( Luis Agüero Wagner*)
Una verdadera conmoción mediática se suscitó en la región a raíz del caso judicial del maletín chavista al que un fiscal adjunto del distrito de Miami, Tom Mulvihill, caratuló sin rodeos “la campaña presidencial de Cristina Kirchner”. Fue inevitable que muchos vieran el burdo caso como un como elemento de presión contra la nueva presidenta argentina por parte de la oposición interna y externa a ésta, precisamente por parte de un gobierno hoy enfrentado con sus propios espías como el de George W. Bush, y a pocos días de firmarse el tratado contra la usura internacional que ha dado en llamarse Banco del Sur.
Un caso similar afectó en septiembre a la pre-candidata demócrata Hillary Clinton por el maletín con casi la misma suma (850.000 dólares) donado para su campaña por parte del múltiple estafador Norman Hsu, quedando en evidencia que no sólo hay malestar en la CIA contra W. por las presiones para inventar informes sobre armas de destrucción masiva persas para masacrar Irán, sino que también nuestros hombres en Langley han declarado a la propia imaginación en huelga.
Al margen de esto, cada vez se sabe mejor que la verdadera operación basura es la que han emprendido desde las oficinas de Virginia en busca de incrustar en la política paraguaya a los guevaristas financiados por la CIA que militan en nuestra original izquierda luguista. Curiosamente, en medio de tanta psicosis antichavista los propietarios de medios habituados a llenarse los bolsillos con donaciones de la National Endowment for Democracy y con publicidad pagada por USAID, han obviado los maletines de George W. Bush que han venido ingresando en forma encubierta en Paraguay, yendo a parar a los bolsillos menos pensados. Veamos algunos casos.
Por ejemplo, los 45,226.96 dólares que en nombre del Plan Umbral recibió recientemente la guevarista Casa de la Juventud (ONG que recauda para el PMas) de mano de organismos imperialistas bajo control de George W. Bush, supuestamente para enseñar a estudiantes secundarios algo fundamental: “identificar la corrupción” en Paraguay. Se suma el dinero a los 127.000 con que anteriormente les benefició la IAF. De acuerdo a los datos estadounidenses, con ese dinero en diez meses la clientela guevarista de Camilo Soares y Rocío Casco “capacitó” a 50 docentes, “sensibilizó” a 1000 estudiantes y clink caja (aparece como responsable en los documentos Sunia Valinotti). Un ejemplo más de que en nuestro país no se hacen solicitudes de crédito para las obras, sino que se inventan obras para solicitar el crédito.
Se añaden en el mismo contexto las fuertes sumas que recibe Gestión Local, ONG cuyos responsables son a la vez financistas de Tekojoja, o los 132.700 dólares que en el 2006 recibió la Fundación Arlequín Tetro (refugio de organizadores de manifestaciones contra la actual administración municipal) para objetivos tan relacionados con el arte escénico como “ayudar a adolescentes de centros educativos a identificar, estudiar, discutir y atender las prioridades de la comunidad”.
Debemos agregar los 116.300 dólares de George W. Bush recibidos en el 2006 por el CIDSEP, los 95.000 dólares recibidos por la Fundación paraguaya para la Cooperación y Desarrollo del ex intendente Martín Burt, los 94.000 depositados a nombre de la ADEC, los 27.500 donados a la CPES de Domingo Rivarola, los 164.404 aportados a la CED, o las importantes donaciones que reciben el CIRD de Agustín Carrizosa para “apoyar a las organizaciones de la sociedad civil”, la IDEA de Patricia Abed, o los sensibles ecologistas de Alter Vida como Jorge Lara Castro.
Cualquier opinión o incursión política de estos engendros del imperio, obviamente, es saludada como políticamente correcta desde las cumbres estratosféricas de la Cámara de Anunciantes del Paraguay y Cerneco, cuyos “foros por la libertad de expresión” -como el organizado en noviembre de 2004- fueron siempre solícitamente auspiciados por USAID. Para hacerse una idea de la línea bajada por CERNECO, basta mencionar que su comisión “pro-código de ética” la integraron empleados del ex propagandista de Stroessner y alabardero de Videla, Aldo Zucolillo (Rufo Medina e Ilde Silvero), y el yerno de un general clave del Operativo Cóndor, Carlos Jorge Biederman. No es difícil deducir el origen de la abultada cuenta de los familiares del último de los mencionados en el Wachovia Bank(Securities), del que retiraron la ínfima fracción de 172.000 dólares el 25 de junio de 2005 (cheque nº 1323).
Toda esta basura del imperio en Paraguay, como sabemos, cuenta con gran “prestigio” y respaldo de esta prensa pro-imperialista, cuyos desechos y lacras viene arrastrando la sociedad paraguaya desde que el departamento de estado comisionó al Tte. Coronel Robert K. Thierry para adiestrar a los torturadores de Edgar L. Ynsfrán hacia 1956. Un pequeño error que “enmendaron” hacia 1987 contratando, por intermedio del agente de la CIA Leonard Susman, a comunicadores fuertemente identificados con Stroessner para que “luchen” contra la dictadura que les bancó sus medios de comunicación.
* Escritor e investigador paraguayo, autor de “Fuego y Cenizas de la Memoria” y “La increíble historia de Jorge W. Arbusto”.
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