Públicamente lo manejan como una “separación amistosa”, pero en el encuentro que tuvieron el viernes 20 hubo insultos, gritos y amenazas entre la dirigencia nacional del PRI y la del Partido Nueva Alianza (Panal), que rompieron el acuerdo de ir juntos en los comicios de este año.
Al enterarse de la ruptura, Elba Esther Gordillo –líder y fundadora del Panal– dijo que se trata de un intento de quinazo en su contra ideado por Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.
Públicamente, las dirigencias de ambos partidos dijeron que la decisión de no continuar con la alianza Compromiso con México –donde también está el Partido Verde Ecologista de México (PVEM)– fue para mantener los equilibrios internos y porque no se alcanzaron las condiciones políticas necesarias para seguir juntos.
En un comunicado el PRI detalló: “No se alcanzaron las condiciones políticas necesarias en los equilibrios internos de los partidos. Esta decisión se tomó con el interés fundamental de respetar y preservar la unidad y los derechos políticos de los militantes de los tres partidos”.
El dirigente del Panal, Luis Castro Obregón, argumentó que el principal desacuerdo fue que el PRI quería ampliar a más de 10 estados la alianza, lo que impide la ley, y que por ello habían tomado la decisión de ir por separado.
Pero detrás de las declaraciones oficiales la historia es otra, más compleja, llena de intereses de Elba Esther Gordillo y de venganzas en su contra. Según versiones de testigos, el resquebrajamiento tendrá consecuencias graves para el PRI y para la maestra, que podría concluir su reinado sindical de dos décadas.
La ruptura
El pasado 16 de noviembre, aún bajo el liderazgo de Humberto Moreira, el PRI concretó la coalición Compromiso por México mediante la cual el priismo cedía candidaturas al Senado a sus aliados en Chiapas, Sinaloa, Puebla, Nayarit, Quintana Roo, Jalisco, el DF, Veracruz, Estado de México y Zacatecas. Además se iría en alianza en 126 de las 300 candidaturas a diputaciones federales de mayoría.
El acuerdo preveía que una de las hijas de Gordillo, Mónica Arriola, sería candidata a senadora por Chiapas; Fernando González, yerno de Gordillo, lo sería en Sinaloa; Jorge Kahwagi en Baja California y para diputados el exconsejero electoral Emilio Zebadúa y El Niño Verde, Jorge Emilio González.
A cambio de esta ventajosa alianza, según la versión extraoficial, el dirigente nacional priista amarraría para su hermano y también profesor Carlos Moreira la secretaría nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), con lo cual mantendrían vigente el proyecto de largo aliento de la familia del exgobernador de Coahuila.
Todo este plan, sin embargo, se derrumbó el 2 de diciembre cuando Humberto Moreira tuvo que renunciar a la presidencia nacional del PRI después de que fue denunciado por dejar a su estado –Coahuila, del que fue gobernador– con una deuda de casi 34 mil millones de pesos.
Pedro Joaquín Coldwell lo sustituyó y desde ese momento comenzaron a revisar el acuerdo firmado con el Panal, sin que Gordillo se enterara.
Emergieron entonces con más fuerza las críticas a la alianza con el Panal y el PVEM, críticas encabezadas por el senador Francisco Labastida Ochoa. Cuando éste fue candidato presidencial (2000) se dijo traicionado por Maricruz Montelongo, quien encabezaba la red Mujeres por Labastida y que recibió la instrucción de su madre, Elba Esther Gordillo, de operar silenciosamente en favor de Vicente Fox.
En la avalancha de críticas surgieron las de otros legisladores priistas como Carlos Flores Rico, Carlos Jiménez Macías y María Elena Orantes, quienes en 2006 estuvieron en el equipo de la campaña presidencial de Roberto Madrazo, a quien Elba Esther Gordillo también traicionó con una contracampaña, ofreciendo su apoyo al candidato panista.
Además estuvo la dura crítica de Joel Ayala, líder del sindicato de burócratas a quien la maestra Gordillo le arrancó parte de sus agremiados para crear su propio sindicato de trabajadores del gobierno.
Pese a que dentro del PRI y en el equipo de campaña de Peña Nieto ya se fraguaba el rompimiento, en el Panal todo seguía igual y Castro hacía planes para fortalecer el voto del magisterio hacia los candidatos priistas. La idea era fortalecer la estructura electoral del SNTE convenciendo a los maestros de movilizarse, haciéndoles pensar que lo mejor para ellos era votar por el PRI y que si ganaba López Obrador las consecuencias serían fatales para todos, no sólo para Gordillo.
También se les prevenía de la inminente exhibición del documental De panzazo, dirigido por Juan Carlos Rulfo y narrado por Carlos Loret de Mola, en el que se hace una severa crítica a la educación básica del país y se cuestiona el trabajo de los profesores.
En esas estaba la dirigencia del Panal cuando el viernes 20 por la mañana el equipo de Peña Nieto la citó a una reunión para hablar de la alianza; no les dijeron que se trataba de ponerle fin.
“Quinazo”
En 1989, cuando apenas empezaba a gobernar, Carlos Salinas de Gortari ordenó la detención del líder petrolero Joaquín Hernández Galicia La Quina, a quien consideraba enemigo porque no le había dado su apoyo. Ese mismo año también ordenó la defenestración del líder magisterial Carlos Jonguitud y la ascensión de Elba Esther Gordillo en su lugar.
Dos décadas después la maestra Gordillo siente que ahora se está urdiendo un plan similar en su contra y que el primer paso es la ruptura de la alianza con el PRI.
“¡Esto es un quinazo!” les dijo enojada a sus allegados y a parte de su familia, reunidos en su casa de Polanco, cuando le confirmaron la noticia de la ruptura con el PRI, cuenta uno de sus colaboradores.
“Dijo que no descartaba que detrás de esto estuviera Carlos Salinas, que se trataba de un quinazo y que lo que más le preocupaba era que Peña Nieto no estuviera tomando decisiones, sino gente perversa que estaba en su contra, refiriéndose a Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida, Pedro Joaquín Coldwell y Joel Ayala”, comentó la fuente consultada.
Recuerda que Gordillo tildó a Luis Videgaray, coordinador de campaña de Peña Nieto, de “muchacho sin ninguna formación, arribista, que se dejó sorprender y manipular por Manlio, Coldwell, Labastida y Joel Ayala, acusándolo de traidor”.
Señala que la negociación comenzó a las nueve de la mañana, cuando aún no sabían de qué se trataba. Que en el primer encuentro, por parte del Panal y del SNTE llegaron Luis Castro, Juan Díaz, Roberto Pérez de Alba, Guillermo Aréchiga y Fernando González. Por el PRI: la secretaria general, Cristina Díaz, Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, y Carlos Flores Rico.
“Los expositores por el PRI fueron Videgaray y Flores Rico. Cuando la reunión se empieza a calentar es cuando dan a conocer una encuesta en la que el Panal no podía conseguir su registro en 15 estados. Ahí fue donde se enojaron los del SNTE. Y también cuando Videgaray les dijo que era insostenible poner a Fernando Yáñez, Mónica Arriola y Jorge Kahwagi como candidatos al Senado. Respondieron que tampoco eran sostenibles las candidaturas de El Niño Verde, Mario Marín, Manlio Fabio, Francisco Labastida y otros más con negros historiales.
“Pero cuando empiezan a enfrentarse Juan Díaz y Luis Videgaray es cuando el primero le dice que hay que cumplir los acuerdos como hombre y que si Peña Nieto no cumple su palabra, menos la va a cumplir si llega a la Presidencia. Se dio una fuerte discusión al grado de insultarse.”
Para calmar las aguas se dio un receso, supuestamente a fin de consultar a sus respectivos jefes. Una hora después se volvieron a reunir y del SNTE sólo regreso Luis Castro, mientras que del PRI estaban Osorio Chong, Pedro Joaquín Coldwell, Luis Videgaray y Flores Rico.
“Lo primero que dice Castro es que no tienen palabra, que no hay forma de creerles y que sólo prevalecen los intereses del PRI, dejando muy mal parado a Peña Nieto. Coldwell contesta que no hay esquema de negociación, que se tienen que dar los cambios: tres senadurías pero no a los mismos candidatos y en otros estados. Castro les dice que es insostenible y no hay acuerdos porque no se puede sustituir a Fernando ni a Mónica Arriola; únicamente aceptan que no vaya Kahwagi. La reunión sólo duró 15 minutos y antes de salir Castro le dijo a Coldwell que lo más peligroso es que todos ellos están siendo peleles de Manlio Fabio, Francisco Labastida y Joel Ayala.”
Los del SNTE se fueron a ver a Elba Esther en su casa. Ahí estaban sus hijas Mónica Arriola y Maricruz Montelongo, su yerno Fernando González, Juan Díaz, Guillermo Aréchiga, Roberto Pérez de Alba, Luis Castro y René Fujiwara.
Al enterarse de lo ocurrido, la maestra llamó a Peña Nieto con la idea de que de inmediato éste le contestaría y todo se arreglaría. “Pero hasta las 11 de la noche le respondió Peña Nieto. Le dijo que no podía hacer nada y que varios gobernadores estaban en su contra. La maestra le pidió nombres, pero no se los dio. Peña Nieto le dijo que aceptara los términos en que se replanteó el acuerdo, pero Elba Esther lo rechazó”, señala la fuente.
Entonces la maestra empezó a ver opciones: le pidió a Fernando González que buscara a Luis Carlos Ugalde y a Miguel Ángel Jiménez para que se acercaran a Ernesto Cordero y a Alejandro Poiré. Se comunicó con Calderón buscando que Josefina Vázquez Mota no fuera la candidata y así poder aliarse con Cordero.
“Llamó a todos los secretarios del SNTE y a la dirigencia del Panal. Les dijo que lo más grave de esto es que se trata de un adelanto de lo que puede pasar si gana Peña Nieto. Les ordenó que empezaran a operar para que no quedara el mensaje de que está débil ante el PRI. La preocupación de la maestra era que los líderes regionales del SNTE comiencen a operar a favor del PRI sin que ella se dé cuenta. Por eso todo el sábado se dedicó a hablar con los gobernadores. Sin embargo dijo que los sentía muy fríos, que seguramente ya habían hablado antes con ellos y por eso confirmó que todo estaba planeado.”
El domingo la volvieron a golpear al promover como candidato en Sinaloa en lugar de Fernando González a Daniel Amador, antielbista, secretario general de la sección 27 y ligado a Labastida.
“Al ver esto convocó de nuevo a su estructura; dijo que ya no habría nada con el PRI y les advirtió que si ella cae, caen todos”, señala el allegado a la profesora chiapaneca.
Causas y consecuencias
Una de las razones expuestas por el PRI para deshacer su acuerdo fue que Nueva Alianza ya no tiene fuerza y no gana en 15 estados. En una encuesta presentada por el equipo de campaña de Peña Nieto se señalaba además que el magisterio estaba más con el PRI que con sus líderes del SNTE.
En otra encuesta, levantada en enero por Consulta Mitofsky, se mostraba que en los últimos tres meses el Panal ha caído: tenía un potencial electoral de 0.6% en noviembre y ahora es de 0.4%, sólo adelante de Movimiento Ciudadano que tiene 0.3%.
Noé Rivera, experto en el tema del magisterio, señala en entrevista con Proceso que al romperse la alianza con el PRI, por primera vez en su vida como dirigente del SNTE, Gordillo enfrenta una crisis que pone en riesgo su permanencia en el poder y la seguridad de su familia.
“Lo que hizo el PRI fue generar un mensaje brutal de que la maestra no está con el candidato presidencial más fuerte y tampoco con su equipo más cercano. Ya se difundió el mensaje de que algo grave está pasando”, precisa el excolaborador de la profesora.
Advierte que al romperse la alianza la dirigencia nacional del SNTE consideró que es muy alto el costo: se pone en riesgo la estabilidad política del sindicato si Elba Esther sigue como líder vitalicia del mismo.
Además de que muchos de los viejos líderes magisteriales que vieron con agrado regresar al partido donde se formaron, ahora ven con disgusto la ruptura y no están convencidos de trabajar por otro candidato presidencial. No obstante, señala que el PRI subestima la capacidad de Gordillo y el poder que tiene el SNTE para destruir a un candidato, como lo hizo en 2006 con Roberto Madrazo.
“Creen que con esto va a ser avasallada, que va a perder el control del sindicato y no va a resolver la crisis. Me parece que están totalmente equivocados, porque si querían desactivar el poder del SNTE actuaron al revés, porque aún no comienza la campaña presidencial y le están dando tiempo a la maestra para rehacerse.”
En su análisis Noé Rivera indica que si el PRI quería aniquilar el poder de Gordillo no lo hizo plenamente y ahora ella tiene el reto de recomponer el tejido de la estructura magisterial desde las bases y poner en marcha una de las estructuras electorales mejor aceitadas del país.
“Lo que viene no será una reacción de coraje, como con Madrazo. Por su experiencia sabe cómo enfrentar estas situaciones. Va a ir sola, el Panal saldrá con un candidato o candidata a la Presidencia de la República. Lo que ahora tendrá que hacer es transmitir a toda su gente que la traición no la ocasionaron ella ni Nueva Alianza sino el PRI. Si logra esto creo que el PRI se va a dar cuenta de que cometió un grave error electoral.
“Creo que esto aún no termina. La maestra es un animal político y aún falta ver cómo se va a mover. Estas cosas le van a generar ruido al candidato del PRI que además de presentar su propuesta va a tener la sombra de Elba Esther.
“Aparentemente tiene cerradas todas las puertas, pero la campaña aún no empieza. No sabemos si las encuestas que posicionan a Peña Nieto son reales, esto se verá ya en la campaña, pero si el PRI comienza a disminuir su ventaja en la opinión pública ante los otros candidatos, en ese momento se verá la importancia de tener como aliada a Elba Esther Gordillo. Aún no sabemos si se dará una elección cerrada.”
Videorreportaje de la semana: A Elba Esther Gordillo se le acaban los amigos... y el hechizo
http://youtu.be/KXKl_YOY8fs
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