Se trata de un acto injerencista que contó con su beneplácito, dice en la sierra poblana
Que ni él ni George W. Bush piensen que vamos a respetar sus acuerdos secretos, advierte
Ciro Pérez Silva (Enviado)
Chicontla, Pue., 25 de octubre. Desde este municipio de la zona serrana de Puebla, Andrés Manuel López Obrador le exigió a Felipe Calderón “que dé la cara” y explique al pueblo de México los alcances y condiciones del acuerdo privado al que llegó con el presidente de Estados Unidos para el presunto financiamiento del combate al narcotráfico... “Se trata de un acto injerencista que contó con el beneplácito del pelele Calderón”, aseveró el ex candidato presidencial, luego de advertirles a George W. Bush y a Calderón “que no estén pensando que los acuerdos secretos los vamos a respetar los mexicanos”, y sostuvo que ningún convenio es moneda de cambio para permitir la privatización del petróleo, como pretende el mandatario estadunidense y quiere conceder Felipe Calderón.
¿Y el problema migratorio?
Al iniciar la penúltima gira de trabajo por esta entidad, López Obrador destacó que no se trata de una confrontación personal con “el usurpador” , sino hacer ver al pueblo de México la clara diferencia que existe entre su visión de cambio para el país y la de entrega a los intereses de los poderosos y al mandato de Estados Unidos que ofrece Calderón, como lo evidencia la llamada Iniciativa Mérida.
“Vamos a pedir que se aclare toda esta situación, porque es muy evidente que se trata de intereses distintos. ¿Por qué en lugar de llevar a cabo un acuerdo de cooperación para atender el problema migratorio, que es el que más afecta al país, tiene este acuerdo secreto, supuestamente para combatir al narcotráfico?”, destacó López Obrador.
“¿Qué es más importante, resolver: el problema de la migración, que ha obligado a miles de mexicanos a dejar su país para buscar oportunidades en Estados Unidos, o comprar aviones y helicópteros para enfrentar al crimen organizado? ¿Qué es más importante?”, inquirió el ex jefe de Gobierno capitalino a sus simpatizantes que llenaron la calle principal de este poblado. “¡Los migrantes!”, le respondieron casi al unísono las mujeres que integraban la mayor parte de este contingente y que, como muchas en este estado, han visto partir a sus esposos e hijos, quienes han ido a buscar trabajo más allá de la frontera norte.
Ése, enfatizó López Obrador, es el principal problema que se debe de atender con el gobierno de Estados Unidos; en eso, dijo, es en lo que se deben utilizar los 500 millones de dólares anuales, en promover actividades productivas para que la gente no se vaya. Éste, reiteró, es el principal problema en México.
“El gobierno usurpador acaba de llevar a cabo este acuerdo con Estados Unidos y lo hizo en secreto; es lamentable que esto se haya dado a conocer en aquel país; nos enteramos porque lo anunció Bush y luego el embajador de aquel país en México (Tony Garza) se lo hizo saber a nuestros legisladores. Ningún presidente que respete la Constitución y los lineamientos básicos de la política exterior mexicana debió permitirlo; por eso digo que Calderón es un pelele, no es una ofensa, es una descripción, y nos deja ver que se trata de la injerencia de un gobierno extranjero sobre asuntos nacionales”, aseveró.
El político tabasqueño adelantó que indagará sobre lo que oculta tal acuerdo y reiteró el mensaje a Calderón y a Bush: “Que no estén pensando que por esta supuesta cooperación, que es una clara intervención, van a querer someter a México y a quedarse con el petróleo y las riquezas nacionales”.
Mientras tanto, a unos pasos del mitin de Andrés Manuel López Obrador, las autoridades del estado entregaban láminas y colchonetas a quienes lo perdieron todo el pasado 28 de septiembre por el embate del huracán Lorenzo, casi un mes después. Justo durante el discurso del ex candidato presidencial.
Comunidad alejada de todo
De este pueblo sumido en la pobreza, López Obrador se dirigió a una región todavía más pobre y aislada en la zona totonaca del municipio de Tepango de Rodríguez, donde el presidente municipal, de extracción panista, le negó a los habitantes el uso del auditorio para la reunión con el perredista; por ello, los indígenas tuvieron que subir una empinada y serpenteante cuesta para esta reunión. Algunos descalzos, otros sobre los remiendos de lo que hace mucho tiempo fueron huaraches, hicieron este trayecto adicional para expresarle al tabasqueño que en esta región la gente no aguanta más el abuso de sus gobernantes. “Ellos se sienten los dueños del pueblo, ¿y nosotros qué?”, hicieron saber en un difícil español.
Más tarde, la gira continuó por esta sierra poblana que muestra en sus pocas carreteras los montones de tierra y piedras que han dejado a su paso los fenómenos naturales y la falta de interés de sus gobiernos municipales y estatal, y que hacen aún más difícil la comunicación entre estas comunidades alejadas de todo.
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