sábado, septiembre 29, 2007

Selva Amazónica a licitación

Jesica Salvatierra
APM

Brasilia anunció la primera licitación de selvas amazónicas que serán explotadas por grupos privados durante y hasta 40 años. Será un área de 90.000 hectáreas en el estado de Rondonia (noroeste).

Tras una decisión controvertida el presidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva decidió facilitar el paso para que parte de la selva amazona sea privatizada. La nueva ley regula la explotación económica de una de las mayores reservas naturales del mundo. Esta representa una privatización sobre la cual se posibilita que la concesión de las florestas públicas pasen a manos privadas, aun cuando se conserva la titularidad de la tierra en poder del Estado.

La subasta de la selva está a cargo del ministerio del Medio Ambiente y el Servicio Forestal Brasileño, creado en marzo pasado para tal fin. La explotación prevé el pago por el uso de los recursos naturales y manejo sustentable, lo que significa "retirar una cantidad de productos que no perjudique su recuperación".

Esta idea no es nueva ya que en el año 2004 fue presentado el primer proyecto de ley que permitía entregar parte de la amazona a la explotación privada, principalmente a multinacionales de origen europeas, asiáticas y estadounidenses, que representaban 5 mil kilómetros de la selva que podrían ser explotados. Fue debido a una oposición en el parlamento y en la sociedad civil, la ley quedo varada en ese entonces.

En su oportunidad, la especialista en geopolítica y biodiversidad, Elsa Bruzzone le dijo a APM que la selva amazónica cuanta en su interior con una gran fuente de biodiversidad que puede ser explotada, tanto es así, que se puede buscar en ella la obtención de madera, extracción de pulpa del árbol para elaborar papel y producción de alimentos. También, esta zona es muy rica en minerales y elementos estratégicos como: oro, gas, petróleo, bauxita que se usa para la producción de aluminio, cuenta, además con el yacimiento más grande del mundo de tugseno, el titanio que es utilizado para la industria aérea espacial y militar.

Lo que hace especial a la selva amazónica es que cuenta gran multiplicidad de recursos naturales dando lugar a que todo tipo de actividades que pueden ser explotadas. Una de las consecuencias de ello es que las fronteras agropecuarias se fueron expandiendo provocando que grandes bosques y selvas originarias vayan desapareciendo en la misma medida en la que los sembradíos de soja trasngenicas avanzan sobre el suelo fértil.

Los cultivos que prosperan sobre los municipios amazónicos traen consecuencia directa sobre el ambiente, perjudicando tanto a la flora, como a la fauna específica que en grandes cantidades de especies habitan allí. Además, el resultado de este proceso afecta directamente a los pueblos originarios y comunidades campesinas que son desalojados por las empresas vinculadas, por lo general, a intereses transnacionales.

Según Ronaldo Seroa Da Motta, investigador del Instituto Nacional de Ecología de Brasil, con esta ley Brasilia declaró privatizable el 59 por ciento del territorio brasileño. Los 5 millones de kilómetros cuadrados que serán licitados, la cuenca de la Amazona, contiene la mitad de las especies botánicas (de 20 a 30 millones) y la mitad de los bosques tropicales del mundo. Los botánicos estiman que hay más de 125 mil plantas, indispensable para las industrias medicinales.

Esta selva en el intercambio de gases con la atmósfera, libera el 50 por ciento del oxigeno necesario para la vida y es la generadora de las corrientes del calor que consiguen templar la temperatura del planeta. Cabe destacar que los ríos se encontrarían altamente afectados por la tala de los árboles, ya que son estos los que permiten que los ríos renueven su caudal. En el caso de los reservorios de agua subterráneo también tendrá consecuencias negativas, ya que se producida, erosión, aridez e inundaciones por que los árboles ya no van a poder detenerla.

Estudios realizados por el Instituto Nacional de Ecología de Brasil, la selva amazónica brasileña abarca casi la totalidad de los nueve estados que conforman el país: Roraima, Amapá, Amazonas, Pará, Maranhao, Acre, Rondonia, Mato Grosso y Tocantes. La región ocupa el 59,8 por ciento del territorio brasileño (5.1 millones de kilómetros cuadrados). En los estados de Pará, Mato Grosso y Rondonia la explotación de la madera en esta región se da de manera indiscriminada, incontrolada y altamente agresiva.

Según la posición del gobierno brasileño, esta ley pretende intentar licitar legalmente las tierras para que no sean usurpadas por aprovechadores. Tal es el caso del empresario, Cecilio Do Rego Almeida quien se apropio ilegalmente de 5 mil hectáreas en el sur del estado del Paraná. Además, esta nueva ley tiene por objetivo garantizar al estado brasileño un cannon por las áreas privatizadas. Es decir dinero ganado que ingresaría al fisco a cambio de permitir que las empresas exploten económicamente el terreno.

A su vez, se sostiene que permitirá que la explotación de las empresas vaya desde la extracción de madera hasta su uso para producción de medicamentos. Para ello se ha creado el Servicio Forestal Brasileño que tiene como función identificar los bloques, yacimientos, que podrán ser explotados en los próximos años. Esta entidad tiene la facultad de organizar la tarea del proceso licitario. Solo cada tres años se harán los controles para determinar qué pasó durante ese periodo de tiempo.

Las áreas a ser licitadas fueron calificadas según el tamaño de la superficie para la cual se encontraran divididas en dimensiones distintas: pequeños medianos y grandes. Por lo cual se pretende que podrán acceder a la explotación empresas de diferentes envergaduras desde empresas pequeñas hasta grandes, entre nacionales y multinacionales. Eso sí, es poco probable que se realice una competencia y una licitación justa.

El plazo de las concesiones, resguardadas en la ley, pueden llegar a ser de hasta de un periodo de 40 años. Lo que podría generar que las reservas naturales sean deforestadas indiscriminadamente por las empresas dueñas de la concesión. La explotación prevé el pago por el uso de los recursos naturales y manejo sustentable, lo que significa retirar una cantidad de productos que no perjudique su recuperación, pero que en la práctica será muy difícil para el Estado brasileño velar por el cumplimiento y la regulación de estas actividades.

Sin embargo, la nueva iniciativa de Planalto es atraer capitales privados para explotar la madera y biodiversidad de la selva Amazónica sobre una base de una floresta productiva. Esto apunta a que se proteja la biodiversidad, todo esto integrado a la política tecnológica nacional.

Actualmente el gobierno brasileño anuncio la licitación de las primeras 90 mil hectáreas de selva amazónica que se encuentra ubicado en el estado de Rondonia, al noreste del país. En estas hectáreas podrán ser explotadas maderas y otros productos como: semillas, resinas y aceites. Para dar una magnitud imaginable de lo que se esta por licitar, se podría decir que cada hectárea equivale a una manzana urbana, o poco más que un estadio de fútbol.

La ley fue duramente cuestionada por el Instituto de Abogados de Brasil. Según el coordinador de la Comisión de Derecho Ambiental, Marcos Montenegro, "viabilizar la privatización del Amazonas representa entregarla al capital extranjero".

El proceso de licitación será completado en lo que reste del 2007 y la firma de los contratos esta prevista para marzo del 2008, así lo sostuvo el presidente de brasileño en declaraciones recientes.

A las empresas multinacionales con capitales extranjeros, poco les interesa preservar el medio ambiente. Del mismo modo que la finlandesa Botnia instaló la pastera en Uruguay, los grandes impactos ambientales negativos que pueden reproducirse no entran en su agenda.

Atentar contra la naturaleza de la selva Amazónica, considerado uno de los grandes pulmones del mundo, seria catastrófico para su existencia como fuente de vida para la humanidad y las especies que habitan en ella.

Esta nueva ley, parece sólo apuntar a la obtención de réditos económicos, sin importar los usos que las empresas extranjeras puedan hacer de los recursos naturales mas preciados del mundo. La vida natural y silvestre, y aun mucho peor, el desalojo de comunidades de campesino, están a la venta del mejor postor.

jsalvatierra@prensamercosur.com.ar

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