Pedro Echeverría V.
1. Casi 20 mil 740 millones de pesos costó a contribuyentes el funcionamiento ordinario cotidiano de partidos políticos durante los últimos 11 años, pues el flujo de dinero público, de acuerdo con registros del IFE, creció en pesos reales, a pesar de que la población cargó con sacrificios económicos. Mientras millones de personas, por un lado, tuvieron que enfrentar problemas de empleo, poder de compra e insatisfacción de necesidades en educación, salud y alimentación, así como la carencia de apoyos para proyectos productivos, por otro lado, los partidos iniciaron un viaje en la bonanza: camionetas, boletos de avión, aerotaxis, celulares, oficinas confortables para jefes con grandes salarios y prestaciones, incluso parecidos al del Presidente de la República (que obtiene casi 300 mil pesos al mes) Esta bonanza sepultó el pasado de restricciones que en otras décadas padeció la oposición. (Ver El Universal)
2. Por eso se ha dicho con mucha razón: si quieres tener altos salarios para siempre, funda un partido o ingresa como dirigente en alguno registrado. La política que es el arte de hacer posible lo imposible, de poder hacer real la utopía, desde hace muchas décadas se ha convertido (al parecer) en un magnifico negocio para los más altos dirigentes de todos los partidos cuyos directivos se han dedicado a brincar de un cargo a otro. Lo que durante 50 años se criticó al PRI, de establecer una dictadura de algunos personajes en el poder, ahora lo realiza exactamente igual el PAN, el PRD y otros partidos. Hay más de 100 personajes en la llamada oposición que pueden sumar 25 años brincando de un cargo a otro: de diputado local a diputado federal y de aquí a senador para luego pasar a una presidencia municipal, a una gubernatura o a directivo del partido. 25 años ocupando cargos, impidiendo que los más jóvenes y críticos asciendan.
3. Pueden haber Frentes que aglutinan partidos, Movimientos que luego se convierten en partidos o partidos evidentes con otro nombre. La realidad es que los partidos, con sus nombres formales, llevan más de 150 años de existencia en el mundo, aunque antes hayan tenido otra designación, como las logias masónicas en México a principios del siglo XIX o los seguidores de caudillos políticos o militares. Los partidos son parte de un todo, nacieron para conquistar el poder o por lo menos ser parte del mismo. Poseen objetivos definidos, programas, estrategias y tácticas, siempre enfocados a la toma del poder. Así surgieron los partidos conservadores (para conservar el poder); los liberales, de proclamaban la libertad de comercio, de trabajo, etcétera; los laborista que proclaman la defensa del trabajo; los comunistas que luchaban por la propiedad y el bienestar común e igualitario o los socialcristianos que unían la doctrina cristiana con la política.
4. En México los partidos como tal surgen durante la dictadura porfiriana (1876/1911) Aunque antes a los conservadores, liberales, juaristas, iglesistas y lerditas se les haya antepuesto los nombres de partido, en realidad no funcionaban como tales, sino que eran seguidores de corrientes políticas o caudillos. Los anarquistas agrupados con Bakunin, que se confrontaron con Marx en la Primera Internacional, extendieron su influencia en varios países, entre ellos México. Así conocimos aquí a Plotino Rodhakanati que abrió escuelas anarquistas entre el campesinado, a Julio López Chávez que encabezó una rebelión campesina en Chalco contra Juárez y las leyes sobre tierras que despojaron a las comunidades y el mismo Flores Magón que desde fines del siglo XIX comenzó a difundir el periódico Regeneración y fundar círculos de obreros libres con los que logró organizar las huelgas obreras más importantes contra la dictadura porfiriana.
5. Los partidos que se registraron antes e inmediatamente después de la Revolución, respondieron a los intereses de caudillos revolucionarios. Por eso al fundarse el Partido Nacional Revolucionario (abuelo del PRI) tuvo como uno de sus objetivos principales unificar a los caudillos para establecer una dictadura “democrática” y “nacionalista” en el país. El Partido Acción Nacional nació 10 años después, en 1939, para combatir desde la derecha (junto a empresarios y alto clero) a la Revolución Mexicana. Asumió la Presidencia de la República en el 2000 gracias a los acuerdos que firmó con el salinismo y el neoliberalismo que instrumentó. 50 años después, en 1989, se fundó el PRD a partir de una gran escisión en el PRI, cuando este partido adoptó de manera abierta el modelo neoliberal y privatizador. Estos tres principales partidos son los que hoy, mediante acuerdos, mantienen el poder en el país junto a otras poderosas instituciones.
6. Los partidos en México cambiaron radicalmente en 1977 cuando se integraron con plenitud. Por eso apunta El Universal que el cheque mensual de la secretaría de Hacienda, siempre puntual y equivalente a más de 90% de los gastos día a día, operó una transformación en los partidos, mismos que dejaron de parecer una suma de voluntades en torno de un ideal; embarnecieron y lograron la talla de corporaciones patronales. Hoy cada partido político maneja nóminas que los equiparan con una empresa: tienen demandas por despido, retienen impuestos a trabajadores, pagan prestaciones, abastecen sus almacenes con materias para operar y rentan servicios y lugares. La idea de que en México la democracia es cara, la definió con nitidez una cuenta adicional a la del gasto diario de los partidos: más de 7 mil millones de pesos suministró el erario a dichas entidades para cuatro campañas federales ricas, destinadas a conquistar el voto de un pueblo pobre.
7. Los partidos son poderes institucionales separados del pueblo. Reciben el poder del Estado y demás instituciones privadas. No buscan ser independientes, por el contrario, se amalgaman como clase política para defenderse y seguirse aprovechando del poder y de los privilegios que este les otorga. Incluso el PRD, que debería ser un partido distinto por ser de centro/izquierda, por sus comportamientos en las gubernaturas, en la legislatura y por la forma de desarrollarse internamente, cada día es más idéntico a los partidos de la derecha, el PAN y el PRI. La partidocracia, junto con la Presidencia, los grandes empresarios y los medios de información (que se han fortalecido enormemente en los últimos) son ahora un aparato de dominación mucho más poderoso que el que hace algunas décadas existía. Las masas tendrán ahora que luchar con más fuerza e intensidad porque el poder unido de la clase política y económica dominante posee mejores elementos para defenderse.
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