miércoles, octubre 03, 2007

La escoria del PRI y sus capos del PAN

Diputados y senadores conmemoran el 2 de octubre
Encarcelar a responsables de la masacre en Tlatelolco


Roberto Garduño y Enrique Méndez

Resulta que mientras:

Los grupos parlamentarios de PRD, PT, Alternativa, Nueva Alianza y Convergencia en la Cámara de Diputados exigieron ayer que los responsables de la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco sean encarcelados. El PRI y su aliado, el PVEM, solicitaron, en cambio, que no se realicen “linchamientos históricos” y llamaron a “superar el recuerdo de la historia”.

Es decir, estos sátrapas le llaman “superar el recuerdo de la historia” a la vil impunidad.

Al conmemorarse ayer 39 años de la represión contra estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, el PAN expresó que se trató de “uno de los eventos más dolorosos y deplorables de la historia moderna” del país. La diputada María Noriega Blanco –quien presentó la postura de su bancada–, aseguró que no puede repetirse un escenario de “cuerpos barridos en la oscuridad de la noche e imágenes maquilladas con intenciones políticas”, pero no se sumó a la exigencia de que se castigue a los culpables.

Claro, que los cuerpos sean barridos en la oscuridad y los responsables salgan a plena luz del sol con la cara en alto y los bolsillos retacados de dinero de sus multimillonarias pensiones por haber asesinado a los estudiantes, ¡qué inmoralidad!

El coordinador perredista, Javier González Garza, aseguró que “no existe ninguna razón para que personas como Luis Echeverría Álvarez, máximo responsable aún vivo de ese gobierno, goce de libertad al amparo de leyes y jueces que aseguran impunidad al poder. Un crimen cometido por el Estado mexicano permanece impune, para vergüenza de todos los gobiernos” que el país ha tenido desde entonces.

Refirió que en Tlatelolco “gente indefensa fue masacrada por el poder autoritario y corrupto. Fue un genocidio. Todavía hay quienes cínicamente defienden la violencia desatada por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y se empeñan en intentar ocultar la verdad. Sin embargo, la historia ha dado ya su veredicto: Díaz Ordaz encabezó un régimen violento, represor, temeroso de su propio pueblo. Ese régimen se manchó las manos de sangre inocente que reclamaba democracia, justicia y libertad”.

González Garza dijo que el movimiento estudiantil es heredero de las grandes gestas libertadoras de la historia nacional, como la Independencia, la Reforma y la Revolución, porque comparte con ellas su carácter masivo y popular. Afirmó que en 1968 los jóvenes nunca se propusieron la toma del poder público, sino transformarlo. “Mi generación cambió el poder sin estar en él, ese ha sido nuestro más profundo legado”.

Una lección del 68, agregó, es que el uso de la fuerza del Estado contra los disidentes no soluciona los conflictos, y resaltó que si “el asesino de Díaz Ordaz lanzó al Ejército contra la manifestación de la Plaza de las Tres Culturas, el régimen de hoy lanza todo el aparato contra los opositores”.

Delio Hernández Valdez, de Alternativa, lamentó que “este hecho abominable continúe impune”, y dijo que “ni siquiera la cárcel para los responsables podrá cerrar las heridas y curar el dolor infligido al pueblo”.

Irma Piñeyro, de Nueva Alianza, aseguró que la masacre de Tlatelolco constituye un episodio indigno e inocultable de un pasado que no debe volver a repetirse.

El coordinador del PT, Ricardo Cantú Garza, aseguró que si la bestialidad con que se cometieron los crímenes es causa de horror, “más aterra la cínica impunidad con que los autores intelectuales y materiales han eludido su responsabilidad”.

Las demandas de los estudiantes siguen vigentes

Andrea Becerril

En la tribuna del Senado, en el 39 aniversario de la matanza de Tlatelolco, Rosario Ibarra y Pablo Gómez advirtieron que las demandas del movimiento de 1968 siguen vigentes y es necesario alzar la voz para exigir la liberación de los presos políticos y el castigo a los responsables, entre ellos el ex presidente Luis Echeverría Álvarez.

Gómez reivindicó a los presos políticos de Atenco y del movimiento oaxaqueño. Ibarra de Piedra se refirió a los dos desaparecidos del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y uno del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), y alertó sobre el retorno de “hechos brutales” como los del 2 de octubre.

La senadora Ibarra presentó una iniciativa de reforma al Código Penal Federal (CPF) para que no gocen del beneficio de la prisión preventiva los mayores de 70 años cuando estén acusados de genocidio o desaparición forzada de personas.

Se trata, dijo, del artículo 55 del CPF, que al parecer “fue hecho a modo para que algún personaje importante de gobiernos pasados pueda permanecer en su domicilio en lugar de estar en prisión”.

Es el caso de Luis Echeverría, y por eso “me atrevo a proponer que se modifique ese artículo”, “para que no sea el único beneficiario que puede permanecer tranquilamente en su casa”. No se trata de odio ni venganza, aclaró, sino de castigar a quienes secuestraron y desaparecieron a estudiantes, líderes sindicales y sociales.

Recalcó que Echeverría fue quien impuso “el terrorismo de Estado”, mediante la tortura y la desaparición forzada, y la Brigada Blanca, “que llevó a la muerte a muchos compañeros”. Agregó que esa terrible situación no ha concluido, porque siguen las desapariciones forzadas, y alertó: hay que tener cuidado, porque se pueden repetir “aquellos hechos brutales del 2 de octubre y los de la llamada guerra sucia”.

Durante el debate sobre Tlatelolco, Dante Delgado, senador por Convergencia, pidió un reconocimiento para Ibarra, “mujer incansable en la defensa de los derechos de la sociedad”, que todos los días da muestra, como parlamentaria o ciudadana, de su lucha por los desprotegidos”.

El perredista Pablo Gómez destacó que la consigna que hace 39 años enarbolaron los estudiantes: libertad a los presos políticos, sigue siendo válida, ya que los encarcelados por el movimiento de Oaxaca y los de Atenco fueron llevados a prisiones de alta seguridad por decisión del gobierno y jueces de consigna. De nuevo “tenemos que levantar nuestra voz y exigir el respeto a las libertades democráticas, que el poder no reprima a sus adversarios con la fuerza del Ejército, la policía y los jueces.

“Exigir que las protestas y los conflictos políticos se resuelvan de manera pacífica era la exigencia del movimiento en 1968. Esto no es cosa del pasado, es cosa del presente, por las cuales debemos seguir luchando día con día.”

Por el PAN, el senador José Julián Sacramento dijo que cada año se ha exigido conocer la verdad sobre el 2 de octubre. Los senadores del PRI no fijaron postura.

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