Del ángulo positivo de la tragedia.
Este no es el primer accidente de consecuencias fatales que le ocurre a PEMEX por fallas en la seguridad y los equipos que de ella dependen; pero el deceso de estos petroleros puede que no sea, a diferencia de los anteriores, enterrado con dinero.
En la colisión de plataformas están involucrados los nombres de los hijos de la señora Marta; y la tragedia es la evidencia de la corrupción sindical y de las Autoridades, que licitan las compras de manera tramposa y fraudulentamente obtienen a cambio mercancía con especificaciones diferentes a las contratadas.
En tiempos de Miguel Alemán como Gobernador de Veracruz, se dieron cuenta que los chalecos blindados que habían comprado, ¡carísimos!, no detenían las balas; como creyó un valiente policía que quiso cumplir con su deber y lo acribillaron a tiros.
En ese entonces nada sucedió, los mexicanos estamos acostumbrados. Quien ocupaba la Dirección de Seguridad Pública cuando sucedieron los hechos, hoy es diputado y al terminar su tiempo, los posibles delitos habrán prescrito.
En las plataformas los extinguidores generalmente están vencidos y el mantenimiento deja mucho que desear. En esta ocasión los equipos de respiración no funcionaron y las balsas de salvamentos y los chalecos salvavidas tampoco. Sin que se omita el que muchos de los contratados y subcontratados para las plataformas, no saben nadar, lo que debiese ser sin duda un requisito indispensable.
No obstante, a los Bribiesca habrá que agradecerles (cosas del destino) la caja de Pandora que se va a destapar en la Paraestatal, que sabido es, siempre ha sido un foco de corrupción donde del Presidente para abajo, todos han metido las manos para robar.
Y también servirá para destapar esa cloaca (si es que no lo paran a tiempo) pues el que los medios de comunicación se encuentren disgustados hará que se ventiles muchas cosas. Todo en la vida tiene siempre un ángulo positivo.
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