lunes, octubre 29, 2007

Narcosis política

Julio Hernández López

Voces doctas en el tema

(más) Berrinches de Fox

Tretas en Censurópolis

Semanas atrás, el gobernador Humberto Moreira acusó a distinguidos panistas coahuilenses, entre ellos un senador y compadre presidencial, de estar relacionados con el negocio de las drogas; por esas fechas, el secretario Francisco Ramírez Acuña dijo que los partidos políticos, pero también los empresarios, están infiltrados por el narco; y ahora el ex presidente Vicente Fox ha acusado al coordinador de los senadores, y virtual jefe político del PRI, de tener un expediente oscuro en los archivos de la agencia gringa antinarcóticos.

Los resultados de tan escandalosas acusaciones han sido distintos: Moreira bien o mal (haiga sido como haiga sido) aplacó a los levantiscos blanquiazules dueños de súbitas fortunas política y económica (aunque se llevó las amenazas de algunos miembros del poder íntimo conjurado, como Germán y Juan Camilo, de que el asunto no le saldrá gratis al priísta); el titular de Gobernación vio nuevamente que sus palabras apenas tienen peso político como para ser movidas por el viento y Fox… bueno, Fox ha tratado de golpear al senador sonorense que ha sido eje de las negociaciones políticas trilaterales en el Congreso porque él, Manlio Fabio Beltrones, mencionó que en accidentes petroleros como los recientes de Campeche está la huella de la corrupción de los empresarios Bribiesca.

Es evidente que al padrastro de los antes mencionados negociantes Sahaguncitos no le mueve un auténtico espíritu justiciero, pues en ese caso habría promovido actos formales contra Beltrones cuando ocupaba Los Pinos, sino una rabia cada vez más incontenible contra el creciente flujo de acusaciones que se suceden contra Chente, su esposa y manejadora, la señora Marta, y familiares de ambas ramas (los hermanos e hijos del primero; los hijos y los hermanos de la segunda). Hasta ahora, los exabruptos del ex gobernador guanajuatense sólo estaban dejando en evidencia la incapacidad de Felipe Calderón para impedirlos o contravenirlos, pero ahora Fox está entrando ya en terrenos delicados de política internacional (apoyando a Hillary Clinton, quien podría pedir que no la defienda ese compadre que es un Rey Midas al revés) y nacional, al irse contra un priísta que busca convertirse en jefe, al estilo parlamentario, del gabinete presidencial y que tiene hilos reales del control de la política nacional. En ese contexto, más allá de los expedientes de Beltrones, Calderón está pecando de omisión al creer posible que el tema de Vicente corra como si sólo fuera un mal chiste o un problema personal de salud mental.

Astillas

En Cinépolis están haciendo tretas para que no tengan la adecuada exhibición los avances de la película dirigida por Luis Mandoki, Fraude, México 2006. Ciudadanos que han visitado salas cinematográficas de todo el país reportan que en muchos lugares no se han expuesto los avances del mencionado documental o que los están incluyendo sólo en la programación de las pocas películas mexicanas en cartelera (algunas particularmente malas) y en unas cuantas extranjeras, pero no en el grueso de éstas que son la mayoría del menú disponible (el criterio “nacionalista” es falso: por ejemplo, los avances de Voces inocentes, otra cinta dirigida por Mandoki, fueron mostrados en el paquete de “cortos” previo a cintas mexicanas y de otros países). Los “inspectores” cívicos han encontrado un amplio mosaico de explicaciones de los gerentes de salas de Cinépolis donde no se exhiben o se exhiben mal los adelantos de Fraude, México 2006: que no les han llegado las copias, que la política de la empresa es poner trailers mexicanos sólo con cintas mexicanas, que no hay por qué informar a nadie de las decisiones “internas” de Cinépolis, que no desean suscitar inconformidades políticas en ciudades conservadoras, e incluso, de plano, que “hay instrucciones de exhibir nada, o lo menos posible, de la película del fraude”. No puede hablarse en estricto sentido de censura, sino de una estrategia tramposa de desgaste y ocultamiento (los carteles también están colocados en desventaja o de plano no hay) que trata de generar la menor asistencia posible a la temporada de exhibición de la película que comenzará a exhibirse el próximo 15 de noviembre. Si triunfaran esos planes, Fraude, México 2006 sería retirada pronto de la pantalla. Por ello el documental se ha convertido en un material de activismo ciudadano. Defender hoy la exhibición plena y justa de los avances de la película es una forma de defender el derecho a la información sobre lo que sucedió electoralmente el año pasado. Recuérdese que Cinépolis (Censurópolis) no quería difundir la cinta porque su principal accionista, Alejandro Ramírez, dice ser muy amigo de Felipe Calderón y no desea molestarlo con películas que no le favorecen. También hay que tener presente que Televisa hizo cuanto pudo, presionando a Warner Bros de México para que el documental no tuviera exhibición masiva…

Queda claro que independientemente de la supervisión ciudadana para exigir a los cines que promuevan poster y trailer de la película, la promoción está a cargo de la resistencia, así que, a redoblar esfuerzos para difundir su exhibición y que no haya persona con la que se hable que no se le informe de la película, e invitar a todo el mundo posible a que la vea.

El pasado miércoles 24 hubo una fuga de gas en Manufacturera Avanzada de Colima (MACSA), empresa que elabora arneses automotrices. Cuando menos 110 trabajadores resultaron intoxicados y la manera en que se ha manejado el asunto ha generado una serie de rumores que van de la posibilidad de un atentado a la versión de que se habrían producido muertes no reconocidas. En la capital del estado, donde los gobernadores que son incómodos al cacique Fernando Moreno Peña pueden morir en avionazos, parece haber la consigna de echar tierra al asunto, sin investigar a fondo, castigar responsables y aclarar dudas y rumores…

Y, mientras Gerardo Fernández Noroña ha regalado a Nueva Izquierda una inmejorable oportunidad, plenamente aprovechada, de colocar el tema del reconocimiento a Felipe Calderón en segundo término, para centrarlo en el tema del tono de las acusaciones hechas a Ruth Zavaleta, ¡hasta mañana, con los argentinos virtualmente con presidenta electa!

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