María Teresa Jardí
Tan ocupados que están los que forman equipo con el usurpador mexicano, defendiendo al dueño de la BIMBO que, entre otras cosas, es la empresa vendedora de comida chatarra a los mexicanos, porque los mexicanos somos los que nos dejamos que nos vendan comida chatarra sin especificaciones de lo que contiene y si las pusieran mentirían y tampoco ocurría nada, la impunidad es la que manda, tan ocupados están, como si Lorenzo Servitje no fuera capaz, desde la democracia cristiana, que por lo visto financia o desde su casa o desde alguna de las universidades privadas donde impone condiciones de quién se va y quién se queda, sí, desde la democracia cristiana, desde la derecha, pues, tan poco seguidora de las enseñanzas de Cristo, baste recordar el asesinato de Allende, para la que aquello de "amaos los unos a los otros" sólo tiene sentido si hay negocio en puerta, tan ocupados en defenderlo porque ha sido acusado Sertvije de poner la lana, digamos, para que la CIA le organicé un zafarrancho para tumbar a Hugo Chávez, tan ocupada la Secretaría de Relaciones Exteriores a la mexicana que hasta se olvidaron de preparar cositas tan mínimas como ir a preguntar si el de hacienda del usurpador mexicano sería bien recibido en la cafetería, de la que, en Nueva York, fue corrido. Mi vida, por haber sido testigo de ver salir por piernas a Agustín Carstens y a César Nava del café ubicado en la calle Liberty, en pleno corazón financiero de Manhattan.
Qué osos, ¿no?, los que van dando por el mundo el usurpador y su equipo. A los usurpadores siempre hay alguien que acaba por ponerlos en su sitio. De amigos, nada de nada, no señor, entre empleados y patrones no es la amistad la que dicta las reglas y "mejor le bajas al tema de los migrantes" le ordenaron sus amos al usurpador en turno del gobierno mexicano, obligado, dada la declaración inconveniente, que hasta parecía una amenaza recordando que él sí es amigo del imperio que el mundo desprecia por corrupto y asesino, a entrevistarse tristes 20 minutos, que le habrán parecido eternos, con migrantes mexicanos y claro eso es lo que en el mundo se destaca. Qué osos ¿no?
Tan ocupados están que no fueron capaces de negociar con Aznar la desaparición del acta, no falsificada, de la madre de la Gobernación a la mexicana. Las falsificadas, aquí ya se sabe, desde el caso Robles-Ahumada, lo tan fáciles que son de conseguir por cualquier extranjero que quiera venir a enriquecerse a costillas del pueblo mexicano. Qué osos, ¿no?, los que le damos al mundo los mexicanos, tan dejados, que a pesar de lo denunciado en El País sobre Mouriño, seguirá siendo el secretario de la usurpada Secretaría de Gobernación para desde ahí perfilarse cada día más como el próximo usurpador que en México tendremos.
Y si no llega él llegará otro imberbe a ocupar el puesto y para eso ya preparan los legisladores a modo del sistema, que son todos los de todos los partidos, para reformar lo que queda de Constitución para que puedan llegar jóvenes de 30 años a hacerse millonarios y a reprimir en tanto lo consiguen, malbaratando lo que quede y si nada queda algo inventarán para lograrlo.
Y mientras tanto incluso los ejecutados claramente por el crimen organizado, que no son todos los que nos quieren hacer creer, van pasando a ser homicidios "entre cuates".
Qué osos ¿no? los que México hace hoy ante el mundo.
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