*Detrás de “la crisis de Dubai”
*¿Asfixiar a Irán (y al petróleo)?
Ya indagábamos (ver Bajo la Lupa, 02/12/09): ¿Qué hay de trascendental detrás de la quiebra de Dubai, en esta coyuntura, en cuyo rescate participan en forma perturbadora los banqueros esclavistas atávicos Rothschild?”
Pues nada menos que el portal Debka (04/12/09), presunto portavoz del Mossad (los célebres servicios de espionaje israelíes), aclama la caída financiera de Dubai “con un enorme (sic) potencial político y militar (sic) para crear alrededor (léase: en el Golfo Pérsico) una superlativa (sic) crisis internacional”, y donde “Irán podría perder su puerta trasera para sortear las sanciones”.
El muy controvertido portal israelí, que no pocas veces propicia la desinformación, aduce que Dubai corre el riesgo de una “anexión” de parte del principal emirato de la federación tribal de los Emiratos Árabes Unidos (EAU): Abu Dhabi, sexta potencia petrolera mundial y con grandes reservas de dinero en la forma de “fondos soberanos de riqueza” (WSF, por sus siglas en inglés) por un millón de millones de dólares (un trillón, en anglosajón).
La crisis de Dubai “ofrece a Washington su primera oportunidad en una década para realmente golpear a Irán mediante las sanciones” que no han funcionado debido a “su alta muralla que protege la economía del castigo (sic) exterior”.
El “muro protector” de Irán se lo proporcionan las tres instalaciones portuarias y aeroportuarias para sus importaciones y exportaciones y las cuales usa ad libitum: 1. Los puertos Rashid y Jabal Ali (éste, el mayor puerto artificial del mundo); 2. El aeropuerto internacional Al Maktoum: la mayor encrucijada (“hub”) en el Medio Oriente y África, sexto mas frecuentado por pasajeros en el mundo y el onceavo para carga; y 3. La mirífica “zona libre de Jebel Ali”.
El portal israelí amenaza que, “sin tales instalaciones, Irán sería rasurada (sic) de sus conductos primarios para evadir las sanciones”.
La familia reinante del Sheikh Ahmed bin Saeed al-Maktoum, quien “concedió a Irán el uso irrestricto (sic) de los puertos y aeropuertos de Dubai, así como su zona libre, podría perder el control de tales instalaciones”, que pasarían a manos de Abu Dhabi. En ese momento, “EU y Occidente (sic) tendrán la primera (sic) oportunidad de cortar, o por lo menos reducir, el sistema de soporte vital del régimen iraní”.
Debka asevera que “sin Dubai, las sanciones pueden cerrar las líneas vitales de apoyo de Irán”, ya que hasta ahora “sus Guardias Revolucionarios y su infame (sic) Brigada Qods, la rama terrorista (sic) de espionaje exterior, han sido impermeables a los esfuerzos (sic) para dañar su infraestructura financiera, gracias a la asequibilidad inmediata de las instalaciones comerciales y de transporte”.
Debka añade una grave acusación que evidencia el hipócrita blanqueo británico y del G-7 –en la que no tiene nada que ver Irán– sobre los “ríos de dinero para Al-Qaeda”, cuya “mayoría de fondos es canalizada en Dubai, el centro primario de la encrucijada (hub) de las remesas de hawala (Nota: pagarés islámicos) de las redes del mundo musulmán”.
Según Debka, “en fechas recientes, Teherán ha recurrido a los hawalas para transferir y recibir fondos cuando los bancos occidentales rechazan cada vez más realizar negocios con las instituciones bancarias iraníes, como resultado de la presión directa de EU”.
El portal, que forma parte de la red multimediática israelí-anglosajona de la “guerra sicológica” contra Irán, dramatiza el efecto de las sanciones por venir: “Teherán contaba con los puertos y aeropuertos como un seguro contra la amenaza del embargo del Consejo de Seguridad de la ONU sobre las ventas de gasolina, diesel y productos refinados del petróleo y un posible (sic) bloqueo de EU y Occidente (sic) a los puertos”.
A su juicio, con el desplome de Dubai han sido arrinconados ”los expertos internacionales de petróleo y transporte de Irán (…),quienes habían empezado a organizar frenéticamente la nueva infraestructura para sortear las sanciones en los puertos”.
¿Fue Dubai una bomba financiera durmiente creada por la banca británica y el sionismo financiero (presuntamente encabezado por los banqueros Rothschild) para destruir a su periferia del Golfo Pérsico en el momento oportuno?
Viene la parte relevante: Debka conjetura que “Abu Dhabi tiene grandes planes para comprar a Dubai y convertir a su gobernante en una marioneta”, maniobra en la que estarían implicados EU y Arabia Saudita (AS) con el fin de perjudicar a Irán.
Sobredimensiona a Abu Dhabi, quien acabaría por adueñarse del destino integral de los EAU: “segundo país más rico y el más poderoso (sic) en el Golfo Pérsico, rico en petróleo, detrás de AS”. Esta aseveración se volvería muy discutible si se incluyese al gas de Qatar e Irán, pero no nos vamos a desviar.
Debka reduce trivialmente la lucha tribal entre primos: los Maktoum, de Dubai, contra los Nahayan, de Abu Dhabi, donde el Sheikh Khalifa bin Zayed al-Nahayan emergería como el gran vencedor mediante la “anexión virtual” de Dubai, para júbilo de Israel, EU y “Occidente”, y, quizá, de AS.
El portal israelí asevera que el gobernante de Abu Dhabi “promete pisar sobre la misma línea que Washington en referencia a Irán” y que “su plan” de anexión virtual de Dubai cuenta “con el apoyo tranquilo (sic) de EU y AS”.
Viene el amarre de navajas balcanizador y vulcanizador de la tripleta israelí-anglosajona para que se maten entre sí sunnitas y chiítas, así como árabes y persas, lo cual solamente favorece el retroceso general de todos los habitantes autóctonos del Golfo Pérsico para beneficiar a Israel, EU y Gran Bretaña, y, por extensión, al G-7, con el fin de controlar su inmensa riqueza de hidrocarburos: “los sauditas anhelan” que Abu Dhabi siga la línea de Riad en la Península Arábiga y en el Golfo Pérsico y “le ayuden en su conflicto contra los rebeldes de Yemen apuntalados por Irán” (Nota: en referencia a la rebelión secesionista de los chiítas árabes de la tribu Houthi combatidos, además del gobierno yemení y el ejército saudita, por fuerzas especiales de Jordania y un contingente simbólico de Abu Dhabi).
Concluye en forma perentoria que AS “tiene por consecuencia (sic) fuertes motivos para terminar el papel de Dubai como puerta de salida logística y financiera de Irán”.
Naturalmente que las sanciones duelen, pero en caso de resultar correctas las afirmaciones temerarias de Debka, entonces el estallido cronometrado de la burbuja inmobiliaria, es decir, la bomba financiera durmiente de Dubai, hubo tenido en la retaguardia como objetivo principal asfixiar a la teocracia chiíta de Irán, así como especular con el precio del petróleo.
Como EU, Gran Bretaña, Israel y “Occidente” no juegan solos en esta partida de ajedrez financiero-militar que se escenifica en todo el Golfo Pérsico (con alcances primarios en el mar Rojo y el océano Índico) –la principal fractura tectónica de la geopolítica a inicios del siglo 21–, falta ver cuál será el revire de Irán, que tampoco está manco y conserva muchos ases deletéreos bajo la manga.
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