lunes, octubre 29, 2007

La superchería de Reporteros sin Fronteras

El 16 de octubre de 2007, la organización parisina Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó su “clasificación mundial de la libertad de prensa 2007”. RSF asegura que es una entidad neutra y objetiva interesada únicamente por la libertad de prensa. Pero la afirmación no resiste el análisis. En realidad la clasificación 2007, salpicada de contradicciones, no es más que una superchería y demuestra, al contrario, que la asociación que dirige Robert Ménard desde 1985 defiende una agenda política e intereses bien precisos (1).
Salim Lamrani
Rebelión
Revisado por Caty R.

RSF utiliza 50 criterios repartidos en 7 categorías que enumera por orden de importancia, para establecer su clasificación 2007 que concierne el periodo que va del 1 de septiembre de 2006 al 1 de septiembre de 2007. Para la categoría “agresiones, encarcelamientos y amenazas”, contabiliza prioritariamente el número de periodistas y colaboradores de los medios “asesinados, encarcelados, torturados o víctimas de malos tratos, raptados o desaparecidos, agredidos o heridos, y amenazados”. También tiene en cuenta la presencia de “milicias armadas u organizaciones clandestinas que atacan a los periodistas”, así como el hecho de que los “periodistas [estén] obligados a usar guardaespaldas o material que garantice su seguridad (chaleco antibalas, vehículo blindado etc.) en el ejercicio de su profesión (2).

Luego, RSF considera las “amenazas indirectas y [el] acceso a la información” en su clasificación tales como las “agresiones o amenazas contra defensores de la libertad de la prensa”, la “vigilancia de algunos periodistas”, las “grandes dificultades para acceder a la información pública”, las “restricciones de acceso o de cobertura de una o varias regiones del país” y las “dificultades para conseguir un visado como periodista extranjero” (3).

La organización francesa también se interesa por el “marco legal y [por las] diligencias judiciales excesivas”. Las “acciones legales entabladas contra periodistas”, los “casos de violación del secreto de las fuentes”, así como la represión de los “delitos de prensa” se tienen en cuenta. La “censura” y la “autocensura”, el monopolio de los “medios públicos”, el libre acceso a Internet, así como las “presiones administrativas y económicas” también entran en la clasificación (4).

Así, a partir de todos esos criterios, RSF establece su clasificación anual que incluye a 169 países de todo el mundo. Según las estadísticas de la organización, 105 periodistas fueron asesinados entre el 1 de septiembre de 2006 y el 1 de septiembre de 2007. El país más mortal es Iraq donde al menos 62 periodistas perdieron la vida, seguido por México (8), Somalia (7), Pakistán (4), Afganistán (4), Sri Lanka (2) y Eritrea (2). No sería sorprendente ver a estos países ocupar los últimos rangos de la clasificación. Ahora bien, no es así con la exepción de Eritrea que ocupa el lugar 169, pues Robert Ménard resalta prioritariamente sus criterios políticos e ideológicos (5).

En efecto, ¿cómo explicar el hecho de que Eritrea, donde dos periodistas fueron asesinados, se encuentre detrás de Iraq (157), México (136), Somalia (159), Pakistán (152), Afganistán (142) y Sri Lanka (156)? ¿Quizá porque esta nación se encuentra en la lista negra de Washington y RSF recibe financiación de la oficina pantalla de la CIA que es la National Endowment for Democracy, NED? (7).

Del mismo modo, ¿cómo explicar la clasificación de Cuba en el número 165 cuando ningún periodista ha sido asesinado allí desde 1959? ¿Por qué esta nación está detrás de Iraq, México, Somalia, Pakistán, Afganistán, Sri Lanka, Brasil (84), China (163), Estados Unidos (48), Haití (75), Nepal (137), Paraguay (90), Perú (117), República Democrática del Congo (133), Turquía (101) y Zimbabwe (149), donde por lo menos un periodista perdió la vida? RSF habla de periodistas encarcelados en Cuba para justificar esta mala clasificación. Admitiendo que tenga razón la organización -lo que está lejos de ser el caso-, ¿acaso asesinar a periodistas sería menos grave que encarcelarlos? (8).

RSF tiene una obsesión tan grande con Cuba que no vacila en contradecirse de manera burda. Así, incluso China -donde un periodista perdió la vida según la organización- a la que considera “la mayor cárcel de periodistas del mundo” con 33 profesionales de la prensa detenidos, donde, también según RSF, 50 “ciberdisidentes” están encarcelados, dispone de mejor clasificación que Cuba. ¿Cómo puede ser creíble RSF? ¿Acaso este ensañamiento se explicaría por el hecho de que la asociacion recibe subvenciones de la organización cubana de extrema derecha Centro for a Free Cuba (ella misma ampliamente financiada por Washington), cuyo presidente, Frank Calzón, es un antiguo dirigente de la Fundación Nacional Cubano Americana, una organización terrorista? (9).

Por otra parte, ¿cómo se explica la clasificación de Venezuela (114) -donde ningún periodista fue asesinado- detrás de Brasil, Estados Unidos, Haití, Paraguay y Turquía donde sí hubo periodistas que perdieron la vida? ¿Cómo justificar este rango cuando en Venezuela existe una libertad de prensa que incluso la más grande democracia occidental no toleraría (algunos medios privados lanzaron varios llamados al magnicidio del presidente Chávez)? ¿Acaso se inscribe en la guerra de propaganda que lleva RSF contra el presidente Hugo Chávez, blanco prioritario de Estados Unidos en América Latina? (10).

¿Qué ha pasado en Bolivia para que esta nación pase del rango 16 en 2006 al 68 un año después? ¿Acaso fueron asesinados periodistas? ¿Acaso se cerraron medios privados? Nada de eso. Pero el presidente Evo Morales, que ha emprendido reformas económicas y sociales espectaculares, está ahora en el punto de mira de Washington. RSF, fiel a sus principios, sigue los pasos de su mecenas y vilipendia a todos los gobiernos progresistas y populares latinoamericanos (11).

¿Cómo se explica tambien la clasificación de Irán (166) donde ningún periodista fue asesinado, salvo por el hecho de que este país forma parte del eje del mal que designó el presidente Bush? ¿Por qué Estados Unidos (48 y 111) dispone de dos categorías (territorio nacional y fuera del territorio nacional)?, ¿por qué RSF hace esta distinción si no es con el objetivo evidentede exonerar a esta nación de las violaciones que comete en los territorios que ocupa? (12).

Como se puede constatar fácilmente, Reporteros Sin Fronteras no es una organización digna de crédito. Su agenda política oculta se ha vuelto demasiado evidente y su ensañamiento contra algunas naciones que se encuentran en la lista negra de Estados Unidos no es de ninguna manera fruto de la casualidad. Las generosas retribuciones que recibe de la NED explican su alineamiento con la Casa Blanca. Robert Menard no dirige una asociación de defensa de la libertad de prensa, sino una oficina de propaganda financiada por los conglomerados económicos y financieros al servicio de los poderosos del mundo.

(Ver notas)

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