EDITORIAL
Del verdadero peligro.
Habiendo pasado lo peor, según nuestras Autoridades (lo que ciertamente se pone en duda) ¿qué queda?.
¿La solidaridad del Pueblo? ¿La efectividad de los medios de comunicación y su espectacular voracidad para sacar ventaja de la tragedia? ¿La ineficiencia y corrupción de los Gobiernos? ¿La lectura de que quien manda en México es el Secretario de la Defensa; y que lo de la gorrita con cinco estrellas es nada más entretener (peligro en el que caen quienes gobiernan por la fuerza)?
¿La bajeza del Hombre, capaz de robar a los damnificados o de politizar vergonzosamente la tragedia? ¿La poca solidaridad de los ricos (Slim anda queriendo entrar al carísimo círculo de la Fórmula UNO y no ha dicho nada con relación a las llamadas desde y hacia Tabasco)?.
¿El protagonismo que lleva a los políticos a dar banderazos de salida a los vehículos de apoyo y a hacer todo tipo de declaraciones, ridículas en muchos casos y vergonzosas en otros?
¿La efectividad y experiencia de las Fuerzas Armadas ante los desastres; y que esos son los soldados de la Patria que queremos ver, no los que encapuchados persiguen narcotraficantes? ¿La impunidad ante la evidente corrupción, que lamentablemente está presente casi en todo?.
Acostumbrados (mal acostumbrados mejor dicho) a darle las gracias a las divinidades por todo lo que sucede y a pedirles favores en las necesidades y desgracias; favores que nunca hacen (no hemos pasado de la idolatría) aunque lo que suceda sea una verdadera tragedia; y a escuchar a través de los medios de comunicación lo peligrosa que es La Naturaleza...
Sin entender que en esta vida todo se regresa; y que la Madre Tierra lo único que hace es regresarnos lo que le hacemos. Y sin por supuesto comprender que El Planeta es un ser vivo, infinitamente más poderoso y perfecto que todos los seres vivos que a expensas de Él deambulamos; desafortunadamente muy lejos del concepto griego de la divinidad que así la consideraba.
Pasamos por alto que las cosas no suceden fortuita o casualmente; y aunque en veces impactados las contemplamos al estar frente a nosotros, no aprendemos de ellas.
Reconstruir Tabasco de la misma manera, con sistemas hidráulicos o sin sistemas hidráulicos, será la verdadera tragedia.
Y dentro de poco o mucho tiempo (y más a como van las cosas) volveremos a saber de nuevas inundaciones y nuevas desgracias. Que no más inundaciones y más desgracias, sino nuevas inundaciones y nuevas desgracias, porque mientras no se aprenda, todo seguirá siendo nuevo.
Y volveremos a buscar (y quizás encontrar) culpables y excusas, pero no habremos avanzado y nos volveremos a encontrar nuevamente con lo mismo. Ese es el verdadero peligro.
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