Presenta el Defensor del Pueblo una demanda contra el Estado y el gobierno local
Denuncian un desastre humanitario en comunidades guaraníes, wichis y otras etnias
STELLA CALLONI (CORRESPONSAL)
Buenos Aires, 29 de agosto. El Defensor del Pueblo, Eduardo Mondini, presentó este miércoles una demanda contra el Estado nacional y el gobierno de la provincia norteña del Chaco, en que consta que las comunidades indígenas tobas se encuentran “al borde de la muerte, en una situación de exterminio silencioso”, con lo que se hizo énfasis en una realidad cuidadosamente ocultada en todo el país.
Hace unas semanas organismos defensores de los derechos sociales y medios de comunicación denunciaron la muerte por desnutrición avanzada de una decena de indígenas en El Chaco. La desesperada situación de campesinos e indígenas chaqueños se debe a que se han arrasado los montes de la región que eran su única posibilidad de sobrevivencia, y la nunca solucionada crisis social en esa provincia, han causado un verdadero desastre humanitario entre las comunidades tobas y otras que habitan en el lugar.
Mondino se presentó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, reclamando medidas urgentes para “modificar las actuales condiciones de vida de las poblaciones que se encuentran en una situación de exterminio silencioso, progresivo, sistemático e inexorable”.
La demanda exige una acción urgente para las comunidades de El Chaco y que se encuentran en riesgo de muerte, y se acusa a “la omisión de los estados provincial y nacional para prestar la mínima asistencia humanitaria y social”. Recientemente fueron enviados a la región funcionarios y observadores que comprobaron la gravedad de la situación.
“La investigación permitió arribar a conclusiones alarmantes en orden a la vulneración permanente y sistemática de los derechos humanos básicos de los pobladores”, dijo Mondini en su presentación ante la Corte, y relató que las comunidades viven en ranchos de barro y ramas, donde la mayoría contrae el mal de chagas.
Se comprobó asimismo el grado de desnutrición de la población que pasa varios días “sin comer nada”. No tienen agua potable y en casi todos los lugares visitados por los funcionarios se bebe de charcos o represas que “son los mismos en los cuales beben los animales del lugar”, sostuvo Mondino.
Pero no es sólo en El Chaco, sino en el norte del país, en general, donde indígenas tobas, como gauraníes, wichis y otros están cada vez más afectados por la apropiación de tierras por parte de inescrupulosos empresarios rurales. Arrinconados en lugares inhóspitos, arrancados de sus zonas de origen, las comunidades indígenas simbolizan en estos momentos la tragedia social en su límite de mayor abandono. No es mejor la situación en Formosa o en Misiones. En las provincias del noroeste como Salta, Jujuy y otras, se esperan próximamente demandas en el mismo sentido, por parte de organismos humanitarios.
En otro asunto, al cierre de esta edición se realizaba un vasto operativo de allanamientos de casas de ex militares y ex policías en buscada de información sobre el paradero o destino de Jorge Julio López, un hombre de más de 70 años que desapareció en La Plata provincia de Buenos Aires hace casi un año, después de haber dado un testimonio clave en el juicio contra el comisario Miguel Etchecolatz, responsable de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar (1976-1983).
Etchecolatz fue condenado y al parecer en complot con algunas figuras del Servicio penitenciario, desde el propio penal de Marcos Paz donde se encuentra detenido, también en la provincia de Buenos Aires podría haber manejado la desaparición de López como venganza.
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