Ejerciendo mi derecho a la libre expresión y aprovechando este espacio que me he creado a mi misma para decir cuanta pendejada se me ocurra, que es una de las prerrogativas humanas que evitan volvernos más locos de lo que ya de por sí estamos al enfrentar una existencia, que nunca llegamos a entender realmente a través de la racionalidad y por lo tanto apelamos a nuestra fantasía para darle una cierta congruencia la cual difícilmente logramos, me permito hacer estas reflexiones.
Así como considero una aberración el que varios respetables filósofos digan que los seres humanos somos o hemos nacido iguales, que es más un ideal que una realidad, y lo cual se mantiene como máxima a pesar de que ante la evidencia de que esto no es así (ni en lo genético, ni en los social, ni en lo político, ni en nada), ya muchos no creemos en ella y lo consideramos más como una aspiración humanista que le enmienda la página a la naturaleza que se muestra tan injusta ante nuestra perspectiva de la justicia (invención humana), ahora cuestiono lo que muchos grandes luchadores sociales esgrimen en sus luchas, AMLO entre ellos: que el pueblo es sabio.
Nada de "sabios" han tenido los pueblos cuando después de milenios, la enorme mayoría de ellos, todavía viven en condiciones de tanto sufrimiento. Han sido despojados, explotados, torturados, masacrados por centurias y todavía no saben cómo hacerle para que esto no suceda. Tampoco los gobiernos colonialistas, explotadores e imperiales saben un carajo puesto que lo que defienden son intereses económicos que más allá de satisfacer necesidades básicas humanas en nada contribuyen a su bienestar humano ni a su felicidad. Ni siquiera el poder que logran algunos gobernantes logra satisfacer lo que en el fondo viene como un dolor de origen, la impotencia que siente el ser humano ante una existencia que previo a una serie de sufrimientos se encamina a la muerte, al no ser ya. (To be or not to be, that is the question).
Comencemos por analizarlo a nivel individual. Una vez que se ha llegado casi al final de la existencia y que algo, aunque sea poco, se sabe, es cuando se da uno cuenta que la mayoría de las elecciones que hizo durante su vida estuvieron equivocadas, ya sea respecto a la carrera, al trabajo, a la pareja, a los hijos que tuvo, a lo que se hizo y a lo que no se hizo. Y no lo digo en demérito del ser humano, cómo chingados lo iba uno a saber si como dice Milán Kundera, la vida es ensayo, primera y última función al mismo tiempo. Cada instante se vive una vez y no hubo aprendizaje previo. Si a esto le agregamos que nuestras opciones están limitadísimas por la realidad, porque no tenemos a disposición una variedad de donde escoger sino que nos atenemos a los determinismos en los que vivimos ya sean genéticos, económicos, sociales o ambientales que dejan poco margen para el libre albedrío pues entonces la situación se complica.
Así como Slim (por poner un ejemplo de naturaleza económica) cometió la pendejada de confiar su felicidad en el poder económico al que ahora vive atado y que no le permite disfrutar de muchísimas cosas de las cuales los ciudadanos comunes disfrutamos, o así como Hitler (ejemplo de poder político) terminó medio loco y suicidándose, así la mayoría de la gente común y corriente cuando hace un recuento de su vida generalmente termina en números rojos. Quienes dicen estar satisfechos es más bien como una especie de resignación y un deseo de estar en paz.
Es hasta sorprendente que el ser humano ante dos perspectivas escoja por lo general la que menos le favorece, justamente porque no sabe nada y porque lo que "sabe" es algo irreal que le han dicho otros que tampoco saben nada. Creo y más adelante explicaré porque lo creo (previniendo que tampoco sé nada), es el caso de la negativa de los venezolanos a la Reforma Constitucional, y también la renuencia de muchos mexicanos a aceptar que la opción de AMLO favorecía a la población y que la de Fecal vendría a convertirse en el horror que estamos padeciendo aunque muchos lo nieguen porque no tienen el valor civil de aceptarlo.
Debo confesar que dentro de las fantasías que uno se crea porque es difícil vivir sin esperanza estaba que el pueblo venezolano estaba a la vanguardia de los pueblos, lo idealicé sí, quise pensar que ellos si podrían establecer mayor justicia social pues los veía más cerca de ésta que nosotros. Pues no, quizás la situación de sufrimiento que ha vivido ese pueblo, como el nuestro, por la explotación, el sometimiento y la humillación y el que tuvieran la suerte de contar con un líder como Hugo Chávez ya en el poder, dió pie a que supusiera que su emancipación del imperialismo y sus experiencias los colocaban en una situación de mucha ventaja con respecto al pueblo mexicano. Pues no. También está dentro de mis fantasías que los mexicanos sabrán "más temprano que tarde" reconocer que lo que nos conviene a todos es terminar con la usurpación y construir una nueva República con justicia social y democracia, já, sueños guajiros, esto va para largo, tan largo y quizás tan irreal que de lo único que tengo la seguridad es que no lo verán mis ojos ya cansados de ver tanta estupidez.
Cuando sólo existen dos rumbos opuestos para donde irse, porque un tercero sólo está en la imaginación, de momento no existe ese otro camino, el votar por un rumbo es caminar en sentido contrario al otro. Bueno, pues conociendo a fondo cuales son las dos fuerzas que se enfrentan: en Venezuela, ganó Bush vs. Chávez, sí, ganó el que invade países y asesina a sus poblaciones versus el que fleta aviones para que la gente recupere la vista por mencionar algo, y en México, ganó Salinas de Gortari vs. López Obrador (aunque fuera fraudulentamente, en la práctica así fue), sí, ganó el que usurpó el poder, asesinó a varios y empobreció al pueblo versus el que construyó universidades, hospitales, le dio una pensión a los ancianos, a las madres solteras y a los discapacitados y fue nombrado el segundo mejor alcalde del mundo, por mencionar algo. El que el pueblo mexicano, a pesar de haber votado por López Obrador haya aceptado la usurpación significa que la eligió como opción, es decir, que no todos optaron por defender su voto. Concretamente, de ese tamaño fueron prácticamente las elecciones de estos pueblos. ¡Felicidades!
Dicen y lo considero cierto que sólo el pueblo puede salvar al pueblo, pues en valientes manos estamos cuando no nos hemos podido salvar a sí mismos desde hace milenios. Obviamente no estoy hablando de los verdaderos luchadores, para ellos mi profundo amor, admiración y respeto, pero siguen siendo pocos. La mayoría que no lo son realmente tampoco tienen la culpa. Así nacieron, así se formaron y así son.
Lo que sí sé y lo saben todos quienes lo han experimentado es que vivir dentro del amor y no del odio, dentro de la libertad y no de la opresión, dentro de la verdad y no de la mentira, y dentro de la igualdad y no de la desigualdad es lo más satisfactorio para los seres humanos y lo que brinda mayor bienestar a cualquiera, esté del lado que esté; y que las elecciones que hacemos deberían de ir en esa línea. También sé que los luchadores sociales que dieron hasta sus vidas por estos valores fueron más felices que quienes utilizaron su poder para asesinar y cometer crímenes de lesa humanidad. Y lo sé no por mera cuestión idealista sino por una razón científica, lo erótico (la vida) es más gozoso que lo mortífero (Tanatos), por ello están en el inconsciente colectivo como valores universales. Para ponerlo con peras y manzanas es mejor comer que no comer, la salud que la enfermedad, la relación sexual que un dolor de estómago.
En fin, habrá que mantenerse en esa línea por una simple razón personal sin hacernos muchas ilusiones de que la situación del mundo va a cambiar porque la verdad demostrada por siglos es que el ser humano no sabe cómo hacerlo. Los grandes hombres y mujeres que por su amor al género humano hubieran podido rescatar a los pueblos son demasiado pocos y si bien en algún momento han tenido miles de seguidores, éstos no han sabido sostener la lucha para lograrlo, ellos mismos se han saboteado y la mayoría de los héroes han terminado sus vidas asesinados u olvidados.
Insisto, tanto los pueblos como sus gobernantes no son sabios, son bastante ignorantes y muy estúpidos, no saben nada, los seres humanos tienen siglos viviendo en la ignominia, en la pobreza, en la opresión, en la desigualdad, están acabando con el planeta y no han sabido, ni con sus valores universales, cómo remontar su situación ni como llevar estos principios morales a la práctica. Quizás por ello de alguna manera han optado por destruirse. ¿Será esa la sabiduría?
Pero, pues yo como ser humano que soy, no sé nada. Viviré lo que me queda dentro del amor que sí tengo a mi alrededor y les deseo suerte. Seguiremos luchando sólo por la satisfacción de hacerlo ya que en sí es un ejercicio amoroso, pero de eso a que se logre algo, lo veo muy difícil. Es mejor hacerlo desde la misericordia que desde la esperanza. A mi me queda ya muy poca. Y como lo dijo ayer Hugo Chávez y AMLO cuando el TRIFE le dio el triunfo a Fecal, "no estén tristes", estoy de acuerdo pero no por las mismas razones, no, no hay que estar tristes, más vale conocer nuestra realidad que vivir en el engaño. Feliz navidad.
Ah, quien quiera saber alguna verdad vea "La verdad sea dicha" hoy lunes en la noche, una de la mañana del martes por el canal 13, y quien quiera seguir luchando sólo por ejercer su espíritu amoroso pues depositen su donativo al Gobierno Legítimo a la cuenta 05 44 55 50 80 de Banorte a nombre de Honestidad Valiente, A.C.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario