En este México dividido, en este México polarizado y enfrentado, ¿de qué lado está la Iglesia católica?... Se dice fácil, y con mucha superficialidad, que la Iglesia católica está "a la derecha", que está del lado de los ricos y poderosos... Pero, ¿es así realmente? Les invito a que lo revisemos en el sentido profundo de los conceptos y de los hechos...
Esta opinión de que "la Iglesia" es cómplice del fraude y de la antidemocracia indudablemente tiene que ver con la palabra y la actuación de algunos obispos mexicanos (Norberto Rivera, Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, entre otros) a quienes mañosamente "la derecha" busca darles espacio y voz en "sus medios"... Pero ellos, que quede muy claro, no son la Iglesia . Sólo son una muy pequeña parte de ella, aunque su voz tramposamente se amplifique y se acallen otras voces (las de Raúl Vera y otros obispos, como Samuel Ruiz que incluso estuvo en el plantón del zócalo). Aquellos y otros obispos y sacerdotes que piensan y actúan como ellos, su voz, sus actitudes y sus hechos, no representan el verdadero pensar y el verdadero sentir y mucho menos el verdadero ser de la Iglesia católica mexicana... No es honesto intelectualmente que, por algunos –o muchos que fueran- obispos y sacerdotes que no cumplen con la Misión encomendada a la Iglesia por Jesucristo, juzguemos y acusemos a todos los obispos y sacerdotes y especialmente a todos los católicos en general de cómplices del sistema injusto y corrupto que está hundiendo a México...
La opinión de que la Iglesia católica es facciosa y fascistoide en favor de la derecha tiene que ver también con los dichos y los hechos de algunos políticos y algunos ricos y poderosos que se dicen "muy católicos" y que con la mano derecha se persignan, pero con la izquierda sobornan, roban, golpean y hacen fraudes. Algunos incluso encarcelan injusta e ilegalmente, y también torturan y asesinan... Pero ellos, que quede todavía más claro, no son tampoco la Iglesia. Y, por sus obras y sus frutos, ni siquiera deberían ser considerados parte de ella ("No es el que me dice: ¡Señor!, ¡Señor!, el que pertenece a mi Reino, sino el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo ", Mt 7,21)... ¡Por favor!, por estos "falsos católicos", hipócritas y fariseos que fingen rectitud y religiosidad, no juzguemos y acusemos a todos los católicos de frenar el necesario cambio que requiere México...
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Álvaro, Diácono en Resistencia
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