"La pietá ", hoy

"LA PIETÁ" HOY

"La Pietá" es una de las obras más admirables e importantes del Arte en general y de Miguel Ángel en particular… Es una escultura de impactante belleza y de sensibilidad exquisita… Es de esas Obras Universales que deben contemplarse más que verse… Hay que intentar mirar "La Pietá" con "Visión Tridimensional", con visión entera y plena… Hay que dejar que la luz y el dolor y la vida y la esperanza en ella reflejadas nos inunden y nos despierten las fibras emocionales y espirituales más profundas… y nos enseñen algo… y nos transformen radicalmente…

En el Video que he preparado para ustedes he aprovechado, en primer lugar, las extraordinarias fotografías que hizo Robert Hupka de esta Obra de Arte… Este hombre obtuvo permiso para fotografiar durante toda una noche La Piedad. Hizo cientos de fotografías desde todos los ángulos, subido en andamios, de todas las formas posibles… Tuvo un privilegio increíble. Algo que, según manifestó, había cambiado sustancialmente su vida, y que trató de reflejar en sus fotografías. Cuando a Robert Hupka se le preguntó acerca de la contemplación de La Piedad, respondió: "Por primera vez en mi vida me encontré ante la verdadera grandeza"…

Sin embargo, si se quiere contemplar con "Visión Tridimensional" esta Obra maestra de Miguel Ángel, esas hermosas imágenes, por sí mismas, son insuficientes… Hay algo que incluso un gran artista no puede hacer por nosotros y que nos toca… Hay que intentar mirar y desentrañar por nuestra cuenta los profundos simbolismos del Arte Trascendente, e intentar percibir y escuchar el mensaje intemporal que contiene y que conmociona interiormente y que suscita la urgencia comprometida de reflejar esa grandeza en la propia grandeza… Para contemplar realmente "La Pietá" de Miguel ángel hay que atravesar el mármol y la suavidad de las líneas y los exquisitos contornos… Hay que palpar la carne y la sangre… Hay que vivenciar la agonía y la impotencia y la muerte del hijo… Hay que experienciar la piedad, y el desgarramiento, y la fe, y la esperanza, y el amor de la madre… Hay que convertirnos en la madre… y luego en el hijo… y después nuevamente en la madre… y otra vez en el hijo… Hay que cerrar los ojos y morirse, con el hijo… y hay que abrir muy bien los ojos y seguir de pie y avanzando, con la madre…

Por eso he puesto, en el Video, como un doloroso contraste, fotografías y escenas dramáticamente reales de los hijos en el hijo y de las madres y padres en la madre… Martillos y cinceles de alta tecnología horadando la carne y estallando en rojo ignominia… Esculturas de infamia y de vergüenza… Desarte homicida… Artecidio…

Y por eso he puesto, como fondo, el sublime segundo movimiento de la Séptima Sinfonía de Beethoven, que expresa, como ninguna otra música, el dolor insufrible y la honda esperanza...

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Álvaro, Artesano en Resistencia