MÉXICO, D.F., 19 de enero (apro).- Poseedora de un instinto nato para el poder y también para usarlo en beneficio de sus intereses políticos y económicos, Elba Esther Gordillo está demostrando nuevamente que es una maestra en el juego de las cartas marcadas, y que para las elecciones de 2012 será una de las jugadoras fundamentales que inclinarán la balanza por alguno de sus candidatos favoritos: Enrique Peña Nieto o Marcelo Ebrard.
La dirigente sindical de los maestros ha comenzado a operar políticamente para posicionarse muy bien en los distintos escenarios electorales y, sobre todo, con los diferentes candidatos que buscarán la Presidencia en las elecciones de julio del próximo año.
A través del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), del Partido Nueva Alianza (Panal), de los recursos económicos derivados de estos dos organismos y, sobre todo, mediante las alianzas que ha tejido a lo largo de los años, la profesora originaria de Comitán, Chiapas, y quizá la cacique sindical más longeva que hay en el país, ha comenzado a hacerse sentir en el escenario político, haciendo valer su poderío acumulado desde 1989, cuando sustituyó mediante una traición en el magisterio a su protector, Carlos Jonguitud.
En los dos sexenios del panismo, Elba Esther Gordillo ha acrecentado su poder a niveles que probablemente no imaginaba. Además de permanecer al frente del sindicato magisterial, creó Nueva Alianza, partido a través del cual se ha posicionado en distintos estados, apoyando a los candidatos a gobernador, presidentes municipales y diputados locales, ampliando con ello su red de alianzas en todo el país.
El Panal ha sido su herramienta para hacer los acuerdos con los demás partidos (PAN, PRI y PRD) en las elecciones locales. Sin distingos políticos o ideológicos, Gordillo es capaz de acordar con quien sea, con tal de obtener espacios de gobierno o legislativos. Así lo hizo en la pasada elección de Oaxaca, cuando al final de la campaña decidió que la aspirante a gobernadora por Nueva Alianza, Irma Piñeyro, declinara a favor de Gabino Cué, quien al resultar ganador designó a Piñeyro última como su secretaria de gobierno.
Además, Elba Esther Gordillo sigue manteniendo posiciones privilegiadas dentro del gobierno federal, y llegó hasta la oficina de la Presidencia de la República con el vocero del gabinete de Seguridad Pública, Alejandro Poiré, quien en la elección de 2006, fue su pieza clave dentro del Instituto Federal Electoral (IFE).
A partir del año 2000, cuando el PRI perdió el poder presidencial, la maestra comenzó a operar de manera libre, sin tapujos políticos ni compromisos ideológicos. Y es que lo mismo le da jugar con el PAN que con el PRI o el PRD. Está donde le conviene estar. Por eso siempre juega con dos o tres candidatos a la vez.
Por ejemplo, pese a que fue expulsada del PRI desde 2005, por apoyar al PAN y por crear su propio partido (Nueva Alianza), la profesora ya tuvo acercamientos y pláticas con la dirigente nacional priista Beatriz Paredes e incluso con quien había declarado su enemigo número uno, Manlio Fabio Beltrones.
En el pragmatismo de la cacique magisterial no causa asombro que conforme fenece el gobierno de Felipe Calderón, ella va tomando distancia y se espera que termine dándole la espalda, no obstante que fue la primera en levantarle la mano como triunfador de la elección de 2006, a pesar de las claras dudas que hubo en la legitimidad de la victoria del panista.
Al mismo tiempo, Gordillo va preparando su camino, abonando con acciones el acercamiento con Enrique Peña Nieto, con quien tiene, desde 2006, una historia común. Según Carlos Ahumada, por órdenes de Carlos Salinas de Gortari, la maestra Elba Esther Gordillo y Peña Nieto fueron los encargados de entregarle 30 millones de pesos por los videos de René Bejarano, que sirvieron para denostar la imagen del PRD y de Andrés Manuel López Obrador.
Con Marcelo Ebrard, la maestra tiene una relación cercana desde que tomó las riendas del SNTE en 1989. El entonces presidente Carlos Salinas de Gortari apoyó a Elba Esther Gordillo para derrocar a Carlos Jongitud, le dio dinero para mantener al sindicato y le ordenó a Manuel Camacho Solís apuntalarla políticamente. Este último la apoyó, poniéndole a un grupo de jóvenes asesores, entre los que estaba el actual jefe de gobierno del Distrito Federal.
Por eso no es raro que hoy la profesora diga que Ebrard es uno de sus candidatos favoritos para alcanzar la presidencia de la República.
Esta capacidad de adaptación mediante el pago de favores a políticos, intelectuales, periodistas, empresarios, líderes religiosos, gobernadores, diputados, senadores y hasta presidentes de la República es la que ha mantenido a Elba Esther Gordillo en el pináculo del poder durante más de tres décadas.
Y todo parece indicar que repetirá la misma jugada con cartas marcadas para la elección presidencial de 2012, saliendo ganadora, independientemente de quien gane o pierda el juego.
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