El caldo de la manipulación en Venezuela
Israel Colina
Nadie confíe en los medios de “comunicación” de masas por el bien de la Revolución Bolivariana. La historia contemporánea confirma su gran incidencia en los procesos de deformación de las sociedades a través de la alienación y los modelos culturales que promueven y venden. La experiencia del 11 de Abril de 2002 puso en evidencia las prácticas de propaganda, publicidad y mensajes subliminales que acabaron por arrear a un cúmulo de venezolanos opositores hacia las inmediaciones del Palacio de Miraflores, lo que funcionó como una emboscada para que francotiradores asesinaran desde las azoteas de edificios aledaños al Puente Llaguno a tirios y troyanos con total discriminación; es decir, todo bien calculado. Esta práctica seguirá vigente hasta lograr el objetivo planteado desde la CIA y sus acólitos y subvencionados nacionales: sacar a Chávez de Miraflores antes del fin del mandato de George Bush (Diciembre 2008).
Tras la derrota del 2D sufrida por el sector progresista de la nación, los medios abonan el terreno para crear un escenario de ingobernabilidad con la excusa de violación de derechos humanos hacia el día 23 de enero del año próximo, fecha para la cual la oposición planea un evento masivo en conmemoración de la “democracia”; en este caso, puntofijista. La sucia estrategia consiste en el uso indetenible de los mass media –especialmente la televisión- para profundizar lo que desde antes del referendo no fueron más que mensajes de confusión y miedo basados en mentiras y manipulaciones de contenidos. Para percatarse de la situación, usted sólo debe apreciar los noticieros y avances de las televisoras y radioemisoras privadas con ojos y oídos críticos. Esperamos que tanto el Minci, así como CONATEL y los organismos de inteligencia del Estado, estén actuando con frialdad y aplomo en consecuencia para tomar decisiones anteladas.
La música del noticiero Televen no tiene nada que envidiar a la de Globovisión y esto es lo de menos. El sumario –donde hacen recuento de las noticias mediante titulares e ideas principales- esboza un entramado de hechos noticiosos cargados de violencia, a veces no visual pero sí intelectual. El asunto de los cuatro detenidos en Miami el miércoles 12-12-2007 por el Caso del Maletín de Antonini Wilson (4 de agosto de 2007, once días antes de la Propuesta de Reforma de Chávez ante la AN y el Pueblo venezolano y casi tres meses antes de las elecciones presidenciales del 28 de octubre en Argentina) es un claro indicio de las intenciones de desestabilización del imperio norteamericano hacia la región teniendo como focos de la controversia a Venezuela y Argentina por proponer modelos políticos económicos alternativos al capitalismo, bajo el sistema democrático y cuyas naciones han sido las principales promotoras de la creación del Banco del Sur, determinando así la muerte paulatina del FMI para Latinoamérica y del TLC propuesto infructuosamente por Washington, pese a los gobiernos alineados de Colombia y Perú quienes siguen bajo su égida y propósitos.
El pronunciamiento del Vaticano en defensa del Cardenal Jorge Urosa Sabino y toda la ultraderecha fascista y neonazi de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) así como por los “presos políticos” y “estudiantes” de universidades privadas –que dan entrevistas en Playboy y se autocalifican como líderes-, plantea que los medios disparan desde todas direcciones hacia Venezuela, especialmente desde Europa (BBC, TVE, DW, RAI) y Norteamérica (FOX, CBS, NBC, CNN; entre otros), hecho ante el cual debemos estar atentos, vigilantes y en posición de defensa. Asimismo, el allanamiento a una casa de los personeros del “Comando de la Resistencia” en Caracas, atiza el fuego de una escalada mediática que no debe ser vista con inocencia bajo ninguna perspectiva. Los opositores de este país, han dado muestras de no improvisar aunque así lo parezca. La ignorancia no es su signo. La maldad y el antipatriotismo sí. Defienden una ideología de derecha y por consiguiente, al capitalismo. Las acciones y reacciones de los opositores venezolanos no son hechos espontáneos. Nunca lo son.
Recordemos que antes de las elecciones, en la XII Cumbre Iberoamericana 2007 celebrada en Chile, el rey senil de España sugirió en tono grosero y arrogante el silencio de Chávez, cuando éste hablaba con Zapatero; es decir, de presidente a primer ministro, en torno al tema del colonialismo histórico y el saqueo en el que este hecho sumió en la pobreza a las naciones latinoamericanas. No olvidemos consecuentemente, el fin de las negociaciones para el canje humanitario emprendido por la senadora colombiana Piedad Córdoba y el primer mandatario venezolano con las FARC, tras el silencio cómplice proimperialista y aberrado de Uribe por órdenes y presiones – a todas luces- de la Casa Blanca y la oligarquía del país del bambuco y el vallenato, cuya música por cierto, no les gusta.
Tales hechos fueron hartamente mediatizados. Los mismos, surtieron el efecto deseado en el preámbulo de la convocatoria a referendo para la aprobación de la Propuesta de Reforma Constitucional. Igual método usó CNN el miércoles 28-11-2007 luego de dividir pantalla con imágenes de Chávez y Uribe por separado. En la leyenda de la imagen de Chávez; es decir, el “insert” por generador de caracteres (letras) preguntaba: ¿Quién lo mató? Mientras el presentador Daniel Viotto, tras 9 segundos al aire de la misma, leía un texto que “según”, correspondía a otra noticia y tuvo que solicitar el retiro de las imágenes que a todas luces incitaban al magnicidio, aunque la pregunta daba el hecho por consumado. La interrogante empleaba el verbo en tiempo pasado. En televisión, montar y editar imágenes, así como cargarle los “cintillos” o tiras identificativas, obliga la inversión de un tiempo mínimo y no de 9 segundos precisamente. En televisión y muy específicamente en los noticieros, no se improvisa.
Así que ante toda esa jauría mediática: ¿Qué hacen los canales y radioemisoras del Estado para contrarrestar el impacto de los mensajes de disociación psicótica en las mentes de muchos venezolanos? Hay que acelerar la marcha; reflexionar acerca del ritmo de los contenidos, detrás de los cuales hay grandes propósitos, pero con la lentitud de quien no sólo no quiere caminar, sino del que no puede siquiera levantarse. Los medios del Estado deben ser orgánicos; es decir, deben funcionar y aportar lo que les corresponde y más. Deben ir al ritmo de la Revolución Bolivariana. No pueden seguir actuando reactivamente, ni tampoco los organismos del Estado pueden seguir publicitando a mansalva en medios filosóficamente opositores porque eso es oxígeno económico para el enemigo. Una de las premisas es antelarse a los planes de los medios privados, por demás macabros y apocalípticos, al tiempo que ir creando ese nuevo perceptor: conciente, crítico, contralor y propositivo. Pero eso no puede esperar, no es un propósito largoplacista ni cortoplacista únicamente. Es ahora que aún es tiempo.
Debemos no obstante, para no caer en las generalizaciones, honrar la labor de programas específicos de VTV como La Hojilla, Dando y Dando, En Confianza y Contra Golpe, así como los aciertos del circuito RNV, muy espacialmente en el Canal Informativo. Lo mismo para Aporrea, Rebelión y otras trincheras que sirven para informarse, investigar, debatir y amainar las embestidas que padecemos ante la inoperancia de muchos de nuestros medios que diluyen el tiempo y horarios importantísimos, en programaciones destempladas, no acordes con el pulso de la historia coyuntural y estructural. Estamos frente a una escalada mediática. Es inminente. Es una guerra. ¿Y si “Radio Bemba” no está informada qué va a decir para la organización popular contingente y la defensa de la revolución cuando la derecha vuelva a mostrar sus fauces asesinas?
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