jueves, agosto 30, 2007

Invitan a salir del país a cooperantes estadounidenses que conspiran contra el gobierno

El ministro Juan Ramón Quintana pidió a los empleados bolivianos que trabajan para estas ONGs que no sean “vendepatrias”

Bolpress

El gobierno boliviano amenazó hoy con expulsar del país a una parte de la cooperación norteamericana que financia fundaciones y grupos de influencia que conspiran contra el proceso de cambio que se vive en Bolivia. ”Si la ayuda norteamericana no se ajusta a las políticas de Estado, tiene las puertas abiertas. No permitiremos un solo día más que esta cooperación empañe nuestra democracia, conspire contra el derecho a la libertad de nuestro pueblo y ofenda nuestra dignidad nacional”, advirtió el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana.

El ministro Quintana manifestó que el Ejecutivo no seguirá permitiendo la intromisión ni formas de cooperación poco transparentes y discrecionales que acosan al proyecto boliviano. La autoridad aclaró que este no es un rompimiento de las relaciones con Estados Unidos sino solo una explicación de los recientes comentarios que hicieran el Presidente y el Vicepresidente de la República con respecto a la ayuda poco transparente que llega de Estados Unidos.

Quinta informó cómo opera y con quiénes trabaja la cooperación de Estados Unidos. Según la autoridad, este trabajo es “unilateral”.

La ayuda de USAID tiene dos componentes: La cooperación bilateral oficial, en la que el Estado participa de alguna manera en la identificación de áreas de trabajo, pero no en la administración de recursos (la responsabilidad es las agencias norteamericanas, gran parte de las instituciones no gubernamentales trabajan subordinadas a la administración de las ONG norteamericanas), y la cooperación unilateral extraoficial, que se ejecuta sin contraparte ni controles del Estado. USAID utiliza este último tipo de recursos de manera discrecional, a imagen y semejanza de los intereses de Estados Unidos.??La ayuda bilateral oficial representa el 30 por ciento del total de la cooperación norteamericana, mientras que la ayuda unilateral significa el 70 por ciento. En términos económicos, el monto total de cooperación para 2007 es de 120 millones de dólares, lo que quiere decir que 40 millones de dólares están circunscritos a la ayuda bilateral y 81 millones a la cooperación unilateral. Este último tipo de cooperación se ejecuta sin consultar con el gobierno y sin que las autoridades conozcan los programas, los proyectos y los destinatarios finales.

Lo curioso es que gran parte de la cooperación estadounidense retorna a Estados Unidos y una mínima parte se queda en Bolivia. El 40 por ciento de la cooperación se gasta en comisiones que las ONG americanas cobran por administración de recursos; el 30 por ciento se destina a sueldos de funcionarios norteamericanos, y solo el 30 por ciento se invierte en la ejecución de proyectos, incluidos los salarios para los bolivianos. “¿Qué queda para el desarrollo? Nada”, afirma Quintana.??Los niveles salariales son diferenciados: Un norteamericano gana 25 mil dólares al mes; un ejecutivo de alto nivel boliviano, 5 mil dólares. “¿Cuál es la condición de justicia y equidad?”, se pregunta el Minist4ro??Las estructuras institucionales que financia el gobierno norteamericano están integradas por funcionarios de viejos regímenes como el de Gonzalo Sánchez de Lozada y Jorge Quiroga.??Dado que la cooperación de Estados Unidos no trabaja directamente con las ONG bolivianas, intermedia con las ONG americanas que subcontratan a fundaciones alineadas a la potencia del norte. ¿Quiénes son sus funcionarios en Bolivia? Aparecen en las listas del “think tank” pro gringo Carlos Hugo Molina, ex viceministro en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, Roberto Barbery y Rubén Ardaya, ex autoridades en anteriores gobiernos; Wálter Guevara Anaya, José Carlos Campero, Javier Cuevas, Javier Revollo, Juan Carlos Urenda, Franz Barrios, Iván Arias, Diego Ayo, Marcelo Renjel, Cayo Salinas, y otros que trabajaron para los gobiernos neoliberales del pasado.

“No estamos dispuestos a ser patio trasero de ninguna potencia extranjera. A los empleados bolivianos que trabajan con las organizaciones norteamericanas les pedimos que trabajen por el bien de Bolivia y que no sean unos vendepatrias”, comentó Quintana.

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