Ismael León Arias
El martes 27 de agosto, a doce días del terremoto que azotó la costa sur peruana, Francois Dumont, francés, vocero de Médicos sin Fronteras, y el coordinador de la Cruz Roja Internacional, el español Jesús López, dijeron a la agencia AP, que la ayuda sigue ausente para miles de víctimas del sismo,
Simultáneamente el presidente Alan García pedía a los empresarios que “adelantaran sus inversiones en la zona”. Así, mientras los extranjeros clamaban a los cuatro vientos por agua y víveres inmediatos para los más necesitados, el líder aprista hablaba de inversiones, que en cualquier rubro tardarán no menos de seis meses en hacerse realidad.
Dumont envió el martes un comunicado a la AP, en el que alertó que "decenas" de pequeños poblados se mantenían aislados y sin ayuda de ningún tipo, mientras sus residentes dormían a la intemperie, apenas con agua y alimentos improvisados.
"Es increíble ver a la gente durmiendo bajo los árboles, sin nada, cubiertos solo con unas pocas ropas y soportando intenso frío", dijo a la AP telefónicamente el vocero de Médicos sin Fronteras.
Por su parte Luis Encinas, coordinador de emergencias de la misma organización de ayuda humanitaria, declaró: "Me he conmocionado al ver la situación del pueblo de Guadalupe (en los alrededores de Pisco); parece como si el terremoto hubiera ocurrido hace apenas un día".
Encinas explicó que en Guadalupe, una localidad de 10 mil personas que rodea a Pisco, "95% de las casas están destruidas, o severamente dañadas, y la gente está viviendo en las calles en condiciones terriblemente antihigiénicas. Ninguna ayuda ha llegado pese a que al pueblo lo cruza la autopista Panamericana", destacó.
"Doce días después, tras no recibir ninguna ayuda, esta gente está sufriendo de extrema ansiedad", alertó Encinas, explicando que su organización viene ofreciendo ayuda sicológica a los pobladores, quienes se mantienen en pánico por las sucesivas réplicas.
La Cruz Roja Internacional
El mismo martes 27 el español Jesús López, integrante de la Cruz Roja Internacional, en conversación telefónica con AP, desde los alrededores de Ica, coincidió en señalar que “la ayuda para miles de personas es totalmente ineficiente y hay mucha gente viviendo en la intemperie".
López describió el espectáculo de miles de hogueras alumbrando por la noche los desérticos cerros que rodean a Pisco, lugares donde se han refugiado centenares de familias sin agua ni luz eléctrica, que continúan sin recibir agua o alimentos de la ayuda humanitaria peruana y mundial que se ha centrado en Pisco o en Ica.
Según el representante de la Cruz Roja, cientos de niños con sus madres, así como ancianas cargando bebés, se mantenían a lo largo de la Panamericana, a la espera de cualquier tipo de auxilio de parte de los pasajeros de automóviles o autobuses que pasan raudos por el lugar al norte o al sur del país.
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