Calentamiento global afectará agricultura y aumentará desigualdad en América Latina
En el futuro cercano, desaparecerán de la Tierra enormes extensiones de glaciares, al tiempo que se reducirán los ecosistemas polares y de montaña, debido a las altas temperaturas terrestres.
Ésta y otras consecuencias del cambio climático serán abordadas durante la Conferencia de la ONU sobre el tema, que se inauguró este lunes la isla indonesia de Bali con el reto de fijar las bases de la negociación que, en 2009, aprobará un texto que sustituya al Protocolo de Kioto después de 2012.
El calentamiento global será la causa de graves modificaciones en el clima que redundarán en escasez de agua e inundaciones y pérdidas de producción agrícola, lo cual aumentará las desigualdades y revertirá los avances en desarrollo humano, en especial en África y Latinoamérica, según concluyó el último Informe sobre Desarrollo Humano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Ésta y otras consecuencias de este problema global serán abordadas durante la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, que se inauguró este lunes la isla indonesia de Bali con el reto de fijar las bases de la negociación que, en 2009, aprobará un texto que sustituya al Protocolo de Kioto después de 2012.
La cita en la que participan casi 200 Gobiernos, determinará la postura de la humanidad ante el calentamiento global y en la que hay una serie de claves para comprender los retos que plantea tiene en materia de cambio climático.
En el caso de América Latina, algunos países han implementado iniciativas pioneras para combatir este problema, mientras que diversos centros de estudio e investigación promueven la búsqueda de alternativas a lo que, según expertos, será un escenario dramático en pocos años, con la drástica disminución de las cosechas, que repercutirá directamente en la población de menos recursos.
Incluso Europa y América del Norte serán notarán los efectos adversos del calentamiento global. Las ciudades costeras de Canadá y EEUU, y en especial la Península Ibérica, son algunas de las áreas más vulnerables y que presentan mayor riesgo para la población.
El secretario ejecutivo de la Convención sobre el Cambio Climático de la ONU, Yvo de Boer, instó a la comunidad internacional a usar la cumbre para dar "pasos concretos" a fin de frenar el cambio climático.
"Necesitamos, en forma urgente, tomar acción, considerando las predicciones sobre cambio climático y las necesidades de adaptación global", dijo Boer en la cumbre.
Peligro creciente
El clima es el conjunto de fenómenos meteorológicos que tipifican en un área específica el estado medio de la atmósfera y su evolución durante un largo periodo de tiempo. El cambio climático es la variación global del clima de la Tierra.
Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones y nubosidad. Son debidos a causas naturales y, en los últimos siglos, también a la acción de la humanidad.
Las predicciones apuntan a que la emisión a la atmósfera de los gases causantes del llamado "efecto invernadero" provocarán un aumento de la temperatura media del planeta entre 1,4 y 5,8 grados hacia el año 2100, lo que tendrá consecuencias dramáticas para la vida.
Una de ellas, es el efecto sobre el acceso al agua potable. En la actualidad, más de mil millones de personas arecen de este bien escaso, principalmente, en zonas de África, Asia Central y Oriente Medio, y se espera que se duplique para el año 2025 debido al aumento de las sequías, según la ONU.
Los expertos apuntan a que también se verá afectado el nivel global de producción agraria que, aunque se mantendrá dentro de las expectativas en los próximos cien años, a nivel regional, el impacto del aumento de las temperaturas en este sector será más fuerte.
Los continentes más afectados serán África y América Latina, que verán cómo la drástica disminución de las cosechas impedirá a los agricultores producir o comprar alimentos suficientes para su manutención.
Dramáticos efectos para salud y ecosistemas
De acuerdo con los estudios de Naciones Unidas, los ecosistemas ya están empezando a sufrir los impactos del cambio climático.
En el futuro cercano, se verán alterados su estructura y funcionamiento a través de la deforestación, alteración de las rutas migratorias o cambios en los patrones reproductivos. Asimismo, los glaciares, ecosistemas polares y alpinos corren peligro de desaparición.
Las altas temperaturas y el incremento del nivel del mar son otro de los efectos. Los pronósticos apuntan a que dentro de 100 años, en el 2100, se habrá producido un incremento del nivel del mar de entre 18 y 59 centímetros, cinco veces más rápido que en los últimos cien años, y que afectará sobre todo a las islas, costas y asentamientos humanos.
Además, se reducirá la calidad y cantidad de fuentes de agua potable, al aumentar las aguas salinas del mar.
El cambio climático puede derivar también en un aumento del riesgo de contraer enfermedades como la malaria, el dengue, fiebre amarilla o encefalitis, así como de incrementar el riesgo de contraer salmonelosis, cólera u otras enfermedades de transmisión por el alimento o el agua.
Asimismo, las olas de calor provocarán la muerte de miles de personas al año y el descenso de la productividad agraria agravará la desnutrición, que en la actualidad afecta ya a 800 millones de personas.
Países industrializados principales responsables
La capacidad para afrontar los cambios climáticos está relacionada con el nivel de desarrollo. Por ello, las naciones en desarrollo son más vulnerables a los cambios del clima a las que afectará de forma desproporcionada y en donde se intensificarán los ciclones tropicales, lluvias torrenciales, etc.
No obstante, son los países industrializados los principales responsables de las emisiones contaminantes, en especial Estados Unidos, que produce 25 por ciento de estos gases.
Las emisiones de dióxido de carbono de los países del llamado Primer Mundo aumentaron en 2007, según estimaciones de la ONU.
Según De Boer, esta tendencia se debe "al mismo tiempo a los países muy industrializados y a los países del antiguo bloque del Este, que han reanudado su crecimiento económico". El sector del transporte es donde las emisiones han "aumentado con un ritmo más rápido".
Los firmantes del Protocolo de Kioto se comprometieron a reducir en 5 por ciento sus emisiones para el período 2008-2012 con respecto a 1990, pero solamente 36 países industrializados han respetado los objetivos "diferenciados" de reducción.
Estados Unidos y Australia, que no ratificaron el Protocolo de Kioto y no están sometidos a ninguna obligación, aumentaron su emisión de gases de efecto invernadero en un 16,3 y un 25 por ciento entre 1990 y 2007.
rf-Onu-Bbc-Wp-Afp/MC
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