía y las crisis de las mentalidades? Esas realidades ¿llevaron a intelectuales y obreros del continente europeo a reflexionar sobre sus relaciones con el “estado tradicional confesional”, a las interrelaciones entre grupos sociales, a conjugar esfuerzos socio-políticos de las realidades que se vivían, cotidianamente, en diferentes países europeos en las lógicas relaciones que se desarrollaban entre capitalistas-industrialistas y la masa obrera y campesina desplazada gracias al desarrollo de la industrialización y las reales condiciones económicas de esas masas desplazadas? En ese orden, de la Liga de los Justos, el movimiento de obreros, campesinos desplazados e intelectuales se conjugó en la Liga de los Comunistas y el Manifiesto Comunista (http://www.aporrea.org/actualidad/a60390.html) Como respuesta a tan tamaña osadía contra en establecimiento, el Papa León XIII como respuesta a las realidades en movimiento del socialismo y las realidades que vivían los obreros en Europa presentó la Carta Encíclica “Rerum Novarum”
(http://multimedios.org/docs/d000382/), a partir de ese momento, la mesa de las disputas entre dos sectores del pensamiento humano junto a las realidades de una sociedad europea en pleno desarrollo y sus lógicas consecuencias sociales colocados en un lado de la calle revolucionaria, y las justificaciones teológicas de realidades humanas y socio-económicas, del lado de la calle contrarrevolucionaria, estaban servidas lo que nos ha llevado, hasta las presentes fechas, a enfrentamientos bélico-revolucionarios que han ido evolucionando por las contradicciones que se han venido desarrollando gracias a los impactos de las conquistas de los sectores sociales menos favorecidos, la ampliación de la educación y la información, el desarrollo lógico de las tecnologías y, por supuesto, el propio desarrollo del sistema capitalista en sus lógicas etapas imperialistas y las globalizadoras.

La Tercera Internacional, quizás, es la consecuencia de las realidades globales que se desarrollaron durante el siglo XIX y causa de las realidades que se han presentado durante todo el recorrer del siglo XX no solo y principalmente en Europa sino que gracias al desarrollo del sistema capitalista y las respuesta de los movimientos sociales afectados por los paradigmas de la praxis del capitalismo, traspasó fronteras nacionales y continentales llevando las contradicciones entre dos formas de ver y vivir de la “Sociedad del Ser Creado” a países que, en tiempos históricos, formaron parte del “sistema colonial y semicolonial” impuesto por aquellas testas coronadas y democracias (sic) libertadoras (sic) de nuevas naciones anglosajonas. La Tercera Internacional propuso ideas para tratar “…la naturaleza y el desarrollo de la teoría y la práctica del internacionalismo proletario…” (Ragionieri, Ernesto. “Lenin y la Internacional Comunista, pág. IX en “Los Cuatro Primeros Congresos de la Internacional Comunista”. Cuadernos de Pasado y Presente, Nº 43, pp. 214); además, diríamos, el carácter de la revolución en países coloniales y semicoloniales, el tema de la democracia burguesa y la dictadura del proletariado. Las realidades que, a posteriori, se presentaron, considerando la importancia socio-sicológica que impactó al mundo político, obrero y campesino la Revolución Bolchevique que conjugó el primer “Gobierno de Obreros y Campesinos” de la Historia de la Humanidad con un importante impacto en Alemania y en China, impuso, si se nos permite, una forma de “hacer política” con la tesis del “Frente Unido Nacional” a la que se adscribieron los partidos comunistas mundiales y movimientos sociales de izquierda. En ese orden, podríamos considerar que en Venezuela el Movimiento al Socialismo, en sus principios, sería la última expresión de esa propuesta de amplia participación de clases sociales buscando desarrollar las líneas fundamentales de las estructuras capitalistas en un país donde el propio sistema capitalista en su desarrollo endógeno justificaba aquella propuesta política ¡claro! en un mundo más evolucionado, más moderno y, quizás, con más conciencia social. Podríamos decir que su ápice fue la candidatura de José Vicente Rangel en unas extrañas elecciones presidenciales cuando las derechas despertaron del letargo puntofijista y palparon el triunfo de un político con conocimiento y experiencia dentro de la historia política venezolana y con objetivos claros y precisos en el marco de los cambios socio-económicos necesarios. En ese orden, el segundo triunfo de Rafael Caldera y su “chiripero” (indignante vocablo político) fue un remedo de un frente unido.

Las fechas del 27 de febrero y del 4 de febrero, en diferentes años, presagiaron los cambios por venir. La pregunta era ¿qué cambios, cuáles cambios, cómo se realizarían y que concepción político-ideológica los arroparía? Posteriormente, una vez alcanzado el Poder, la pregunta obligada sería ¿hasta dónde se desparramaría aquella novel propuesta política?

El triunfo de la Revolución Bolivariana, como revolución, fue un triunfo inusual. Se rompieron paradigmas establecidas en antaño y se demostró, en la praxis, que, primero, se podría conquistar el poder en el marco de la “democracia representativa”; en segundo término, que se alcanzaba el poder según las reglas de juego establecidas por la democracia representativa aun cuando fueran chucutas, amañadas y cercenados derechos de miembros de la sociedad con los derechos adquiridos para ejercer el “derecho al voto”; en tercer lugar, una vez en ejercicio del poder en el marco de la democracia burguesa, dentro del marco de la legalidad y los derechos democráticos, se podría llamar a una consulta que obligaría a cambios constitucionales que fueron, reiteradamente, negados por la democracia burguesa; en cuarto término, aquellos cambios constitucionales llevarían a realizar cambios estructurales, dentro de la propia democracia burguesa, evitando la violencia proletario-campesina versus burguesía; en quinto luchar, prepararse para confrontar una lucha de clases promovida por los sectores sociales adscritos a aquella democracia burguesa en decadencia evolutiva (Golpe de Estado del 11 de Abril y el Golpe petrolero).

La Revolución Bolivariana y su liderazgo han mantenido, permanentemente, evolución en esa dialéctica de la teoría y la práctica en todo el cuerpo estructural de una revolución y de una revolución sui generis. Las derechas nacionales, continentales y allende los mares, sus teóricos, percibieron y se han ido adaptando a esas realidades en desarrollo de la Revolución Bolivariana desarrollando todo un sistema de oposición utilizando todos, repetimos, todos los medios posibles para ir desgastando, desmontando y horadando los fundamentos del proceso revolucionario bolivariano tratando de hacer mella en los actores involucrados en el proceso revolucionario desde las bases sociales revolucionarias hasta los puestos de mayores responsabilidades; es decir, han desarrollado en diferentes etapas y adaptándose a los cambios en las realidades del proceso evolutivo de la revolución, lo que se denomina, con precisión, la “lucha de clases” (violencia contrarrevolucionaria). Pero esta lucha de clases en Venezuela tiene sus propias particularidades. Cuando nos acercamos al texto de Arturo Uslar Pietri: “Lanzas coloradas” obtenemos algunos acercamientos sico-sociales a comportamientos que han estado latentes ya no solo en Venezuela sino que se han expresado, prácticamente, en todos los países del continente americano desde Alaska hasta la Patagonia; un claro ejemplo son las actitudes, desde su triunfo, de las derechas internacionales a la persona de Evo Morales.

Cuando nos acercamos a la propuesta de Chávez Frías a realizar una nueva Internacional, en este caso concreto, la 5ta Internacional, debemos percibir las nuevas y diferentes realidades que han impactado las nuevas relaciones socio-económicas en el marco de la evolución del sistema capitalista, las nuevas propuestas a incorporar sobre la base de nuevas realidades que se han desarrollado con ese desarrollo del sistema capitalista en desmedro de la relación “hombre-naturaleza”; se deben considerar las nuevas realidades de la composición de las sociedades producto de ese desarrollo del sistema capitalista y las expresiones sociales que se han manifestado en contrario (en este caso concreto, es interesante conocer las manifestaciones anarquistas y seudo-anarquistas que se viene expresando en casi todas las sociedades de las principales ciudades mundiales como sucedieron en Londres cuando las protestas por consecuencia de la crisis financiera); en ese marco y no menos importante, la incorporación de las realidades de los pueblos originarios al proceso revolucionario y sus características. Tarea llena de obstáculos y de estudios y discusiones previas a la instalación de la 5ta Internacional.

delpozo14@gmail.com

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